— Zayn:
No dormí la noche después de la confesión ni las que le siguieron, a pesar de que parecía un completo zombie y demanda mucho maquillaje para las mujeres que se encargaban de mi apariencia antes de cualquier tipo de entrevista, no había faltado a ninguna.
Ninguno de nosotros había faltado a alguna aparición.
La tensión era palpable, y cuando las cámaras estaban encedidas disminuia un poco. Aun así los Harry, Niall y Lou evitaban hablarme todo lo que pudieran. Me alejé de Liam a consciencia, para que pudiera ayudar a Niall y no tuviera que concentrarse en mis problemas. Por lo que mis noches se tranformaron en un letargo consciente en el que no hacia más que observar el techo y pensar.
Pensar en que sucedería luego. Pensar en hoy.
El domingo a las ocho de la mañana había sido uno de los momentos que más ansiaba y temía. Para cuando Paul se encontraba en el vestíbulo del hotel que estaba rodeado por fans a los gritos, yo era el único sentado en uno de los sillones con las maletas listas. Me observó sorprendido, y lo entendía, era al que más le costaba levantarse, pero eso solo sucedía cuando podía acostarme. Paul no dijó nada sobre el tema y ambos esperamos en silencio.
Los chicos bajaron media hora después, recibiendo una mirada algo enojada de Paul, todos llevaban caras de sueño y las maletas a punto de explotar.
Me pusé de pié y seguí a Paul y un par de sus custodios hasta la salida.
En cuanto logramos pasar la puerta, recibimos empujones y algún que otro tirón por parte de las fans. Me las arreglé para escabullirme y firmar algunos autografos, pero en cuanto lo notaron me arrastraron a la camioneta que nos llevaría al aeropuerto.
El avión de One direction no nos esperaba, en realidad cada uno tenía un pasaje distinto. Para está navidad el plan era cenar en mi casa, con todas las familias. Pero todo había cambiado radicalmente y me tocó enterarme por parte de Liam que los chicos habían cambiado sus planes.
Louis iría a Doncaster, donde se reuniría con Eleanor y su familia para pasar las fiesta y su cumpleaños juntos. Harry pararía en Londres en busca de Sam y luego iría a Holmes Chapel, con su familia. Niall se iría directo a Londres, a su casa allí. Lo suficientemente lejos de su casa y no tanto de Letty, pero lejos igual. Necesitaba un tiempo a solas y nada le parecía mejor que pasar estás fiestas allí. Saber eso, me molesto, Niall no se merecía una navidad a solas.
Liam quería venir conmigo, no cedía a dejarme solo, costó pero logré convencerlo de ir a ver a su familia, ellos lo extrañaban mas de lo que yo podría. Y a pesar de todo, Quizas seria bueno una navidad alejados. Solo espero que sea como Liam dice y esto nos haga más unidos.
Tomé mi boleto de avión y me encaminé a la salida cuando el portavoz anunció mi vuelo. Pero antes de irme, los observe a los cuatro.
– Son mis hermanos y lamento mucho el dolor que les estoy causando – Mi voz salió rara, quebrada y sin alegría. Ellos se limitaron a observarme. Volví a voltearme para ahora sí llegar hasta el avión que me llevaría directo a casa.
El aeropuerto Leeds de Bradford estaba atestado de gente y decoraciones navideñas, en cuanto bajé del avión sentí el aire frío atravezando mi cuerpo literalmente. Era increíble cómo podía cambiar tanto el clima.
De usar bermudas y musculosas en Estados Unidos a usar abrigos, guantes y bufandas aquí.
Recogí mi equipaje y esperé una hora, no estaba seguro pero definitivamente esperaba que Valerie viniera a buscarme. Dudaba de cómo sería nuestro encuentro y había intentado con todas mis fuerzas no imaginar nada con tal de no tener luego con que compararlo y correr el riesgo de desilucionarme.
La hora pasó rápidamente y me sentí desilucionado cuando ella no apareció, aun así al salir del Leeds, pedí un taxi e indiqué la dirección de Valerie. Los nervios me invadieron a medida que reconocía las calles que me llevaban a su hogar. Sentía mi pecho oprimido entre toda la ropa de abrigo que traía puesta y el miedo de que me rechazara me invadía de una forma icontrolable.
El taxi aparcó frente a su casa y mi pecho se aceleró. Bajé del auto blanco con las maletas y caminé hasta la puerta intentando no pensar en cada paso que daba. Cuando me encontré cara a cara con la puerta tragué en seco antes de golpear con mis nudillos enfundados en los guantes negros.
Al tercer golpe Val abrió la puerta, llevaba mi remera blanca que llevba "Hello Los Angeles" en letras negra y una manta aropando su espalda, medias negras, su cabello despeinado y los ojos ligeramente abiertos. Sonrió y le devolví la sonrisa, entrando en la casa, solté las maletas y la abracé.
Envolvió sus piernas en mi cintura y rodeo mi cuello con sus brazos, cubriendonos a ambos con las mantas.
– Te heche de menos – dijo y su aliento con aroma a pasta dental me pegó en el rostro. Sonreí olvidando por un momento todos los problemas y sucesos pasados.
– No te imaginas cuanto lo hice yo – La acerque colocando una mano en su cuello y aferrando mi brazo bajo su trasero para mantenerla alzada. Bese su labio inferion, haciendo que nuestros labios encajaran a la perfección, sentí el cielo cuando la bese, – ¡Dios! ¡Te necesité tanto! – Grité separándome de su boca. Ella río.
– Tendras que viajar más seguido – Bromeo. Ambos nos habíamos olvidado de todo, de los problemas de la distancia, del dolor.
Porqué al menos de mi parte se sentía así, todo había desaparecido bajo su tacto, llevándome a solo pensar en ella, su sonrisa contagiosa y la manera de mirarme. No quería nada más que esto, estar junto a ella siempre. Ajeno a todo y todos.
Volví a besarla, de manera dulce impidiendo que mi necesidad de ella interfiera, la bajé con cuidado y tomé las maletas, antes de subir las escaleras le lancé un beso mientras ella cerraba la puerta y se dirigía a la cocina. El sonido de las voces del televisor me acompañaron hasta su habitación, dejé las maletas en el suelo y observé el cuarto.
Las sábanas eran un desastre y habían paquetes de dulces en el mueble junto a la cama, junto con una taza de café, vacía que debía de ser de la noche anterior.
Ví la cámara junto a la taza y me acerqué a ella, pero antes de tomarla la oí subiendo las escaleras.
Valerie entró trayendo con ella dos tazas de lo que olía como chocolate caliente. Sorbió de su taza y me tendió la mia, pero la dejé junto a la cámara. Val me miro extrañada pero no preguntó nada, dio unos cuantos sorbos más bajo mi mirada y luego dejó su taza junto con la mía.
Me acerqué a ella y la bese sin previo aviso, tomando sus mejillas para profundizarlo, saboreando el chocolate de sus labios. Siguió mi beso, y nos acercó a la cama. Necesitaba estar con ella, pero no quería apresurar las cosas. Me separé y me quité el abrigo y la bufanda, las dejé al final de la cama y me solté loss zapatos mientras ella se deshacia de la manta que cubría su cuerpo, quedando solo con mi remera y esas medias que se arrugaban bajo sus gemelos.
Me recosté aún vestido y la llamé con gestos, ella se acostó junto a mí y la abracé pegando completamente nuestras anatomias, uno frente al otro, abrazados, dándonos calor y sin dejar de vernos a los ojos.
No hablábamos, no era necesario, solo quería esto. A ella junto a mí.En paz.
Sabía, estaba seguro que pronto vendría la tormenta, pero me contentaba tenerla así, disfrutar de ella como mi novia, no una amante, la mujer que amo, que me calma, me completa. La mujer que necesito.
Besé sus labios una vez más y me dejé caer junto a ella, fundiendonos en el silencio que nuestro amor nos brindaba, ayudándonos a disfrutarnos de una manera dulce y tierna como necesitábamos.
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Me equivoqué. Esté capítulo se llama "Before the Strom" el anterior es "the confession"
Bueno, el último capítulo de la supeeerrr maaaraaatoooon! Espero la hayan disfrutado.
¡comenten y voten!
P.D (¿No es super linda la portada nueva?) :3
Kisses! :*