Capitulo 26

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En cuanto vi la oportunidad me acomode en uno de los sillones subiendo mis pies y abrazandolos.

Remy aún no volvía y ya habían pasado algunos minutos, el chico con quien entre tampoco hizo acto de presencia y la casa estaba en completo silencio. Una pequeña lampara alumbraba una de las esquinas con una tenue luz.

Enfrente de mi, en el otro sillón, había una sombra en forma de persona, parecía un alma en pena o algo así pero supe que era la sombra más pequeña. Tenia un vestido blanco sucio y sus pies colgaban del sillón, no podía ver sus ojos o su cara. Pero ahí estaba.

Se escucharon pasos y la sombra se fue cuando alguien abrió la puerta principal, trague saliva y me anime a seguirla cuando me hizo señas, gire hacia la puerta donde no había nadie y cuando regrese mi vista enfrente estábamos en el páramo.

Frunci la frente al ver flotando una caja de madera, esta se abrió dejando ver una pulsera con los mismos dijes que mi collar, la saque con delicadeza pensando en lo bonita que se vería en mi muñeca, la acerque sintiendo el frío de la cadena rozando mi piel para luego ser arrebatada.

—¿¡Qué te pasa!? No puedes hacer eso. No, no y no. Tus hermanos me matarían si llegas a hacer algo que tiente con tu vida.—Trato de gritar Remy lo más bajo que podía señalándome con un cuchillo de sierra.

—Te mataran también si ella les dice que le gritaste.— Dijo el muchacho de hace unos momentos divertido, vio el cuchillo y su cara se descompuso.—¿Suicidio?

Negué con la cabeza haciendo una mueca al encontrarme nuevamente en su casa y no en el páramo pensado que probablemente la pulsera era en realidad el cuchillo.

—¿Estas bien?—Preguntó el hermano anteriormente mencionado por Remy.

Asentí levemente mirando el cuchillo en sus manos, ambos se pusieron derechos y me hicieron sentir pequeña.

—Mira, todavía falta mucho para que amanezca, arriba esta mi cuarto por si quieres dormir...

—No tengo sueño.— Dije pensando en que si dormía sonaría nuevamente con lo otro.

—Bueno, entonces podemos ver una película ¿Te gustan las películas cierto?—Dijo Remy saliendo de la cocina.

—Soy Alex.— Se presentó el hermano de Remy pasando un brazo por mis hombros saliendo conmigo.—Y supongo que tu debes ser Cielo.-

—Sky.—Murmuré sentándonos nuevamente en el sillón grande.

Remy llegó con una gran cobija y me envolvió en ella a pesar de mis inútiles intentos por no parecer un tamal. Prendieron la televisión y comenzó a reproducirse la continuación de una película.

Después de que se acabo la dichosa película había comenzado otra, pero los dos chicos ya estaban más dormidos que otra cosa, mis ojos me pedían un descanso pero sabia que si los cerraba me quedaría dormida.

Al cabo de un rato comencé a cabecear y mi cabeza terminó en el hombro de Alex quien se acomodó más abajo para que no caerme.

Remy, quien estaba a mi lado, se levanto en el sillón y luego se sintió como el lugar se volvía a hundir, paso un brazo por mi cuello con claras intenciones de llevarme a algún lado a dormir. Pero no llego muy lejos.
Me queje cuando su cuerpo estuvo encima de mi aplastándome sin tener yo posibilidades de quitarlo de encima por tener mis manos debajo de la cobija.

La risa de un chico se escuchó y cuando alce mi cabeza vi a Alex, mire hacia un lado y estaba ¿Alex?

—¿¡Qué te pasa tarado!? Se acababa de dormir.—Le grito a él chico con doble identidad.

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