Capitulo 32

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-¿Y? ¿Que esperas?- Preguntó Cameron con los brazos cruzados pero no me importo, ni eso ni el tono que usó.

Sentía un gran nudo en la garganta que me impedía hablar. Solo podía leer los resultados de sangre que daban positivo. Y aunque muy en el fondo queria que eso fuera mentira sabía que no lo era, que no era ningún error de sistema o eran los resultados de alguna otra persona, porque ahí estaba mi nombre en letras grandes, centradas y resaltaban por el color negro en exceso que tenían.

Anderson Sky.

Positivo para droga.

¿De cuando acá los exámenes de sangre dicen si te drogas?

-Esto esta mal.- Tartamude alzando la cabeza viendo a todos reunidos a los pies de la escalera. Y cuando digo todos ahora también me refiero a las tres sombras.

Sentí como me arrebataban la hoja haciendome tirar la sudadera pero era lo que menos me importaba. Trate de alcanzar a Matthew quien llevaba la hoja en la mano acomodándola para leerla. Obviamente no pude hacer nada para tratar de quitársela.

-Positivo para drogas, sangre contaminada un 70%, principios de anemia por falta de hierro y vitaminas... ¿Quieres que siga?- Preguntó dejando de forcejear conmigo, negué efusivamente con la cabeza haciendo que me doliera. -Sobredosis intencional....-

-Basta.- Dije sintiendo como me atragantaba con las palabras.-Eso no es cierto.- Insistí queriendo que me creyeran más a mi que a una hoja de papel.

-¿Puedes explicarnos que es esto?- Dijo Peter y lo gire a ver dándole chance a Matthew de irse de mi lado dejandome otra vez en sola en el centro, en su mano sostenía el frasco vacío donde tenia las pastillas.

Negué con la cabeza viendo el frasco y luego a él repetidas veces dando vuelta dispuesta a salir por la misma puerta.

Claramente no me dejarían salir y los cuatros chicos impidiéndome el paso me lo confirmaba.

Agache la cabeza mordiendo mi labio donde incontrolablemente se formaba un puchero y cerré los ojos.

Sentía mi corazón al máximo como mi respiración que de un momento a otro se volvieron locos.

-¿Que más haces aparte de eso? ¿Eh? ¿Cortarte?- Comenzó a preguntar Ian entre molesto y preocupado con un toque de sarcasmo.

Tomo mi brazo lastimándome un poco pero no me queje, comenzó a subir las pulseras que estaban en este las cuales puse para tapar la mancha roja de la pulsera que me dio Peter.

Soltó mi brazo y lo único que pude hacer fue tragarme las lágrimas que querían salir.

-No eran ataques de ansiedad, eran las malditas drogas.- Le dijo Cameron a Peter ignorandome.

A este punto el único que no había hablado era Nathan y Mariana quien se fue cuando empezaron los gritos.

Quite el fleco que había en mi cara y de apoco me fui recargando en el respaldo de uno de los sillones.

-¿Porque?- Pregunto Cameron con voz firme y me hice más pequeña, mi intención no era provocarles dolores de cabeza o que se preocuparan por mi de esa manera.

-Estoy bien.- Susurré agachando más la cabeza en un intento de dar por terminada la conversación.

-Estas mal de la cabeza ¿Sabias?- Dijo Ian caminando de un lado a otro, tuve que evitar soltar un sollozo cuando salio por la puerta azotandola.

-Yo no puedo seguir con esto, es increíble que no nos dijeras nada Sky. ¿No nos tienes confianza? ¿Es eso? Siempre tenemos tiempo para ti y nos sales con estas cosas... ¿Quien te las dio?- Dijo cambiando de tema de manera repentina cayendo en razón.

De un momento a otro mis tenis eran realmente más interesantes que ver sus ojos color miel que me carcomían con la mirada.

"Te descubrieron, ¿Que piensas hacer?"

"Diles que fue Ángela, así ella tendrá la culpa y tú no."

"Sabes que, corre, vete de ahí, no dejes que te hagan daño, lo harán y lo sabes, corre antes de que sea tarde. Corre."

-¿Quien fue Sky?- Preguntó esta vez Peter y le conteste con un leve movimiento de hombros.

"Anda. Dile quien fue Sky."

No. Definitivamente no delataría a Ángela ¿Quien me dará pastillas gratis si lo hago?

-¿Hace cuanto las tomas?-

"¿No lo sabes? Hace poco más de un mes quizá."

Sacudi la cabeza cuando aquellas voces contestaban cuando mi cerebro no era capaz de procesar la pregunta y dar una buena respuesta.

-¿Un mes?- Preguntó Nathan sorprendido y gire a verlo.-Más de un mes tomando pastillas que Ángela le daba.- Dijo seguro viendo a Peter, sus ojos verdes chispeaban y todo lo que decía en realidad me asustaba por lo verdaderas que eran. Porque era lo que pensaba en ese momento. Mi vista se nublo a causa de estar reteniendo las lágrimas que amenazaban por salir.

La canción de cuna comenzó a sonar pero en forma bastante distorsionada, de una manera casi aterradora, todo se volvió opaco, oscuro y feo, las sombras se habían vuelto locas y habían comenzando a gritar mientras volaban por toda la sala dejando un rastro negro por todo el camino.

Tape mis oídos con ambas manos deseando no escucharlas y que simplemente desaparecieran. El dolor aumentó unos eternos segundos, sentía las lágrimas caer por mi rostro y entre todas las cosas escuchaba como los chicos decían que no llorará por algo que yo había hecho. La música paró de forma brusca y sentía como el dolor incrementaba a tal punto que pensé que si seguía así me estallaría la cabeza y no sería algo muy lindo de presenciar.

Mis ojos buscaron a Nathan quien no dejaba de verme, sus ojos brillaban y sabia que había entrado en mi mente o de lo contrario no había dicho tantas cosas, solloce cuando quise tomar aire, varias imágenes pasaron en mi mente que no lograba reconocer con distinta gente y en varios lugares que me causaban un revoltijo de emociones.

El silencio se hizo presente y solo se escuchaba mi respiración irregular, sin decir nada y con la cabeza abajo fui a las escaleras dispuesta a pensar en una buena solución para poder controlar la situación.

•••

Habían pasado exactamente 8 minutos desde que tocaron la puerta para decirme que bajara a cenar. Estaba tirada en la alfombra con los pies encima del sillón y con Pan encima mío, me dedique a llorar según yo en silencio toda la tarde como Magdalena, mis ganas de vivir se redujeron considerablemente después de todo lo que paso y lo que sigue pasando, la cabeza me daba vueltas y no tener pastillas con que aliviar el dolor me hacia tener malos pensamientos no solo para hoy, si no para siempre porque todos me tenían vigilada en exceso, sacaron las pocas pastillas que sabían que tenia en el baño y hurgaron entre mis cosas, los cajones y la ropa. Y eso no era lo peor, desde que "invoque" a la sombra más pequeña no he encontrado manera de que se vaya.

Cerré los ojos esperando a que eso sirviera para calmar el dolor horrible que sentía, no solo de la cabeza, los cerré mientras escuchaba la tétrica canción de cuna, los berridos de la pequeña sombra y los insistentes llamados de los chicos exigiendo que abriera la puerta trabada.

Viviendo con VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora