Capitulo 40

3.2K 340 8
                                    

Abro los ojos totalmente desorientada.

Lo primero que veo es el oscuro techo de mi cuarto, me remuevo incómoda en la cama tratando de buscar una posición cómoda para seguir durmiendo sin tener que moverme mucho porque no todo mi cuerpo reaccionaba, no tengo idea de cuando tiempo llevaba dormida pero definitivamente aún no me quiero levantar.

Giro la cabeza hacia un costado, hacia donde están las ventanas, mi sorpresa fue encontrarme con Cameron dormido en el otro extremo de la cama.

Sonreí al verlo tan calmado y no alterado como suele estar por cada cosa que llego a hacer, o por el calor que alteraba a todos.

Sentí una ligera molestia en mi brazo al querer girar hacía donde él estaba para abrazarlo y seguir durmiendo, me senté con pereza en la cama y recorrí con la mirada la pequeña manguera que estaba clavada con una aguja a mi brazo hasta llegar a una especie de bolsa con líquido que goteaba seguido.

Trate de quitar la cinta que sostenía la aguja pero me era imposible hacer que mis dedos obedecieran la orden que mi cerebro mandaba logrando solamente lastimarme.

-Cameron.- Dije con la voz completamente ronca. Aclare mi garganta y volví a llamarlo en un susurro casi inaudible, no daba para más. Gruñi tratando de despertarme o de despertarlo.- Pss, Cameron...- Hable tratando de alcanzarlo con la mano, giro su cabeza hacia el otro lado ignorándome por completo. -Cameron.- Dije lo más fuerte que pude pateando sus pies haciendo que cayera de la cama aferrandose de una almohada que seguramente termino con él en el suelo.

-¡Hijo de Puta! ¡Ian!- Grito lanzando la almohada al piso nuevamente.-¿Donde estas cabrón...?- Preguntó buscando a alguien en la habitación hasta que sus ojos recayeron en mi.

¿Y si siguen molestos?

-Hola.-Susurró con una sonrisa nerviosa en la cara mientras muevo la mano que tengo libre saludándolo dudosa.

-¿Sky?- Pregunto sin moverse de su lugar.

-¿Esperabas a alguien más?- Pregunte de vuelta con la voz ronca.

Me la estoy jugando.

-¡Mi bebé!- Exclamó brincando a la cama para darme un abrazo.

-¿Me llamaste bebé?- Dije golpeándolo suavemente en la espalda correspondiéndole el abrazo.

-¿Que día es?- Preguntó soltándome de repente a lo que me encogi de hombros por su absurda pregunta.-Dime por favor.-

-Amm, no sé, creo que era miércoles cuando no fueron a recojerme a la escuela, ¿Jueves tal vez? No sé, no creo haber dormido todo un día para que sea viernes.- Dije viendo la hora en el reloj y relacionando la oscuridad y el silencio que antes había.- Y no me digas bebé.-

-Llamare a los chicos.- Dijo buscando entre sus bolsillos su celular.-Juro que dejaran aquel oso.-

Hice una mueca al escuchar lo del oso combinándola con una de confusión total por la pregunta.

-¿Cual es la novedad de la que no me he enterado?- Pregunte recordando la aguja en mi brazo.- ¿Cameron?- Dije ganandome su atención aún con su teléfono en altavoz.

-¿¡Que carajo quieres!? Hiciste que arruinara una camisa... ¡Y era nueva!- Interrumpió Ian mi pedido de ayuda. Alce una ceja al escuchar lo de la camisa y tuve que contener una pequeña risa, mire a Cameron quien me veía con una sonrisa esperando a que dijera algo.- ¡Contesta idiota!-

-¡Deja de gritar! No seas estúpido Ian. Alguien te va a escuchar y vendrá a arrancarte la cabeza, y esta vez no haré nada para impedirlo.- Dijo Nathan y rodé los ojos ante la semejante escena que estaban montando.

-Entonces ven y dile al idiota de tu hermano que deje de hablar cuando estamos cazando.- Dijo éste en respuesta pero su voz se escuchaba lejos.-¡Dame eso!-

-¿Que quieres Cameron?- Matt. Seguramente le quito el teléfono a Ian para tratar de traer la paz al asunto.

-No se que quiera Cameron pero yo quiero helado.- Dije ganándole la palabra a Cameron que no se había movido de donde estaba.-De menta.- Complete cuando no escuche respuesta de su parte. Aunque yo tampoco me escuche demasiado.

-¿Sky?- Preguntó Matthew y rodé otra vez los ojos, estaba a nada de contestar cuando mi garganta pico haciéndome toser.-No mueras Enana, ya voy para allá.- Dijo antes de que Cameron lanzara el teléfono a la cama saliendo del cuarto mientras tosía por culpa de esa fea sensación.

-Ten.- Dijo Cameron llegando y tendiendome un vaso con agua. Lo tome y no me había dado cuenta de que tenia demasiada sed.-¿Mejor?- Pregunto y asentí con la cabeza.

Trate de recoger mi cabello que estaba pegado a mi cuello y la aguja nuevamente me molesto. Frunci la frente y mire a Cameron quien supo lo que queria sin necesidad de decirlo.

-Okey, vamos a quitar esto. De haber sabido que con esto te despertarías lo hubiéramos hecho desde un principio.- Dijo mientras hacia una cuantas cosas con la bolsa, retiro la cinta y quito con cuidado la aguja para poner un algodón húmedo en mi muñeca donde anteriormente se encontraba la aguja presionándola un tiempo.-¿Todo bien?- Preguntó a lo que asentí con la cabeza sin quitar la vista del algodón.

El estrepitoso sonido de la puerta abriéndose hizo que diera un pequeño respingo, escuche a Cameron bufar y se fue de mi lado.

-¡Oww Pulga!- Exclamó Nathan ganándose camino hacia donde yo estaba para darme un abrazo que literalmente me dejo sin aire.

-Yo también te extrañe.- Dije con la voz entrecortada por culpa de lo ronco que dudo que entendiera algo de lo que trate de decir.

-¡Se quedo sin voz!- Dijo Ian quejándose poniendo ambas manos en su cara.- ¡Su dulce voz se fue!-

-¡Ya callate Ian!- Gritaron Cameron y Nathan juntos.

-Fueron las 108 horas más horribles de mi existencia.- Dijo Matthew, el primer inteligente en sentarse a mi lado en la gran cama para luego abrazarme.-Otro gran susto Enana, eso no se hace.-

Me encogi de hombros dándole una pequeña sonrisa que parecía mueca al sentir culpa por algo que creía ni era para exagerar tanto, digo, una adolescente suele hacer estas cosas ¿no? Además, el color azul no de ve tan feo en mi.

El incómodo silencio no podía faltar en esta ocasión, por lo que sin decir nada, porque no podía hacerlo, estire mis brazos hacia Ian quien se había quedado en una esquina callado, el susodicho se apresuró a llegar a mi y me abrazo con una sonrisa, recogí mis pies quedando sentada como indio dándole la oportunidad a Ian de que se sentara. Escondí mi cara en su cuello y lo abrace pegándome a él.

Comenzó a peinarme con sus manos y un gran sentimiento de culpa me invadió por completo.

Solté a Ian antes de ponerme a llorar sin motivo aparente y me recargue en la cabecera de la cama tapándome con las cobijas hasta los hombros envolviéndome en ellas. Trate de hablar pidiendo explicaciones pero sentí como mi garganta se tapaba inmediatamente.

-Estas sin voz.- Me recordó Ian levantándose de ahí y rasque mi nariz como si tuviera un tic.-Voy por el helado.-














Viviendo con VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora