Capitulo 14

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—¿Qué fue lo que tomaste?—Preguntó Cameron impidiendo que saliera de la sala y fuese a las escaleras.

—¿Yo? No tome nada.— Me encogí de hombros tropezándome con mis pies sin llegar a caer.

—Pensé que esta situación la viviría cuando tuviera 22 y no 14.—Dijo Ian negando y me dio gracia la forma en que su cabeza se movía hacia todos los lados.

—¡Hola! ¿Como estas?— Pregunte refiriéndome a Nathan quien estaba de brazos cruzados, me deje caer en uno de los sillones y todo dentro de mi se movió.

—Yo bien, tu no tanto.

—No, yo, yo yo estoy bien, no estoy borracha.— Tartamudee al no poder poder expresarme correctamente.

—Claro.— Se burlo amargamente para ponerse serio sentándose en la mesita de centro.—¿Qué fue lo que tomaste?

—¡No tome nada!— Les dije alzando la voz para ver si así yo misma me entendía a lo que él y Cameron alzaron una ceja. —Todo. Todo para adentro, combine los vasitos en uno solo y ¡Puum! todo para mi.— Me reí mientras hipaba.

—Esto esta documentado. Será oro.—Escuche decir a Ian y creí que era el momento indicando para irme por lo que me puse de pie, me tambalee hacia adelante y Nathan me detuvo lanzándome nuevamente a donde estaba.

—¿Me vas a pegar?— Pregunte con los ojos bien abiertos mirando cada uno de sus movimientos, cuando se movía, en cuanto le dije eso se quedo quieto.

—¿Qué? Claro que no, nunca te pondríamos una mano encima.— Dijo con cierto tono de ofensa.

—Ellos lo hicieron. Y tú lo harás algún día, como tú, tú y tú...— Dije señalando a cada uno de ellos.—Y ustedes tres también.— Apunte a la cocina.

—¿Ellos quienes?—Preguntó Matthew acercándose a mi, pero no supe si se refería a las sombras o a los demás.

—Voy a vomitar.—Dije soltando una arcada que quedo en eso.

—Vamos arriba.— Nathan me cargo poniendo una mano debajo de mis rodillas y con la otra me sujetaba mientras subía las escaleras.

—Lo siento.—Solloce abrazándolo como pude escondiendo mi cara en su frío pecho impidiéndole que me dejara en la cama.—¡Soy una tonta! Los quiero a los cuatro y ahora me van a odiar por lo que dije y no queria decir.— Comencé a llorar sabiendo que los demás estaban escuchando todo con su súper oído de vampiro.

—No llores pequeña, nosotros te queremos mucho.

—Nunca te vamos a odiar.— Dijo Cameron seguido de Matthew.

No les conteste porque las náuseas se volvieron a hacer presentes por lo que como pude gire la cara para no vomitar encima de Nathan.

—Que asco.—Escuche decir a Ian y prometí no volver a ingerir sustancias no conocidas que dañaran mi sistema.

***

Gruñi cuando el sonido del teléfono comenzó a taladrar mis oídos, oculte mi cabeza debajo de las almohadas y seguí durmiendo, o lo intente porque el teléfono no dejaba de sonar, me senté en la cama con la cabeza dándome vueltas y busque con los ojos entrecerrados la mochila, estaba en el sillón del otro lado. Demasiado lejos.

Gruñi nuevamente y me deje caer en la cama donde seguramente los chicos me habían dejado cuando termine de limpiar mi estómago, no podía descifrar la hora que era pero sabia que era de noche por la oscuridad y el silencio que reinaba el cual venia a ser corrompido por culpa del escandaloso tono satánico que avisaba que Sam era la que insistía en llamar hasta que le contestara.

Viviendo con VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora