Capitulo 9

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—Pesas demasiado.

—Cállate si quieres galletas.

—Pero...

—Nada. Los dos engordaremos felices con galletas y helado.

—Sky.

—Bien. Bájame ahora.

—¿Y las galletas?

—Ya no. Bájame antes de que te rompas la espalda.

—¡Sky! Solo estira la mano y tómalas.—Lo mire desde arriba entrecerrando los ojos. —Bien, toma dos más para ti.

Esta es la situación. Matthew y Cameron con la policía, Nathan encerrado en el baño, Ian y Yo tratando de alcanzar las galletas que están demasiado arriba hasta el fondo, técnicamente tengo que meter la cabeza para alcanzar los últimos paquetes que combinan perfecto con el helado de menta que va ya en el carrito, esta demás decir que por algo los chicos no querían que saliéramos a comprar con ellos.

Puff. Dramáticos.

—Mami ¿Porque quiere meter a la niña ahí?—La voz de un niño me hizo subir la cabeza golpeándome con el techo de como se llame esa cosa para guardar cosas.

—No es asunto tuyo niño.

—¡Ian!

—¿Qué?—Bufé en respuesta, ya luego pagaría el tratar mal a todo individuo que preguntara que era lo que hacíamos.—¿Te falta mucho?

—El último paquete esta más lejos.—Como pude trate de ponerme de pie, Ian supo lo que intentaba hace e hizo palanca con sus manos.

Lo que tiene que hacer uno para conseguir galletas.

—Sky...

—No, todavía no las alcanzó.—

—Es mejor que te des prisa, a no ser que quieras que Nathan nos ayude.

—¿A qué te refieres?—Había dejado de luchar por alcanzar el paquete cuando escuche eso y luego tuve que esforzarme más para al fin tenerlas en mis manos.

—¡Aborten Misión!— Le había pasado el paquete a Ian y el me había tomado de la cintura para bajarme.

—¡Estúpido, mi cabello idiota!—Traía un moño mal hecho pero al parecer se atoro en algo por lo que traía la cabeza adentro de esa cosa, en el súper, con toda la gente viéndome el trasero cuando pasaban por el pasillo de "Cereales".

—¡Muévete! Córtalo o has cualquier cosa, total ya luego crece.

—¡Dense por muertos!—El grito de Nathan retumbó en los pasillos, voltee la cabeza para verlo pero solo jale mi cabello, luego Ian corrió dejándome sola y sin apoyo.

Escuche la persecución de ambos y me pregunte si en realidad me querían dejar ahí o era lo suficientemente ciegos para no ver a alguien colgando de los estantes con la cabeza escondida.

—No se preocupen, yo puedo sola.—Le dije a la nada y con toda la paciencia del mundo libere mi cabello, había algunos individuos viendo la escena y los salude con la mano, los modales ante todo. Un señor joven se acerco y me ayudo a bajar a pesar de haber insistido que podía sola.

—¿Tus padres?—Preguntó.

— Hermanos.— Corregí y me encogió de hombros buscándolos con la mirada o si hacían ruido.—No lo sé. Supongo que no tardan... Gracias.—Señale el estante con ambas manos e hice algunas señas que ni yo entendí.

Viviendo con VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora