Capitulo 35

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Hoy es sábado.

Habían pasado exactamente 3 días después de que me dijeran que probablemente me dio otra laguna mental.

Si señores. Otra. La cual curiosamente recordaba a la perfección. Según ellos la primera era desde los ocho hasta mas o menos los doce. Cuatro años de perdida de la memoria increíble, pero como decía antes, lo recordaba.

Cuando descubrimos el páramo, cuando venia a quedarme aquí todas las vacaciones, cuando los chicos jugaban conmigo todo el día. Incluso recuerdo cuando me perdieron en el centro comercial. Y si eso no fuera poco recuerdo cuando un día me hablaron sobre las maravillosas cosas que podían hacer y hacían para mi entretenimiento, en especial Matthew e Ian. Hacían cada bobada.

Y ahora me salen con esto.

Le había pedido su computadora a Ian cuando la que había en el cuarto tenía clave. Me la dio y al poco tiempo de descubrir una carpeta con mi nombre con algunos vídeos y fotos mías me la quito diciendo que tenia que recordar sola.

Puf.

Ahora me encontraba en el gran cuarto que anteriormente usábamos para jugar en uno de los sillones con la cabeza abajo.

-¿Que haces así?- Preguntó Matthew entrando por la puerta con una sonrisa en la cara.

-¿Así como?- Pregunte de vuelta pero algo en mi me decía que se refería a el hecho de que estaba de cabeza.

-Al revés.- Dijo dejando entrar a Cameron.

-Me ayuda para recordar las cosas.- Le dije con una sonrisa volviendo a mirar hacia enfrente.

Escuche como ambos reían y sonreí cerrando los ojos. Los últimos dos días me dolía la cabeza y lo había atado al hecho de todo lo que paso o lo que trataba de recordar sin éxito. Aún así el dolor no se iba, eso sin mencionar que volvía a escuchar las voces, las mismas que me atormentaban de niña cuando me dejaban en la casa sola.

No se cuanto tiempo tenia despierta pero el sueño me estaba venciendo.

-¿Ian y Nathan?- Pregunte tratando de no quedar dormida.

-En clase...Sí, los sábados, matemáticas no es su fuerte.- Contesto Matt sabiendo de antemano mi pregunta.-¿Te sientes bien?-

Asentí con la cabeza levemente y me senté como debería.

-¿Nos perdonas?- Soltó Cameron de la nada y lo vi confundida.

-Si no me han hecho nada.-

-Mira, antes de que pasara esto, lo de la falta de memoria... Nos enteramos de algo, y creemos que fue culpa de nosotros...-

-¿Que paso?-Interrumpi el relato de Matthew.

-Eso no importa ahora ¿Puedes perdonarnos?- Insistió y asentí con la cabeza queriendo recordar que era ese algo. Lamentablemente lo único que conseguí fue obtener más dolor de cabeza.

Ambos sujetos me abrazaron aplastandome, luego, casi al instante los dos salieron corriendo del cuarto. Bufé de manera graciosa y me senté en el suelo que anteriormente cubrimos con colchonetas, cobijas y los cojines más cómodos que conozco.

Una pequeña figura se asomó por la puerta y sabia exactamente que no eran los chicos, no es como si se hubiesen encogido a menos de un metro.

Parecía una niña, tenía un vestido blanco sucio e iba descalza, entró al cuarto y tome las orillas de las cobijas por mera precaución, se acercó a una pared y se puso frente a ella dandome a mi la espalda.

Una música que solo le daba suspenso al ambiente comenzó a sonar y por más que busque el origen de esta no encontré de donde provenía. Regrese mi vista a la pequeña personita y escuche claramente como golpeaba la pared repetidas veces para luego salir corriendo, se fue gritando y lo más inteligente que pude haber hecho fue esconderme debajo de las cobijas esperando que alguien volviera.

Viviendo con VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora