Capitulo 37

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-¿Hay alguien?- Grite nuevamente golpeando mi cabeza con la puerta.-No puedo abrir.- Dije y me cruce de brazos molesta.

"¿Quieres jugar?"

-No puedo salir.- Le conteste a Kya, es mi amiga y esta muerta desde hace ocho años a causa de un secuestro.

"Podemos jugar aquí. Es muy grande para jugar."

-Me da miedo el sótano.- Recordé evitando mirarla, se comenzó a reír y se alejo corriendo. El sótano es grande, y a diferencia de otros esta bien iluminado, tiene varios cuartos y todos tienen puertas selladas.

Desperté aquí cuando me había quedado a dormir con Cam, no se si se molesto por haberme ido a dormir sin cepillarme los dientes cuando comí muchos dulces, mis tíos le han dicho a los chicos que tengan cuidado conmigo y que me vigilaran cuando entraba aquí. No sé como llegue a estar en las escaleras sola y encerrada en el sótano.

Pero pensándolo bien no estoy sola, estoy con Kya.

Tiene un lindo vestido blanco hasta las rodillas y esta lleno de encaje, esta un poco rasgado a causa que se lo querían quitar, esta sucio porque se la llevaron dentro del bosque, no tiene zapatos por lo que esta descalza, es muy pálida y sus ojos son de un color azul muy bonito, tiene varios cortes en su cuerpo y una gran mancha de sangre estaba en su frente. Sus rizos caían de manera graciosa por sus hombros cuando corría, la primera vez que la vi estaba muy pequeña, y la encontré en la casita que hay en el páramo.

"¿Jugamos?"

-Quiero salir.- Dije parandome de las escaleras.

"Juguemos."

Rodé los ojos y me gire hacia la puerta.

-Un, dos, tres: Toca la pared.- Dije tocando la puerta que hacia eco por el gran sótano, escuche su risa y gire, pero no había nada.

-Un, dos, tres: Toca la pared.-Dije nuevamente y gire al escuchar unos pasitos, la luz de hasta el fondo se apago.

-Un, dos, tres: Toca la pared.- Gire encontrándome con más oscuridad y una pequeña sombra a la mitad de todo.

-Un, dos, tres...- Dije siendo interrumpida por una mano en mi hombro, baje las escaleras rápido y trate de seguir su silueta entre los pilares que había, había comenzado a abrir puertas con una facilidad increíble y no me detuve para indagar que era lo que tenían.

Regresamos nuevamente y escuche como golpeaban la puerta, me quede quieta y una luz más se apagó.

"Empieza de nuevo."

Asentí con la cabeza y regrese de manera lenta a las escaleras.

-Un, dos, tres: Toca la pared.- Repetí dando golpes.

-¿Sky? Abre la puerta.-

-Un, dos, tres: Toca la pared.- Dije y gire cuando las últimas luces comenzaron a parpadear y su risa comenzaba sonar por más que se quedara quieta.

-Sky, quitale el seguro a la puerta.- Dijeron y la puerta comenzó a sacudirse.

-Un, dos, tres: Toca la pa...-Seguí con el juego y hubiera continuado si la puerta no hubiera chocado conmigo.

-¿Que haces acá dentro?-

Las luces se apagaron por completo y me pegue a la pared, Matt me abrazo y me alzo haciendo que enredara mis pies en él para sostenerme mientras salia de ahí y le ponía llave al lugar.

-¿Que hacías dentro? Sabes que no puedes entrar ahí.-

-No podía salir.- Susurré sin verlo cuando me dejo en uno de los sillones.

-Tenia seguro por dentro.- Dijo Matt y me encogi de hombros esperando a que no me regañara por haberme comido todos los dulces anoche.

-¿Estas bien?- Preguntó Ian y asenti con la cabeza recordando que él me dio los dulces. Si me regañaban seria su culpa.-¿No te hizo nada?-

-¿Quien?- Pregunte volteándolo a ver, estaban ambos sentados en la mesita que había en el centro.-¿Cam?-

-Hay no.- Dijo Matt y se escondió su rostro en sus manos mientras Ian me miraba embobado.

-¿Ya viste sus ojos?-

-Otra vez no.- Contesto Matt ignorando a Ian, yo en cambio trataba de ver que tenían mis ojos haciendo bizcos.

-¿Que año es Sky?- Me preguntó Ian y me quede en blanco.-¿No?- Volvió a preguntar y negué con la cabeza.

"Vamos a jugar."

Kya apareció a un lado de la puerta de la cocina, tenía sus manos atrás de su espalda y su cabello cubría su cara.

-¿Que es lo último que recuerdas?- Me preguntó Matthew obligándome a sentarme cuando quise ir a donde estaba ella.

-No sé.- Dije viéndolo a los ojos, sólo quería irme a jugar.

-Lo que sea.- Insistió e hice un puchero.

-Cam se enojo porque no me lave los dientes el dia que comí los dulces que él me dio.- Dije ocultando mi cara y señalando a donde creía que estaba Ian.

-Eso fue hace años...-

-¿Puedo ir a jugar?-

-No, ve a dormir. Es tarde.- Dijo Matthew y lo escuche triste. Me acerque a donde estaba y lo abrace. Lo solté y me fui corriendo hacia las escaleras sosteniéndome del barandal y viendo por la gran ventana que estaba oscuro.

La puerta de mi cuarto estaba abierta y mi cama estaba destendida, se sentía aún calientita.

Me quite los tenis lanzándolos por ahí y me cobije hasta el cuello, antes de cerrar los ojos vi a Kya mirarme molesta.

•••

-Es todavía temprano para que te despiertes.-Dijo Ian cuando tome asiento en mi silla de la cocina.

-Cuando desperté no estabas a mi lado.- Le dije a Ian quien estaba a espalda mía, estábamos en la cocina y yo estaba esperando a que me sirviera el desayuno.

-Sabia que no tardaría es despertar, y cuando lo hicieras tendrías hambre.- Me contesto y giro a verme con media sonrisa.

-Te ves triste.- Murmuré cuando supe que no habría bromas el día de hoy.

-¿Si? Creí que lo estaba disimulando bien.- Dijo entregándome un plato con Hot-Cakes, me sonrió y se sentó en la silla de enfrente, su sonrisa no llegaba a sus ojos.

-¿Y los demás?- Pregunte al percatarme de que no había ruido más que los pajaritos afuera.

-Con Peter y Mar.- Contestó sin pensarlo mucho.

-¿Porque estas triste?- Pregunte y se quedo en silencio quitando su mirada de mi.

-Porque no recuerdas.- Dijo y me le quede viendo para ver si decía algo mas. Cosa que no hizo.

Pellizque la comida porque se me fue el hambre por la repentina incomodidad. El teléfono de Ian sonó y se levanto de ahí viendo el nombre en la pantalla.

-Termina de comer, ya vengo.- Dijo antes de salir por la puerta de atrás.

El lugar se puso frío y sabía que no era por el aire que se coló cuando Ian salió, se escucho como los seguros de las puertas se cerraban así como la ventana que separaba el comedor de la sala, las llaves de la estufa giraron abriéndose y a los segundos un olor a gas inundo el lugar.

"Juguemos."

Viviendo con VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora