Capitulo 23

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Matthew y Cameron fueron los primeros en salir.

Nathan salio azotando la puerta para ir hacia la cajuela, yo seguía con los brazos cruzados y Ian luchaba por ponerme los zapatos tratando de no quebrarme el tobillo.

—¡Oh Sky! ¡Entonces pontelos tú!— Me regaño Ian lanzando los zapatos hacia abajo, salió de la camioneta también azotando la puerta.

Rodé los ojos y le puse seguro a la puerta donde estaba recargada, subí mis pies al asiento y me envolvi en la cobija.

—Sera rápido, vamos.— Dijo Nathan abriendo la puerta del piloto, negué con la cabeza.— A nosotros tampoco nos gustar estar en este lugar.

—Entonces nadie va.— Murmuré entre dientes y voltee la cara.

—No te comportes así, lo hacemos por ti.

—¡Odio los hospitales!—Le grite repitiendo lo mismo desde que llegamos.

—Y nosotros odiamos venir a donde sacan sangre.— Contestó y lo mire haciendo una mueca exagerada.

—¡Y encima es para eso!— Me lamente y oculte mi rostro en la cobija.

La puerta de enfrente mio se abrió y Nathan no muy contento tomó los tenis de hace un momento, jalo mi pie y puso uno de ellos sin mucho cuidado, lo mismo hizo con el otro sin importarle lo apretados que los sentía.

Me sorprendí ante su comportamiento, nunca había hecho algo así, aunque yo tampoco había reaccionado de esa manera con ellos.

—Bajate.— Ordenó y se me encogió el estómago.—No vayas a llorar.

—Les tengo pánico a las agujas.— Dije sorbiendo por la nariz.

—Solo será un pinchazo.-

—¡Hubiera sido mejor que le hablaran a Peter y a Mariana!— Le grite sin saber muy bien que usar para defenderme y que no hicieran eso.

Digamos que en las pocas semanas en las que estuve en la casa hogar, antes de que los Anderson fueran por mi, los más grandes me usaban como rata de laboratorio y me picaban con un montón de agujas sin mucho cuidado para su entretenimiento.

—Porque están en otro continente.—Dijo lentamente y sabia que estaba perdiendo la paciencia, siempre hablaba así cuando pasaba algo similar.

No le conteste y agache la cabeza.

—Vamos, si nosotros supiéramos que hacer lo hubiéramos hecho. Si pudiéramos. ¿Sabes hace cuanto que no comemos? Muchos días, entrar ahí sera un total desafío, coopera con nosotros.—Soltó en discurso.— Ese comportamiento no es normal Sky...

—Es completamente normal que quiera defenderme...— Lo interrumpi alzando la cabeza.

—No es normal que un día corras más rápido y en la noche no puedas dormir o lo contrario, que estés con una energía increíble y al día siguiente que estés más deprimida que otra cosa. No es normal, y me salgas con que son las hormonas porque eso no provoca lo que dije y así sobrevivas, que te marees y llegues a desmayarte o a perder el conocimiento ¡Eso no es normal!— Dijo alzando la voz hasta el último, me tomó del brazo y trato de sacarme con amor.

Puff, claro, que reine el amor.

Nathan me llevaba del brazo y los chicos estaban al rededor de nosotros sabiendo que podría correr y hacer un show.

Con la mano que tenia libre alce el pantalón de la pijama que se me estaba cayendo y agache aún más la cabeza al recordar que iba en pijama, solo era un pantalón gris holgado por debajo de las rodillas y una blusa negra de manga larga, sólo que esta no se veía por la sudadera que tenía puesta de Ian.

Viviendo con VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora