Estaba semidormida cuando me percaté de que el se acostaba a mi lado, ya había amanecido. El me miró y sonrió.
-Hola bonita, si que dormiste mucho, -dijo besándome la frente.
Le devolví la sonrisa sentándome en la cama.
-Hola -dije mirándolo.
Llevaba una camisa a cuadros, tenía su cabello alborotado y seguia sin razurar. Volví a sonreír.
-Te amo, te amo tanto! -dije tocando su mejilla.
El me besó, sonriendo feliz de escucharme.
-Daiana, hoy viene una señora, la terapista. -dijo poniéndose serio.
-Y porque esa cara? deberías estar feliz.
-No lo sé, aveces siento miedo, no, no creo que pueda volver a caminar como antes sin la ayuda de estas muletas -dijo angustiado.
-Porque dices eso Keinan? Eres fuerte, yo se que lo harás -dije besando levemente sus labios.
-Siento dolor, punzadas en la pierna. En la que operaron no siento nada Daiana -dijo dejándome sin palabras.
-No entiendo Keinan, como que no sientes nada? -dije preocupada
-No siento nada Daiana, es como si mi pierna estuviera muerta.
-Dios, como dices eso Keinan, no puede ser, andas con las muletas.
-No puedo mantenerme en pie, siento mucho dolor -dijo desesperado.
-Keinan cálmate, es cuestión de tiempo, para eso son las terapias, tienes, tienes que poner de tu parte.
-Tuvistes un accidente muy feo, estas vivo gracias a Dios, fue mucho tiempo en coma, estuvistes entubado, Dios mio Keinan, por poco mueres -dije recordando todo sin poder evitar el llanto.-No bonita no llores, no quise que reaccionaras así, lo siento. Yo solo quisiera poder mantenerme en pie sin estas cosas. -dijo pasándo su mano por mi cabello.
Me seque las lágrimas calmándome un poco sin dejar de mirarlo. Lo deseaba, estaba tan necesitada de el, pero no quería que hiciera desarreglo alguno. Ni yo misma podía creer que tan sólo hubiéramos hecho el amor una sola vez.
-Que pasa? -dijo frunciendo el ceño al verme pensativa.
-Te amo Keinan -dije dándole un beso que el me devolvió.
Me levanté dirigiéndome a la cocina mientras el se mantuvo sentado en la cama. Al cabo de unos minutos alguien tocó la puerta.
-Adelante.
-Buenos días, el Señor Mendietta? -dijo una señora como de unos 50 años. Se identificó como Maria, la Terapista.
-Soy yo -dijo Keinan al escucharla.
La señora lo miró de pies a cabeza.
-Sr. Mendietta, yo soy Maria, la Terapeuta. Le haré una entrevista y luego empezaremos las terapias. Le explicaré muy bien hoy. Mañana me acompañará mi sobrina, Melisa, ella es enfermera y me ayudará con las terapias ya que su expediente médico lo exije.
-Claro, gracias.
Empezé a llenar un récord médico y luego dijo que solo vendría los fines de semana. En las próximas visitas vendría con su acompañante. Me explicó todo, para luego empezar con los calentamientos.
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-Vamos Sr. Mendietta, -dijo halándome la pierna hasta abajo, después de casi media hora con aquel ejercicio.
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AMARTE DUELE (PARTE 2 SECUESTRADA)
RandomEsta novela se basa en 3 Partes SECUESTRADA (PARTE 1) AMARTE DUELE (PARTE 2) TERRIBLE OBSESIÓN (PARTE 3) Keinan Mendietta y Daiana Maverick se habian dado la oportunidad de empezar una nueva vida al salir del hospital, junto a su hijo. Emprendieron...