Confusa

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Amaneció.....

Me había tardado en quedar dormida, pero al conseguirlo lo hice plácidamente. Esa noche soñé con Keinan. Me tenía secuestrada, otravez secuestrada, pero esta vez me trataba bien, yo estaba a punto de dar a luz. Ví a Ryan en mi sueño, lo veia llorando y me levanté sobresaltada. Al hacerlo sentí que me miraban, me quedé inmóvil.

-Que, que pasa? Porque me miras así?

-Estuve la noche pendiente de ti, estabas  moviéndote demasiado.

Noté que estaba intranquilo, disgustado y empezé a sentirme nerviosa.

-Porque no me dijistes que Jay te llevo a casa de Criss? -dijo dejándome sin palabras.

Me quedé sin reaccionar, sorprendida al escucharlo. Iba a hablar cuando el se  adelantó.

-Estaba Ryan? Dime la verdad -dijo molesto.

-Jay que te ha dicho? Porque? Le pedí el favor, porque Jay me hace esto? -dije sin comprender.

-Porque me conoce muy bien, contesta a mi pregunta Daiana -dijo acercándose.

-Le pedí que me llevará, no estuve mucho tiempo.

-Estaba el?

Me quedé callada, yo sabía que ardía de coraje, que se estaba controlando, pero hasta cuándo se controlaría? No habló más nada y su reacción me sorprendió.

Pasaban los días y lo notaba muy raro, había mantenido una distancia que yo no comprendía.
A veces lo veía hablando por celular y pensaba que tendría que ser con Melisa, pero nunca le preguntaba. Tampoco me había vuelto a insistir, ni a pedirme perdón. Mucho menos me había besado, ni había hecho el más mínimo intento de tocarme. Lo sentía raro. Acaso se había cansado de mi? Se pasaba horas solo en el patio, limpiando y ejercitándose. Casi no me hablaba y si lo hacía era directo a lo que quería escuchar, nada más. Me había quitado otravez el celular, pero me dejaba usarlo cuando se lo pedía. Se veía mucho más delgado, no se había razurado mas y su cabello ya estaba empezando a crecer.

La verdad que Keinan era muy guapo, me gustaba de una manera sobrenatural. Estaba embelesada mirándolo cortar unos árboles cuando lo escuché maldecir al mismo tiempo que lo ví caer de rodillas al suelo. Me asusté y corrí hasta llegar donde el.

-Dios mío, que pasó? Estás bien? -dije ayudándolo a incorporarse.

-No lo sé, mierda.... -dijo mirándose el pantalón rasgado.

-Ay Dios mío, déjame mirarte, que te paso?

-Se zafó el disco de la sierra Daiana -dijo subiendo la pata del pantalón mirando la herida toda llena de sangre.

-Estas herido, en tu pierna operada, Dios mío tenemos que ir a un Hospital -dije muy asustada. -Estas bien? -dije mirándolo al ver que se mareaba por la pérdida de sangre.

-Tranquila, un poco mareado, deja que se me pase el dolor y lo vendas Daiana, haz un torniquete, vamos date prisa.

-Ay Dios Keinan, voy a llamar a Jay -dije marcando el número, al tiempo que corría a la casa por algun trapo que sirviera de amarre.

Llegue en cuestión de segundos, levanté la pata del pantalón y empecé a hacerle el torniquete.
Era una herida profunda, necesitaría puntos, estaba perdiendo mucha sangre.

-Estas bien? -dije mirándolo nerviosa.

-Duele, duele, aprietálo más fuerte -decia sin poder hablar.

-Llamé a Jay, ya viene en camino, puedes levantarte?

-Creo que si, -dijo tratando de ponerse en pie.

Lo ayude a caminar, aguantándolo por la cintura y casi arrastras llegamos a la casa.
Le di agua y un poco de isopropyl y lo ayudé a sentarse al sofá.

-Estas bien? -dije poniéndole el abanico de lejos para que sintiera aire.

Asintió con la cabeza y me miró.

-Gracias -dijo mareado.

El paño que le había puesto se pintó de rojo rápidamente y tuve que buscar otro.

-Estas perdiendo mucha sangre, Dios mio talvez diste con alguna vena.

-Al parecer Daiana, haz presión, aunque me duela, hay que parar el sangrado, rayos -dijo quejándose al yo seguir sus órdenes.

Paso poco menos de una hora cuando llegó Jay. Entró corriendo ayudándome a levantar a Keinan. Al cabo de casi una hora estábamos en el Hospital.

-Por poco te desangras, fue una herida fea -me dijo Jay mirándome asustado.
-Como pasó?

-Se salió el disco de la sierra y no pudo aterrizar en otro lado que no fuera mi pierna.

Jay hizo un gesto de dolor y yo al recordar el momento me sentí mareada. Pero gracias a Dios ya todo estaba controlado. Veinte puntos de sutura, mucha sangre perdida, pero el torniquete había ayudado. Pasamos buenas horas en el Hospital, hasta que nos pudimos ir a la casa.

Era de noche, me sentía muy cansada. Jay conducía y Keinan se había quedado dormido en el sillón del auto gracias a los medicamentos para el dolor.

-Llegamos -dijo Jay estacionándose.

-Keinan, Keinan -lo llame moviéndolo un poco para que se despertara.
-llegamos, ven te ayudo a bajar.

Entramos a la casa y Jay lo ayudó a entrar al dormitorio. Se tiró en la cama y el sueño lo venció.  Salí a la cocina y bebí agua, escuché pasos y llegaba Jay. Lo miré muy sería, pero no dije nada.

-Daiana, yo, yo me voy a casa, cualquier cosa me avisas.

-Claro, gracias.

Lo ví retirarse y me senté en el sillón. Cerré los ojos y sin darme cuenta me dormí.

*************

Me levanté sobresaltada por el sonido del celular y miré la hora. Eran las tres de la mañana. Me estuvo raro y contesté. Era Ryan.

-Dios mío, te has vuelto loco, sabes que no puedo hablar contigo.

-Me urge Daiana, tengo que decirte algo, si no fuera importante no hubiera llamado a esta hora.

El corazón se me aceleró, no sabía qué hacer. Me sentia intranquila.
Que quería Ryan?

-No lo sé Ryan, sabes que no puedo salir sola de esta casa.

-Con quien hablas? -dijo una voz que conocía muy bien.

Me quedé muda, paralizada, los latidos de mi corazón se aceleraron de tal manera que empezé a sofocarme. Sentí miedo y corté la llamada, al tiempo que ponía el celular sobre la mesita de noche. No supe que decir y mi voz empezó a temblar. El se dió cuenta y caminó como pudo hasta la mesa  agarrando el celular en la mano. Empezó a buscar la llamada. Pude jurar que el corazón se me paralizaba de los nervios y me inquiete.
Keinan me miro con la mirada más furiosa que le había visto en mi vida y me inquiete, levantándome del sofá. Caminé hacia el otro lado del cuarto. Se puso furioso y tiró el celular contra la pared haciéndolo pedazos, tirando de la puerta para que yo no saliera.

-Eres una mentirosa, te ves con él, le hablas y encima de eso lo haces en mi presencia.

-No, te juro que las cosas no son como parecen, fui a casa de Criss por mis hijos, el me acaba de llamar, no se lo que quiere, no es como dices. Solo le interesa saber de quién es mi bebé. -dije asustada.

-Tu bebé no ha nacido aún, los dos sabemos que hay que esperar, y estas horas no son las indicadas para hablar esos temas Daiana. -dijo furioso.

No dije nada, no quería seguir la disputa. No comprendía a Keinan, me había tratado con indiferencia y ahora me celaba.
Estaba bien molesto, pero también adolorido. Caminó un poco más pero no pudo llegar, tambaleo y tuvo que aguantarse.

-Estoy molesto Daiana. -dijo furioso.

Me quedé callada, tragué en seco. Lo ví abrir la puerta y salió dando un portazo que me hizo brincar del susto. Las horas que faltaban para amanecer las pase mal, no podia dormir. Pensaba en Ryan, lo había sentido ansioso y la curiosidad empezó a atacarme. Yo necesitaba ir a casa de Criss, como lo haría? No sabía.

AMARTE DUELE (PARTE 2 SECUESTRADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora