Keinan

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-Keinan -dijo sorprendida.

No pude evitarlo, la sostuve por la cintura y la besé apasionadamente.

-Que haces -decía con la voz quebrada en llanto.

-Te amo Daiana -dije abrazándola fuertemente sin querer soltarla.

-Estas loco -mi cuerpo temblaba.

-Estoy loco de amor, completamente loco por ti, no voy a dejarte nunca, nunca, nunca.

Temblaba entre mis brazos, se veia aturdida, asimilaba mi llegada, la veia un poco desconectada de la realidad.

-Espera -dijo poniendo distancia entre los dos.

No estaba dispuesto a perderla de ninguna manera. Esta era mi última carta y me la estaba jugando muy confiadamente.

-Vine por tu perdon y estoy dispuesto a arrodillarme si es necesario.

-No quiero juzgarte Keinan, yo hice lo mismo pero.....

-Shhhh, no digas nada, -dije poniéndo un dedo en sus labios.
-No voy a dejarte sola, quiero estar junto a mis hijos, verlos crecer, tener a mi familia conmigo -dije sin dejar de besarla.

Ella no paraba de temblar, la tenía entre mis brazos, mientras la besaba. Su cuerpo me reclamaba, aquella mujer me amaba, ya estaba seguro de eso. Me separé un poco al sentir sus lagrimas sobre mis labios.

-No llores, no quiero verte hacerlo mas -le besaba la cara, le besaba sus labios, besaba sus lagrimas.

-Que hubieras hecho entonces si la bebé no hubiera sido tuya? -dijo entre mis labios

-Te hubiera aceptado de todos modos bonita -decia besándola toda
-pero el corazón sentía que yo era el padre, nunca dije nada Daiana, queria estar seguro -dije apretándola contra mi pecho.

La escuché gemir, su silencio decia mucho, sollozaba entre mis brazos.

-Te amo, te amo -dije besándola una y otra vez.

-Estoy sola Keinan -dijo con un deseo que me volvio loco.

-Daiana -sonreí ante su mirada picarezca.

Ella me condujo al cuarto y empezé a desvestirla, quería hacerle el amor, no me importaba nada más, quería sentirla bien mía.

-Te amo, te amo, no quiero dejarte nunca más -dijo Keinan entre mis brazos.

Lo abrazé con tanta fuerza que parecíamos un solo cuerpo.
Sonrei con timidez, no podía creer que él estuviera allí, a mi lado, junto a mí.

-Que pasá? -dije curiosa al ver como me miraba.

-Nos vamos a casa Daiana.

-Tan pronto? -dije llena de emoción.

-Vamos por nuestros tres hijos, ya estoy ansioso por tener a mi familia en casa.

Escuchar aquellas palabras me llenaban el corazón de una felicidad inmensa y lo abrazé sintiendo que lo amaba mas.

Al cabo de unos minutos bajaba al auto sintiéndome la mujer más feliz de la vida. Miré a nuestros tres hijos y lo miré a el.

-Te amo Keinan Mendietta, te amo mas que a mi vida. -dije besándolo con todas las ganas que tenía dentro de mi.

Y así el y yo emprendimos una nueva vida olvidándonos de todo lo demás.

"En el fondo de mi corazón yo sabía y sentía que yo era el padre"
Y no se equivocó, fueron las palabras que salieron de sus labios, haciéndome sentir la mujer más feliz sobre la tierra.

Fin, 💘

AMARTE DUELE (PARTE 2 SECUESTRADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora