Me senté en la cama sin saber como. El corazón se me agitó de una manera que podia sentirlo en cada parte de mi cuerpo. La cabeza me latia muy fuerte y me quedé sin voz. Mis ojos se encontraron con los de ella y pude entonces analizar la gravedad del asunto.
-Daiana -fue solo lo que mis labios pudieron decir.
-No tienes idea de como me siento así que cállate -gritó llorando.
Me quedé mudo mirando a Criss, estaba muy seria, callada, entonces mire a Melisa, se gozaba el momento. Mis ojos se llenaron de lágrimas y queria hablar mas sin embargo las palabras no me salian.
-Como pudistes? porque Melisa? no te correspondía -dije sintiendo como el cuerpo me temblaba.
-Callate, cállate mentiroso, eres malo, muy malo -dijo Daiana atacada en llanto.
-Daiana piensa en el bebé por favor -le dijo Criss abrazándola.
-Vamos Keinan háblale con la verdad, cuentale las veces que nos acostamos en tu propia casa, hazlo -gritó Melisa.
-Cállate Melisa, cállate, Daiana no la escuches por favor, ven acá, ven donde estoy, tengo que hablarte -trate de moverme, pero las malditas piernas no me respondían.
Lo único que escuchaba era el llanto de ella, estaba muy afectada emocionalmente, quería morirme.
-Bonita, porfavor -ella me miró con los ojos llenos de lágrimas.
-Te odio Keinan, te odio. -gritó fuerte dando la vuelta para salir del cuarto seguida de Criss.
-Espera, espera, no te vayas, no te vayas -estaba loco, gritándole sin resultado alguno.
Fue tanto mi desespero que trate de bajarme de la cama y al poner la pierna derecha en el suelo se fue en falso haciéndome caer al vacio. El dolor fue insoportable, quedándome sin aire, sintiendo punzadas en toda la columna vertebral.
Melisa se acercó corriendo para ayudarme y al no poder sola la escuché pedir ayuda.
-Keinan, Keinan, estúpido, eres un idiota. -me gritaba.
-Estoy mareado, creo que me lastime -dije adolorido.
-Sueltame Melisa, déjame solo -dije tirando un golpe sin pensar.Vi llegar personal de enfermería hacia donde estaba y al parecer volvian a inyectarme algo.
Me fui en un inmenso sueño, me veia en la playa con Kenny, siempre en silla de ruedas. Daiana no estaba a mi lado.***************
-Tranquilo Mendietta, todo está bien, está reaccionando Doctor
-dijeron al tiempo que abria los ojos.Me encontraba en una sala de operaciones, eso pensaba por el enorme foco que amenazaba con dejarme ciego. Me sentia desorientado, confuso, quise moverme y no pude.
-Qui, quiero devolver -dije sintiendo unas nauseas horribles
-Vamos, devuelve, no te preocupes, es la anestesia -dijo una joven enfermera ayudándome a girar.
Trataba de vomitar, pero no podía, no salía nada, mire hacia abajo y pude ver mis piernas, me quedé inmóvil.
-Donde, donde estoy? -dije aturdido.
-En sala de recuperación, ya estás operado.
-Operado? no, mis piernas -dije asustado sin poder sentirlas.
-No, no no puedes moverte, no lo hagas, no podrás hacerlo.
-Daiana? Y mi esposa? Cuando, cuando me operaron?
-Ayer Mendietta, estuvistes dos días dormido con medicación fuerte para el dolor, fue una operación de emergencia. Te caistes de la cama y la fractura que tenias se complicó, lo recuerdas? -dijo la enfermera mirándome.
-Mi esposa? donde esta? Quiero verla -le dije a la enfermera que se encontraba a mi lado.
-No Señor, no ha venido, aquí solo ha estado su amigo Jay y la enfermera que trabaja con su Doctor.
-Keinan, mi amor ya estás despierto? -dijo Melisa antes que yo volviera a preguntar por Daiana.
-Lo dejo en buenas manos Señor -dijo la chica alejándose.
-Melisa vete.
-No puedo, vine a velar por tu salud.
-No quiero verte.
-Vas a tener que hacerlo por buen tiempo Keinan, porque soy tu enfermera, tu terapista y más que eso soy la madre de tu hijo, que por cierto es una niña.
Sentia deseos de llorar, pensaba en Daiana, en mis hijos con ella, en nada más.
-Que no me escuchastes, vamos a tener una niña Keinan.
Cerré mis ojos sintiendo una lagrima caer.
-Te estoy hablando -dijo molesta
-mirame Keinan, quiero que me prestes atención cuando hablo.-Dejame solo.
-Bien, descansa entonces -dijo saliendo del cuarto.
Me quedé solo y no pude evitar estallar en llanto. No podía dejar de pensar en Daiana. Tenía que hablarle, necesitaba que ella estuviera a mi lado. La necesitaba conmigo.
**************
-Daiana, por favor no puedes seguir llorando -dijo Criss muy preocupada.
-Dejame llorar Criss, tengo que hacerlo.
-Le haces daño a tu bebé.-No puedo evitarlo Criss, me duele el corazón, porque?, porque Keinan me hizo esto? no lo entiendo.
-No lo sé Daiana, los hombres son tan incomprensibles.
-Lo perdoné, le di la oportunidad, no lo reporté a la policía, me enamoré de otro Keinan, sin saber que era el maldito violador encapuchado -dijo atacada en llanto.
-Ahora me hace esto en mi propia casa, me siento fatal Criss, me siento morir.-Que puedo hacer para que te calmes Daiana?
-Quiero llorar, déjame llorar -dijo levantándose de la cama saliendo al patio de la casa.
-Dios mío, quítame este dolor.
-Daiana. -escuché mi nombre.-Ryan!
-Se lo que pasó, lo siento mucho -dijo el abrazándome.
Me fundi en un abrazo con el que sabia que era sincero. Cuando nos soltamos, me miró a los ojos, yo lloraba.
-Sabes que te apoyo en lo que sea Daiana, lo sabes verdad?
-Gracias, gracias amigo.
-No te dejaré sola, ven -dijo abrazándome otra vez.
Aquello era justo lo que necesitaba, que alguien me abrazara fuerte, sentirme protegida, me sentía tan debil, tenía el alma abatida de pena y dolor. Pensaba en Keinan sin querer hacerlo, lo había abandonado en sus momentos más débiles, pero y el que? También me había hecho igual, talvez peor, me había dejado nuevamente embarazada sin importarle nada. En mi propia casa me había engañado. No podría perdonarlo jamás, ya no.
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AMARTE DUELE (PARTE 2 SECUESTRADA)
RandomEsta novela se basa en 3 Partes SECUESTRADA (PARTE 1) AMARTE DUELE (PARTE 2) TERRIBLE OBSESIÓN (PARTE 3) Keinan Mendietta y Daiana Maverick se habian dado la oportunidad de empezar una nueva vida al salir del hospital, junto a su hijo. Emprendieron...