Esta novela se basa en 3 Partes
SECUESTRADA (PARTE 1)
AMARTE DUELE (PARTE 2)
TERRIBLE OBSESIÓN (PARTE 3)
Keinan Mendietta y Daiana Maverick se habian dado la oportunidad de empezar una nueva vida al salir del hospital, junto a su hijo. Emprendieron...
No decía nada, solo volvió a levantarme del suelo tirándome sobre la cama y empezó a golpearme en la cara.
-Soy la madre de tus hijos -grité tratando de hacerlo razonar.
Estaba desquiciado, no media fuerzas, ya no podía con tanta cachetada, trataba de defenderme, pero sentia que me desmayaba.
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Me levanté con un fuerte dolor de cabeza recordando lo que habia pasado. Sentia dolor y al pasar los dedos por mis labios se tiñeron de sangre. Me dolía el cuerpo, pero más el corazón. Ya todo estaba perdido con aquel hombre. Comprendí que el no me amaba como decia, estaba enfermo, yo tenía que salir de allí antes de que fuera tarde.
-No esperaba esto de ti. -dijo al ver que yo habia despertado.
Tenia los ojos tan hinchados que no lo habia visto sentado en el otro lado de aquel cuarto. Me miraba. No queria hablarle y cambie rápidamente la mirada, como habia sido capaz de golpearme.
-Me dejabas solo Daiana, nunca me atendias, necesité de ti muchas veces mas de las que pudiste atenderme.
Seguia hablando para que yo lo escuchara. Evidentemente estaba mal. Yo seguía callada, tenía miedo, me levanté como pude y caminé hacia la puerta. El me miró y me detuve.
-No he podido vivir una vida normal desde que me acusastes a la policía, ahora me buscan -dijo mirándome. -no me puedes perdonar mi infidelidad verdad? pero yo sí pude perdonarte el haberme condenado a más de un año estar parapléjico? a mis desmayos, sin saber si volveria a caminar? -gritó furioso levantándose de golpe.
Quise contestarle pero no pude,volvió a sostenerme por el cabello restrayándome contra la pared, cayendo sentada al suelo. Keinan jamas me había hablado de esa manera. Me quedé sin aire y empezé a llorar.
-Te prometo que no diré nada, quitaré las denuncias -dije desesperada.
-Me jodistes la vida -dijo sonriendo.
No queria mirarlo. Ese hombre estaba enfermo. Sentia tanto miedo que ya no sabia lo que sentia por el. La razón me decía que un hombre enamorado, celoso y obsesionado era capaz de cualquier cosa. Traté de calmarme sin conseguirlo. Pensé en Ryan y se me hizo un nudo en el estómago. Keinan me miró como si hubiera leído mis pensamientos y me puse más nerviosa.
-Sabes algo Daiana -dijo acercándose.
Sentia fria la sangre, los latidos de mi corazon en la garganta y las piernas me flaqueaban.
-Estoy muy decepcionado de ti -dijo sosteniéndome por los hombros.
-Por favor -dije sintiendo como me tiraba sobre la cama.
-Voy a penetrarte tan fuerte que olvidarás las veces que Ryan te ha tocado. -dijo halándome por las piernas, acercándome hacia él.
Me volví loca empujándolo, aquello no podía estar pasando.
-Te odio Mendietta, te odio, maldita sea el día en que te conoci. -gritaba desesperada.
Su reacción fue mi sorpresa, se echó hacia atrás sin decir nada, momento que aproveché para levantarme de la cama.
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