Que haces aqui

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Miraba el suelo, meneaba los zapatos de lado a lado tratando de distraer mi mente, no podía controlar mi inquietud. Le estaba pidiendo a Dios que me castigará a mi, no ha ella, cuando lo escuché llegar.

 Le estaba pidiendo a Dios que me castigará a mi, no ha ella, cuando lo escuché llegar

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No pude controlar mi rabia levantándome de golpe, llegando hasta donde estaba el.

-Que diablos haces aquí? -dije sin evitar la furia.

-Eso a ti no te importa, estoy aquí por ella, el que no debería estar eres tú, maldito infeliz.

-Porfavor no es el momento ni el lugar para disputas -dijo Criss llegando detrás de Ryan.

-Que se largue, no te quiero cerca de Daiana -dije mirándolo a los ojos.

-No me iré, estaré pendiente de ella y del bebé. Por tu culpa está aqui. -dijo muy molesto

Lo miré furioso a los ojos y quise salir del otro lado del pasillo, al pasar por su lado le dí con el hombro haciendo que se tambaleara. El se giró devolviéndome el movimiento. Me detuve y Criss se metió entre medio de los dos.

-Ay porfavor ya basta, Daiana no necesita esto, lo que importa es su salud y la de su bebé.
-Eres un desgraciado Mendietta, ojalá y al bebé no le pase nada -dijo Criss llorando.

Necesitaba aire, necesitaba pensar. Entré a la cafetería y me senté en una mesa.

Pasaron las horas.......

Me había quedado casi dormido en el sillón de espera cuando escuché el Doctor hablando con Criss y Ryan.

Me había quedado casi dormido en el sillón de espera cuando escuché el Doctor hablando con Criss y Ryan

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Los miré, el gesto de Ryan decía mucho. Me levanté sin pensarlo y me uní a la conversación.

-Que pasa Criss? -dije preocupado.

La ví tragar en seco mirándome muy serio.

-Esta delicada, están tratando de salvar el bebé, la caída le provocó desprendimiento de placenta.

Me quedé sin palabras, no pude decir nada, me recosté de la pared y cerré los ojos. Me sentía un nudo en la garganta que no me dejaba hablar. Quería llorar y me estaba aguantando, pero sabía que en cualquier momento iba a derrumbarme.

-Quiero hablar contigo Keinan -dijo Criss haciendo que reaccionara en aquel momento.

-Claro, lo que sea Criss.

-Aqui nó, vámonos afuera -dijo haciéndome señas con la mano hacia el pasillo.

La seguí sin decir nada y nos fuimos afuera del Hospital. Ella se sentó en una banca y yo me senté a su lado.

-Necesito porfavor que Daiana esté tranquila, el Doctor me ha dicho que cualquier disgusto no le hará bien. No sé de quién será ese bebé, pero si es de mi primo el no va descansar hasta reconocerlo y cuidar de el -dijo provocando que la dejara de mirar por un momento, sintiéndome molesto.
-Keinan lo siento, no quiero que le pase nada a ese bebé.

-Quédate tranquila Criss, yo, yo he tomado una desicion -dije mirándola. Me levanté sintiendo que ya no podía más, sentia dolor en el alma.

-A que te refieres? -dijo ella sin apartar la vista.

-Te doy mi palabra que no le daré más disgustos. Yo, yo voy a verla. Quiero hablarle, necesito decirle algo. Cuídame a mis hijos porfavor, te lo pido de corazón. -dije marchándome.

Ella solo me miro extrañada, afirmándo con la cabeza, sin decir mas nada.

***************

Pasaron las horas.....

Me había quedado dormido en la sala de espera cuando escuché el Doctor llamar.

-Familiares de la Srta. Maverick.

Me levanté sobresaltado, miré a la sala y ni Criss ni Ryan estaban.

-Doctor dígame? Puedo entrar ya? Quiero verla.

-Puedes entrar, pero recuerde, nada de disgustos ni noticias fuertes. Ella necesita descansar. Ahora duerme porque se le administro medicamentos para el dolor, pero puedes entrar.

-Gracias -dije caminando hacia el cuarto.

Me detuve frente a la puerta, cojiendo aire antes de abrir.
Empujé con cuidado y entré. Me detuve frente a la cama sintiendo que los ojos se me llenaban de lágrimas. Me acerqué a ella, dormía tranquilamente.

-Daiana, mi Daiana -dije sentándome en la silla frente a ella, tomándole las manos,  dándole un beso en cada palma. Baje la cabeza y me recosté sobre ella, sintiendo su olor. Me quedé así unos minutos, hasta que la sentí moverse.

-Keinan -dijo tratando de incorporarse.

-No, no te muevas, estoy aquí contigo.

-Que pasó? -dijo aturdida.

-Tuvistes una caída fuerte, pero ya estas estable. Estás en el Hospital.

-Mi bebé, te fuistes, me dejaste.

-Porfavor cálmate, ya no lo recuerdes más. Tu bebé está en monitoreo, tienes que calmarte, yo estoy aquí. -dije besándole sus manos.

-No te vayas, porfavor. -dijo con los ojos llorosos.

-Daiana -dije bajando la cabeza -yo no quiero hacerte más daño. Lo que pasó fue mi culpa. -tenía la voz quebrada.

-No te vayas porfavor, no quiero que te vayas -dijo llorando.

-Lo único que he hecho es hacerte daño, las veces que pase fuera de la casa lo hice por que me estaba volviendo loco, estaba pensando, estaba solo. No llores, porfavor. -dije derrumbándome sobre ella.

No aguanté más y la abraze llorando sin querer soltarla. Tenía que dejarla, si la queria tenía que darle la libertad, amarla me dolía, me dolía inmensamente.

-No quiero verte sufrir más, te dejo libre Daiana, lo único que te pido es que no me niegues el derecho a saber quién es el padre de ese bebé porfavor. -dije soltándola.

Me levanté para irme. Ella se quedó inmóvil, no dejaba de llorar.

-Estoy arrepentido no sabes cuanto. -dije caminando hacia la puerta.

-No, no Keinan no te vayas, porfavor no me dejes Keinan, Keinan. -gritaba fuerte sin dejar de llorar.

No dije nada, solo sentia mis lágrimas bajar por mi cara, tenía el corazón destrozado y la mirada vacía. Di la vuelta y sin mirar atrás abrí la puerta saliendo de aquella habitación dejando mi corazón a medias, sabiendo que ya mi vida no volvería hacer la misma.

AMARTE DUELE (PARTE 2 SECUESTRADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora