Capítulo 20

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Casi al final de la jornada laboral. Chris la llamó para que acudiera a su despacho.

Christopher: Maite me ha dicho que te estás poniendo al corriente con mucha rapidez —anunció con satisfacción.— Al parecer, vas a trabajar muy bien.

Dulce: Gracias —respondió, sentada delante de él.

Christopher: No obstante, tenemos un problema.

Dul frunció el ceño con una mirada llena de curiosidad. No lograba adivinar de qué problema podía tratarse.

Christopher: Se trata del problema del transporte. Sería un placer para mí ir a recogerte todas las mañanas y llevarte a tu casa por las tardes; sin embargo, como puedes suponer, no sería práctico... a menos, por supuesto, que vengas a vivir a mi casa.

Chris arqueó las cejas y añadió:

Christopher: No, ya veo que no —anunció cuando la vio enderezar la espalda en el asiento.— En ese caso, te procuraré un coche.

Dul se quedó boquiabierta.

Dulce: No puedes hacer eso. Ya has sido demasiado generoso conmigo. Vendré en autobús.

Christopher: Ni hablar. Según tengo entendido, el horario de los autobuses no es muy fiable. Además, si no fuera capaz de cuidar de mi ex esposa, teniendo en cuenta que ella me está ayudando, no sería el hombre que creo ser. Será un placer para mí, Dulce.

Chris la miró a los ojos fijamente, retándola a negarse. Al ver que ella no contestaba, él sonrió.

Christopher: En ese caso, todo arreglado. Haré que te envíen un coche inmediatamente.

Dul no supo qué decir y, una hora más tarde, Chris la condujo hasta su coche nuevo.

Christopher: Todos los impuestos están pagados y está asegurado, y el tanque está lleno de gasolina —dijo enseñándole las llaves del coche.

Dulce: No sé qué decir —suspiró.— Es demasiado.

Christopher: Lo único que te pido es que demuestres que no me he equivocado al confiar en ti —dijo en tono serio.

Dulce: Sé que puedo hacer bien el trabajo.

Él asintió.

Christopher: En ese caso, no tendremos ningún problema.

Bajo Su HechizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora