Capítulo 9

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Chris lanzó un gruñido de enfado. Después, guardó silencio unos segundos y, por fin, suspiró.

Christopher: Lo que has dicho demuestra que nunca llegaste a conocerme. ¿A dónde fuiste?

Dulce: A Escocia —admitió con desgana.— Alquilé una casita de campo y me puse a trabajar.

Uckermann frunció el ceño.

Christopher: ¿Que te fuiste a Escocia? Lo más lejos posible de aquí sin abandonar el país. ¿Qué le pareció a tu madre que te fueras allí?

Dulce: Hablábamos por teléfono todos los días.

Christopher: ¿Pero no volviste para verla? —inquirió con incredulidad, alzando la voz.

Dulce: Lo hice. Prefería que ella hubiera ido a verme a mí, pero dado su estado...

Christopher: ¿Tenías miedo de tropezarte conmigo? —la interrumpió en tono cortante. Dul no necesitó responder, sus ojos lo hicieron por ella. — ¿Sigues odiándome, Dulce?

Dulce: Yo nunca te he odiado, Chris —respondió en tono quedo y sincero.— No era feliz, eso es todo. Quería más de la vida.

Christopher: Pero tampoco me quieres, ¿verdad? —dijo en tono igualmente quedo, con los ojos fijos en ella.

Dul sacudió la cabeza.

Dulce: No.

Dul cambió de postura, incómoda. Aunque no lo amaba, aún seguía encontrándolo irresistible. Christopher seguía despertando en ella un deseo casi incontrolable.

Los labios de Ucker esbozaron una sonrisa.

Chris no debía descubrir la verdad, pensó Dulce con desesperación. De ser así la tendría en la cama al instante.

Christopher: Dime, ¿qué clase de trabajo encontraste en Escocia?

Dul sintió un gran alivio por el cambio de conversación.

Dulce: Trabajé en una agencia de publicidad, en la oficina.

Chris arqueó las cejas.

Christopher: ¿La conozco?

Dulce: No lo creo, era muy pequeña.

Christopher: ¿Eras feliz allí?

Dul asintió.

Christopher: ¿Tenías novio?

Ella lanzó un suspiro.

Dulce: ¿Por qué insistes en preguntarme eso? Además, ¿qué te importa que tuviera o no novio?

Ucker se encogió de hombros y sonrió irónicamente.

Christopher: Es posible que quiera saber si podía, o podían, compararse conmigo.

Dulce: ¡Qué presuntuoso! —exclamó— Y tú, ¿qué me dices de ti? ¿Cuántas novias has tenido?

Christopher: ¿Por qué iba a tener novias cuando la única mujer a la que he amado realmente me abandonó?

Dul alzó la cabeza bruscamente.

Dulce: No trates de engañarme. Siempre has tenido amantes.

Christopher: Hablo totalmente en serio. Dulce, no tienes idea del daño que me hiciste. Cuando solicitaste el divorcio, no podía creerlo. Creía que reflexionarías y volverías conmigo.

Dulce: En ese caso, o eres tonto o eres un ingenuo —dijo en tono duro.— Y yo también debo de ser una idiota por estar teniendo esta conversación contigo. Es una absoluta pérdida de tiempo.

Christopher: Me gustaría salir contigo.

Dul cerró los ojos brevemente. Su corazón quería responder que sí, sentía algo que había creído muerto y que estaba completamente vivo aún. Pero su mente era consciente de que aquello sería una terrible equivocación.

Dulce: No es posible que digas eso. Y ahora, bébete el café y márchate.

Chris no parecía ser consciente del daño que le había hecho.

Bajo Su HechizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora