Capítulo 16

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Dulce se hizo a sí misma un silencioso reproche.
Lo último que quería en el mundo era discutir su situación económica con Christopher cara a cara.

Iba a ser vergonzoso.

Mientras esperaba a Chris, Dul se paseó por el cuarto de estar.

El corazón le latía con fuerza.

Aquello iba a ser peor que cuando lo amenazó con dejarlo. Peor... de otra forma. Lo que iba a hacer era rogarle. Algo que jamás había hecho.

Cuando oyó el ruido del motor del coche de Chris, abrió la puerta y retrocedió en el cuarto de estar.

Al entrar, Ucker la encontró sentada en el borde de una silla frotándose las manos, nerviosa.

Dulce: Lo siento. No quería que tú...

Pero él la interrumpió.

Christopher: ¿Cuánto dinero debes?

Después de decírselo, Ucker lanzó un silbido.

Christopher: ¿Qué te ha pasado? ¿Cómo es que debes tanto dinero?

Dulce: La enfermedad de mi madre me costó mucho, quería que tuviera la mejor atención posible. He logrado pagar los gastos médicos, pero no el alquiler de la casa. Me temo que lo que gano apenas cubre mis gastos.

Christopher: ¿Por qué no me has contado todo esto antes? ¿Por qué no acudiste a mí? —él la miró como si la considerara completamente idiota.

Dul sacudió la cabeza.

Dulce: ¿Cómo iba a pedir dinero a mi ex marido? Habría sido demasiado denigrante. Y no te lo pediría ahora de no ser porque me has ofrecido un trabajo... aunque puede que ya sea demasiado tarde —suspiró.— Mañana me quedaré en la calle.

Tras esas últimas palabras, Dul le dio a Chris la nota del casero.

Christopher: Vaya, eso parece. Creo que lo mejor será que vengas a vivir a mi casa. Aquí ya no puedes ser feliz.

Dulce: Claro que sí. Me encanta esta casa, he pasado aquí la mayor parte de mi vida. Tengo recuerdos muy felices.

Christopher: En ese caso, puedes llevar tus recuerdos contigo. Esta casa no es más que ladrillos y cemento, ya no es un hogar. Estarás mucho mejor fuera de aquí.

Dul no se rindió. Ignoró la presión a la que Ucker la estaba sometiendo, ignoró la intensidad de sus ojos cafés.

Vivir con Chris sería como vivir con el demonio.

Dulce: Yo no opino lo mismo. Chris, compartimos un pasado y no es un pasado feliz. Quiero seguir viviendo aquí.

Él alzó los hombros.

Christopher: Como quieras. Pero creo que estás cometiendo un tremendo error. En cualquier caso, la oferta sigue en pie: si dejas de querer vivir aquí, puedes venirte a mi casa.

Dulce: No cambiaré de opinión —contestó rápidamente.

Christopher: Dame la cuenta. La saldaré mañana por la mañana a primera hora.

En silencio, Dul le dio el papel.

Chris se lo metió en el bolsillo de la chaqueta y se dispuso a partir.

Christopher: ¿A las ocho entonces?

Dul asintió.

Dulce: Y gracias, Chris. Te lo agradezco de verdad.

Christopher: ¿No sería mejor que me lo agradecieras con un beso?

Bajo Su HechizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora