Christopher era un hombre físicamente excitante, ninguna mujer podía ignorarlo.
Que no hubiera sido un buen marido no significaba que no fuera un amante excelente.
Incluso ahora, pensar en su forma de hacer el amor le producía un hormigueo en el vientre.
Christopher: Te prometo que no te pediré nada que no quieras darme —dijo, aunque sus ojos decían otra cosa.
¡Chris la deseaba!
Dulce: Y yo sospecho que esa promesa vale tanto como cuando me prometías que trabajarías menos —contestó.
Ucker alzó sus anchos hombros y los dejó caer de nuevo.
Christopher: Tienes que confiar en mí, Dulce.
Dulce: ¿Si quiero conservar mi trabajo? ¿Es eso lo que estás diciendo? —le espetó.
Christopher: Algo así.
Dulce: En otras palabras, no tengo alternativa. O voy contigo mañana o vuelvo al trabajo temporal.
Christopher: Yo no lo diría tan crudamente.
Dulce: Sin embargo, es eso exactamente —le espetó.— De acuerdo, iré contigo.
Uckermann se había aprovechado de su precaria situación económica para hacer con ella lo que quisiera.
Se preguntó por qué querría Christopher salir con ella. Cualquier hombre normal se mantenía alejado de una ex esposa.
Pero Dulce lo sabía. Ucker no era un hombre normal. Él siempre había trabajado mucho y ahora, al parecer, estaba recogiendo lo que había sembrado.
Christopher: Enviaré un coche para que vaya a recogerte.
Dulce: Puedo ir en mi coche.
Quería poder irse de la casa de Ucker cuando le apeteciera, no tener que permanecer en ella hasta que él se cansara de su compañía.
Pero Chris se negó.
Christopher: ¿Te parece bien a las diez?
Dul asintió, no podía ni hablar.
Christopher: Una última cosa —dijo mientras ella se ponía en pie. ¿Qué sería?, se preguntó Dulce con exasperación. — Quiero decirte que estoy encantado con tu trabajo. Por supuesto, no esperaba menos de ti.
Un súbito placer reemplazó al resentimiento de ella.
Dulce: Gracias —dijo simplemente.
Christopher: ¿Te gusta el trabajo?
Dul asintió.
Christopher: Me gusta que trabajes para mí. Por tonto que parezca, te he echado de menos, Dulce.
¡Cielo santo! Parecía como si Ucker estuviera planeando pasarse el fin de semana intentando persuadirla de que se acostara con él.
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Bajo Su Hechizo
AcakQuería que fuera su secretaria durante el día... y su amante de noche. Cuando Dulce María volvió a ver a su marido tres años después de abandonarlo, su primer instinto fue huir. Christopher Uckermann no volvería a hacerla sufrir. Chris buscaba ven...