-Mini-Daemon y Mini-Alaude-

10.5K 684 144
                                    

~ Capítulo #2 ~

.

.

.

— Mini-Daemon y Mini-Alaude —

.

Después de haber visto a ese grupo de infantes, los Vongola se veían retenidos. Sabían que actuar precipitadamente sería un gran error.

Giotto seguía analizando la situación, buscando por todos los medios alguna oportunidad de rescatar a esos pequeños. Por su parte, el sol y la lluvia se estremecieron  de ira al ver a los dos infantes inconscientes, era obvio que ambos menores habían tratado de defender a sus amigos, pero eventualmente perdieron ante esos sujetos.

—Como verán tenemos a los hijos de cada unos de ustedes—hizo una pausa y miró a la nube. —Excepto por el de usted, señor jefe de la policía, seguro que lo tiene por ahí oculto—dijo con burla.

Alaude por su parte solo entre cerro sus ojos ¿Acaso eso era una especie de reto? Aún si él no tuviese ningún hijo.

—Pero saben, yo también hubiera ocultados a estos chicos, en especial a este. Se nota que en unos años será una preciosidad—decía mientras con su arma acariciaba la mejilla del castaño quien solo se estremecía de miedo, al mismo tiempo que aumentaba la ira en Giotto y compañía. —Pude haber esperado unos años más y quizás volverlo mi juguete y cuando me aburriera simplemente lo vendería en alguna subasta—seguía hablando con burla y superioridad, creyendo que con el menor cerca ninguno de los guardianes atacarán, ya que tenía al castaño como escudo, grave error.

Por su parte Giotto cada vez más era cegado por la ira ¿Cómo se atrevía ese bastardo a hablar así de un niño?

Pero antes de que él o alguno de sus guardianes diera un paso, una extraña y densa neblina inundó el lugar, nadie sabía de dónde venía.

Daemon analizó la neblina que apareció de la nada, era… ¿Una ilusión?  Sea quien sea que la formara era hábil con las ilusiones, casi era engañado él también.

Giotto miró a su guardián para comprobar sus sospechas.  Su hyper intuición le decía que era una ilusión, pero más le valía confirmar con su guardián quien asintió en respuesta.

—Pero qué demonios…—dijo el hombre confundido por la neblina que los rodeaba, la cual cada vez se hacía más espesa, disminuyendo su campo de visión.

—Jefe teng… Arg…—escuchó a uno de sus hombre intentando advertirlo. Pocos después escuchó el sonido de varios cuerpos caer desplomados al suelo.

La neblina comenzaba a disiparse, dejando a la vista de nuevo el paisaje. El jefe de la familia enemiga miró a su alrededor y los cuatro hombres que tenía de espaldas yacían ahora en el suelo inconscientes.

Del otro lado Giotto y sus guardianes no podían disimular su sorpresa, pues de un momento a otro la neblina desapareció y los 4 sujetos que antes custodiaban a los menores estaban inconscientes.

Pero no era sólo eso. Tres de los pequeños habían desaparecido, los dos infantes que a antes habían visto inconscientes, junto con aquel peli-plata que momentos antes oponía resistencia. En esos momentos solo la pequeña peli morado, el niño con el curioso traje de vaca, y por último, aquel infante castaño que ese hombre tenía como rehén. Eran los únicos que permanecían en el lugar.

¡De mafiosos a Niñeras!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora