¡De mafiosos a Niñeras!

-Felice Anniversario-

~Capitulo Extra~

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-Felice Anniversario-

|Capitulo no influyente en la historia|

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Por los desolados pasillos de una oscura casa, el sonar de los pasos de un grupo de jóvenes e infantes era lo único que se oía en el lugar.

—D-donde estamos—pregunto una temerosa rubia quien cargaba a cierto infante de alborotados cabellos rizados, al mismo tiempo que sujetaba firmemente la mano de la pequeña oji morado.

—Elena, no te alejes de mi—hablo el ilusionista atento a cualquier posible ataque.

—Kufufufu~ quien lo diría, el cabeza de melón realmente puede preocuparse por otra cosa que no es él—hablo con tono de burla el pequeño con peinado de piña.

—Mukuro, no es momento para bromear—regaño un pequeño castaño quien iba tomado de la mano de cierto rubio.

—Tsuna tiene razón, no es momento para bromas—apoyo Giotto mirando con seriedad la situación.

—¿Qué no es una broma? Pues que alguien me explique qué está pasando entonces—decía con cierta molestia un peli-rojo, quien sujetaba de la mano al pequeño peli-plata.

—Tampoco lo entiendo G, por ello es mejor no alejarse—sugirió Giotto.

—Yare~ yare~ esto sí que es molesto, ni siquiera recuerdo que hacía antes de terminar aquí—hablo con su típica voz de aburrimiento el peliverde.

—Haha~ vamos Lampo, hay que animarse un poco, esto podría llegar a ser divertido—hablo con calma Asari, quien cargaba el pequeño Takeshi.

—Asari-san tiene razón—apoyo el pequeño azabache.

—Solo ustedes pueden tomarse este tipo de cosas con calma—murmuro con desinterés la tormenta.

—Yo apoyo a Asari, esto podría ser una aventura extrema—comento Knuckle, quien cuidaba de cerca al pequeño peliblanco.

Los jóvenes continuaron caminando hasta llegar al final del pasillo, encontrándose así, con un enorme escenario.

—¿Qué es todo esto? —se preguntó Giotto bajando al menor, pero sin separarse de él.

—Hm, hay alguien ahí—señalo Alaude mirando al otro lado del escenario.

En ese instante, los vongola dirigieron su vista hacia el frente, donde tres siluetas apenas y lograban distinguirse. Poco a poco aquellas personas salían de la oscuridad, siendo apenas iluminados por un débil rayo de luz.

—Hm, ¿Dónde estamos? —pregunto un azabache de curiosas patillas rizadas.

—Oye, Reborn mira...—murmuro su rubio acompañante, señalando a los jóvenes que se encontraban a unos pasos de ellos.

—La primera generación...—susurro la tercera persona que los acompañaba.

—Que significa todo esto—murmuro con cierta molestia el hitman.

En ese instante, un enorme reflector fue encendido, iluminando y cegando momentáneamente a los presentes a causa de la repentina luz.

—¡Al fin están todos! —hablo una desconocida voz proveniente del fondo del escenario.