¡De mafiosos a Niñeras!

-Treita minutos son suficientes-

~ Capítulo #38 ~

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— 30 minutos son suficientes —

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Después de un pequeño receso para descansar y comer algo, se suponía que todos deberían estar plenamente en forma. Listos para continuar.

Pero, evidentemente no era así.

En la oficina de vongola primo nuevamente se llevaba a cabo una reunión, esta vez con los pequeños y Elena incluidos. Todos habían acudido al llamado sin ningún problema. Pero no todos estaban en las mejores condiciones.

Con un melón y un peliverde notablemente molestos, quienes por alguna razón tenían sus ropas medio quemadas. Mientras a su lado, cierto exboxeador tenía sus ropas cubiertas de lo que quedaba de algunas frutas.

No muy lejos de aquellos tres, un pelirrojo se notaba enojado con ellos. La expresión en su rostro, y miradas asesinas que les enviaba era evidencia de su molestia. Algo curioso en la tormenta de vongola, era que en su cabello se veían una que otra pluma blanca, además de que su vestimenta se veía algo desarreglada y sucia.

Al lado de G, se encontraba Asari. Este se veía calmado, aunque con sus ropas algo desarregladas, y con ¿una gallina en sus brazos?

Por otro lado, Diego y Cozart parecieran que estuvieran a punto de desfallecer. Sus rostros reflejaban dolencia, como si hubiesen sufrido algún tipo de tortura. Mientras que a solo unos paso, cierta joven de cabellos rubios mostraba una sonrisa de satisfacción, contenta por haber obtenido lo que quería, y hasta algo más.

En cuanto a cierta pareja. Al primer cielo de vongola se le veía notablemente avergonzado, el enorme sonrojo en sus mejillas y el constante jugueteo con sus manos lo demostraban. Por el contrario, el rubio cenizo a su lado se veía un tanto contento, aquella pequeña sonrisa ladina lo evidenciaba.

Ya por último, pero no menos importante, el grupo de infantes parecía estar delirando, pues parecían absortos en sus pensamientos después de enterarse de que venían del futuro.

Digamos que Reborn no es el más sutil para ese tipo de cosas.

Los únicos que no parecían haber cambiado, eran Reborn, Dino y Enma. Mientras el azabache ignoraba todo aquello como si se tratara de la cosa más normal del mundo, prefiriendo concentrarse en calibrar el pequeño aparato que tenía en manos. Por otro lado, los dos chicos que le acompañaban observaban algo sorprendidos al grupo que tenían enfrente, sin dejar de ver el aspecto de cada uno.

— Ne, Enma. Solo nos fuimos por algunos treinta minutos. ¿Cómo es que terminaron así en ese corto tiempo? — pregunto en un murmullo Dino a su compañero pelirrojo.

— Olvida que hablamos de vongola. Treinta minutos bastan y sobran para que algo inusual pase — contestó Enma. — Pero debo decir que me da curiosidad saber qué fue lo que pasó — agregó en un susurro, viendo como incluso la primera tormenta de vongola tosía y expulsaba una pluma blanca en el acto, sorprendiéndose a sí mismo por aquello. — En serio, ¿Qué fue lo que pasó? — se preguntó cada vez más intrigado Enma.

Quizás, tú que estás leyendo esto, te estés preguntando lo mismo que nuestro querido tomatito. Bueno, porque no regresamos un poco en la historia...

...Flash Back...

Después de haber terminado su reunión con el azabache de las patillas curiosas, cada uno habían tomado distinto caminos. Con Giotto y Alaude mostrándose cariño el uno al otro, Daemon prosiguiendo a Lampo por toda la mansión mientras eran seguidos por Knuckle quien quería detenerlos, G y Asari alistando todo para la comida, y Elena tortu... Ejem, ofreciendo amablemente su comida a Diego y Cozart que voluntariamente degustaron de sus deliciosos platillos mientras la chica hacia una que otra pregunta.