- Ataque nocturno -

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~ Capítulo #44 ~

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— Ataque nocturno —

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En uno de los pasillos de la mansión vongola, justo frente a una de las habitaciones de enfermería, se encontraba un grupo de tres chicas, dos de ellas de una edad más juvenil en comparación de la peli rosa que revisaba su teléfono donde recibía las órdenes encomendadas. Las dos jóvenes estudiantes parecían algo angustiadas, mirando con preocupación al pequeño que se veía tras el cristal que daba a la habitación.

— Esto… Bianqui-san, ¿Aun no podemos pasar a ver a Fuuta-kun? — preguntó con cierta impaciencia las joven de castaños más oscuros.

— Lo siento, Haru. Verde aun lo está revisando, tendremos que esperara un poco — respondió Bianqui, pero al ver las caras de angustia de las dos jóvenes supo que tenía que decir algo para calmarlas. — Descuiden, sé que están preocupadas por Fuuta, pero ya me han dicho que su vida no corre peligro solo necesita descansar un poco — agregó, intentando relajar las preocupaciones de ambas jóvenes.

— Pero… —murmuró esta vez Kyoko, aun dudando por el bienestar del menor.

— Les diré algo, ya que Fuuta solo necesita algo de descanso, ¿Qué dicen si le preparan algo delicioso para que lo como cuando despierte? —sugirió la peli rosa. — Denle una buena bienvenida a Fuuta cuando despierte. Recibanlo con una sonrisa, no con esas caras de angustia —

— ¡Bianqui-san tiene razón-desu! Tenemos que ser fuertes por Fuuta-kun — solo entusiasmada Haru.

— Jeje supongo que no hay de otra. Además, si lo único que podemos hacer es esperará, lo mejor será aprovechar en algo ese tiempo de espera — comentó Kyoko mostrando su habitual sonrisa.

— Ya que ambas están de acuerdo, entonces vayamos a la cocina — dijo Bianqui llevándose a las dos chicas del lugar, pero no sin antes dar una última mirada al pequeño inconsciente en la cama quien aún era atendido por los dos ex arcobalenos. — “Espero que tengas razón en esto, Reborn — dijo a sus adentros, para luego continuar con su camino.

Una vez las chicas dejaron el lugar, la puerta de la habitación fue abierta por la cual tanto Verde como Skull salieron algo serios, como si algo les inquietara.

— No se encontraron anomalías en su cuerpo, ni externas ni internas. Este chico solo parece tener heridas comunes, ninguna letal por fortuna —murmuraba Verde, mientras analizaba a detalle la situación. — Pero aun así, ¿Por qué no puedo estar tranquilo? Siento que algo no está bien con ese chico — agregó.

— Verde-senpai, mire… — intervino Skull, mostrando a su vez el mensaje que había en su comunicador. Verde, tras leer el mensaje, la expresión en su rostro cambió.

— Ya veo, así que se trataba de eso — murmuró con sutil sonrisa.

— Verde-senpai, ¿Qué haremos? — pregunto Skull algo confundido respecto a lo que acababa de pasar.

— Nada — respondió al instante y sin dudar, confundiendo aún más a su compañero. — Seguiremos el plan de Reborn, y simplemente no haremos nada — agregó, para luego comenzar a caminar por el pasillo siendo seguido por de cerca por Skull. — “Estoy ansioso por ver como como resultara esto”

Una vez los dos arcobalenos dejaron el área, el pequeño en la habitación instantáneamente abrió los ojos. El menor se levantó un poco quedando sentado en la cama, mirando a los alrededores para cerciorarse de estar completamente solo. Ya que había comprobado que era el único en la habitación, mostro su verdadera cara, una sonrisa algo altanera se formó en sus labios. El pequeño pareció decir algo, confiado de estar en soledad, sin embargo, fuera de la casa, en uno de los árboles cercanos a aquella habitación, un pequeño monito blanco observaba con atención cada una de las acciones y palabras del menor. Una vez obtuvo lo que quería, simplemente se marchó del lugar, dispuesto a regresar con su dueño.

¡De mafiosos a Niñeras!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora