~Capítulo #26~
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—Difícil contienda—
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La tensión se había hecho presente en la mansión vongola, con solo los escasos rayos de luna se podía visualizar al grupo de hombres armados que rodeaban a un par de alondras.
Alaude, el más fuerte de los guardianes de primo, se encontraba en un tremendo lio. No era el hecho de estar rodeado por el enemigo lo que le preocupaba, o que el pequeño Kyoya también podría estar en riesgo en aquella encrucijada, sino más bien, aquella angustia constante por la anterior explosión. No sabía con certeza lo que había ocurrido. No sabía si Giotto o el pequeño castaño estaban a salvo, si estaban en la habitación o en otro lugar a la hora del estallido, ¿Y si también estaban siendo rodeados por el enemigo?
Ante aquellas preguntas, la molestia de la nube creció, nunca había sido de su agrado estar desinformado de la situación. Tenía que llegar a la escena del suceso lo más pronto posible, pero para eso tenía que limpiar la basura que tenía enfrente.
—Oye mocoso, ¿crees que puedas seguirme el paso? —cuestiono el mayor con una sonrisa algo tétrica, la cual prometía sufrimiento a su víctima.
—Hm, por supuesto—respondió Kyoya mostrando la misma sonrisa.
—Tks~ ni crean que se las dejaremos fácil. Nosotros somos una multitud, y ustedes son solo dos, un adulto y un niño, ¡¿Qué podrían hacernos un anciano y un enano?! —vocifero con arrogancia uno de los atacantes, sin saber lo que había provocado.
—Anciano...? —murmuro Alaude con voz de ultra tumba, a su vez un ligero tic aparecía en su ojo derecho en seña de su ira.
—E-enano! —hablo Kyoya con una venta creciente aparecía en su frente.
Y como si de una frágil rama se tratara, la poca paciencia que les quedaba a estos dos se rompió. Molestos por aquellos apodos insultantes para ellos, tanto Alaude como Kyoya, con arma en mano, se lanzaron al ataque.
—¡Kamikorosu! —fue lo único que se escuchó de parte de las dos alondras quienes comenzaron a masacrar a los pobres idiotas que tuvieron la osadía de insultarlos.
...
·Mientras tanto en la sala de estar·
Lluvia y tormenta también se encontraban en tremendo lio. No solo la angustia de no saber que paso con su amigo, si no también, tenían que hallar la forma de proteger a esos pequeños del peligro que ahora les rodeaba. Mientras Asari intentaba proteger a los menores tras de sí, G, quien se encontraba en la delantera, analizaba a sus cuatro oponentes, tenía que encontrar la manera de sacarlos de ahí y librarlos del peligro, pero ¿cómo? La única forma era burlar al enemigo, pero estos eran cuatro, aun si lograra evadir a uno de estos, los otros tres podrían detenerles.
—"Tks, no veo ningún punto débil para atacarlos" —decía a sus adentros la tormenta, mientras seguía en busca de alguna apertura donde pudiera atacar.
—NYAAAA~! —el repentino maullido del felino capto la atención de los presentes, quienes solo vieron un resplandor carmesí dirigirse al techo, pensando por el candelabro, para luego volver a descender y aterrizar en la cara del peli-rojo dueño de la hiena.
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¡De mafiosos a Niñeras!
FanfictionUnos pequeños llegan a la vida de Giotto y sus guardianes, 8 infantes que pondrán vongola de cabeza... Los infantes no logran recordar nada de su pasado, poniendo a los jóvenes vongola en dudas sobre los niños. ¿Quienes son estos niños?¡Por que...