-Elena-

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~Capitulo 7~

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—Elena—

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—Kyaaaa~! —un grito agudo retumbó en la mansión, los guardianes soltaron un  suspiro de cansancio ya se imaginaban quién había gritado. —Que cosita mas adorable! —dijo la dueña del anterior gritó, apartando de su camino a Giotto que estaba cerca de Tsuna, y de un momento a otro el castaño era preso en los brazos de una mujer de cabellera rubia que apretaba cada vez más el abrazo con el menor, quien por la fuerza ejercida le dificultaba respirar.

—¡Elena suéltalo lo vas a asfixiar! —dijo algo alterado el rubio al ver como el pequeño iba perdiendo color volviéndose de un tono azulado.

—Oh!, lo siento—dijo soltando al pequeño permitiéndole llenar sus pulmones con el tan necesitado oxígeno. —Awww~ pero si es tan tierno y adorable—dijo con ojos soñadores la mujer, para luego fruncir levemente el ceño mirando a Vongola primo.

—¿Qu-Que? —pregunto nervioso el rubio al sentir la mirada acusadora de su amiga

—Giotto Di Vongola—habló con tono frío la rubia, haciendo sudar frío al joven jefe, de un momento a otro colocó sus manos en los hombros del rubio. —¡Por qué no me dijiste que tenias un hermano menor! —reclamo la chica mientras zangoloteaba, agitaba con brusquedad, a Giotto el cual se comenzaba a marear por tal agitación

—Espe… Elena—habló G preocupado por ver la forma en la que era agitado su amigo, pero a pesar de que logro que la chica se detuviera, rápidamente comenzó a sudar frio al ver cómo la mirada fría de la mujer era ahora dirigida a él.

—Tú también G—dijo la rubia dejando que el cuerpo agonizante del fundador de Vongola cayera desplomado al suelo.

—Oí se lo que estás pensando, pero estas equivocada, ellos no son nuestros hermanos—explicó el peli-rojo, se relajo un poco al ver como la chica se detenía creyendo que había logrado hacerla entrar en razón.

—¿No lo son?—preguntó.

—No, estas equivocada ellos no son nuestros hermanos—dijo con su típica sonrisa de calma la lluvia entrando en la conversación. —Ellos son… —iba a continuar pero la chica se le adelantó.

—¡Son sus hijos! —acusó actuando con drama al mencionar esa frase.

—He?—fue lo único que soltó la lluvia al oír la conclusión de Elena. —No, espera no es eso—trato de explicar.

—Oh! Dios y yo que creí conocerlos. No lo puedo creer, soy su amiga y no me pudieron decir algo como esto. Me siento decepcionada de ustedes—decía de manera dramática.

—Espera Elena estás extremadamente confundida no es lo que crees—intervino Knuckle intentando calmar a la rubia.

—¿Cómo que no es lo que pienso?, mira a esos pobres, son la clara imagen de ustedes—dijo señalando a los infantes que miraban todo con atención, incluso Mukuro, Chrome y Lambo, quienes al oír el grito de la fémina decidieron acercarse para ver qué pasaba, la escena les parecía por demás graciosa al ver como esa sola mujer hacia alterar a los jóvenes.

¡De mafiosos a Niñeras!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora