¿Qué podría salir mal en tan solo una noche?Observé a Jimin inspeccionar sus alrededores. Ingresó al bañó, donde le distinguí soltar algunos quejidos posiblemente ocasionado por el repugnante estado en el que estaba.
Jugué con mis dedos nerviosamente, me aproximé a la ventana apartando las cortinas a un costado, cuidando de no tener mucho contacto con ellas. Un mar de luces se extendía debajo de aquel ventanal resquebrajado, debía admitir que al menos aquel panorama valía el tormento de la estadía.
—No te apoyes en el vidrio.- Me advirtió a la distancia. Le escuché abrir la canilla del baño, soltó unas maldiciones por lo bajo. —Si fuera tú no usaría el agua del baño...-Me advirtió luego de unos segundos. Asentí sin darme la vuelta. —¿Tienes hambre?
—Algo...-Confirmé tras unos segundos aún deleitada en las luces citadinas. —Debería llamar a papá.
Escuché sus respiraciones algo calmadas. —Haré algunas llamadas yo también.- Le escuché alejarse y tomar el teléfono inalámbrico, bufó audiblemente. —No sé porqué no me sorprende que no haya línea alguna aquí...
Me volteé a verle. —Puedes usar mi celular si quieres, está en mi bolso.
Asintió sin mirarme, caminando en dirección a la cama. Revolvió en el interior de mi bolso meticulosamente y... ahora lo recuerdo.
Mis mejillas se tiñeron de rojo en el instante que con un semblante de pura confusión Jimin engancha en su dedo índice el tirante de un sujetador color salmón y lo sujeta en el aire por unos segundos.
—¡No!- Correteé a su lado intentando quitárselo. Parecía divertido mientras contemplaba manteniendo fuera de mi alcance aquella prenda de copa que no superaba la B, y posiblemente fuera A. Sinceramente no lo recordaba, solo sabía que estaba increíblemente avergonzada. —¡Dámelo!- Mi apoyé sobre su hombro con fuerza buscando quitarle mi ropa interior. —¡JIMIN! ¡DAME!
Carcajeó con su característica risita, convirtiendo a sus ojos en unas finas líneas. Su risa resonaba en mis tímpanos. —Qué cosa más mona.- Rio apretujando una de mis mejillas, mientras yo seguía con todas mis fuerzas tironeando de su sudadera y cuello. Arqueó su espalda hacia atrás, totalmente deleitado por el hecho de que ni juntando las dos copas se llegara a completar una sola copa de cualquiera de las perras con las que se acostaba. Es decir, soy plana, pero no quería evidenciarlo aún más con esto.
—Dámelo.- Gruñí como un perro en celo.
Sonrió en mi dirección, volvió a apretujar mi mejilla con expresión tierna. —¿Por qué llevas esto en tu mochila de todas formas?
—Eso no te importa.
—¿Por qué?- Insistió sonriendo de oreja a oreja. —Si lo quieres háblame de lo que te llevó a guardarlo en la mochila...-Mordió su labio de forma socarrona.
El Park Jimin imbécil estaba de vuelta.
—Oh Jimin, ¿Qué quieres? ¿Qué te recite un porno acaso? ¿Te excita tanto que te relate de mis cuestiones íntimas?
Lo vi tragar saliva, avergonzado. Frunció el entrecejo mirando un punto fijo detrás de mí. —No...-Titubeó esquivando mi mirada, un leve enrojecimiento cubría sus mejillas.
—¿Para qué lo quieres, Jimin?-Meneé las cejas buscando molestarle. —¿Quieres olfatearlo cuando necesites compañía?- Carcajeé mirándole a los ojos. Me encogí de hombros. —No es como que se lo puedas obsequiar a alguna puta, dudo que le vaya a entrar.
La cagué. Me humillé a mi misma, y lo supe en el momento que esbozó una gran sonrisa mirando en dirección a mi "no muy abundante" busto. Me crucé de brazos, de inmediato me miró a los ojos. Se mantuvo así un buen rato, sin borrar su sonrisa sincera en ningún segundo, borrando cualquier tipo de expresión burlesca del rostro.
—¿Qué miras?- Me sentí cohibida debajo de su intenso escrutinio.
—A ti.-Hundió las manos en los bolsillos delanteros de su jean, dejando solamente por fuera a sus pulgares luego de haber dejado el brasier en el respaldo de una silla junto a la cama. Relamió sus labios antes de hablar. —¿Vamos por algo de comer, ___? Tenías hambre, ¿Cierto?
Su abrupto cambio de tema me exaltó ligeramente. Con los ojos más abiertos de lo normal, asentí aturdida. —No creo que vaya a haber muchas opciones gastronómicas en el hotel de todas formas.
—Había una parte de buffet doblando a la izquierda, antes de llegar al corredor de las habitaciones.- Sentenció concentrado en un punto fijo. Miró mi bolso distraídamente. —Pero antes necesitamos llamar, para por lo menos avisar dónde estamos, ¿No crees?
Me abracé a mí misma observando en dirección a la cama mediocremente tendida. Agradecí internamente el hecho de no tener que asistir a la secundaria al día siguiente. Los viernes son sangrados, y era un desperdicio estar anclada en este hotel de mala muerte porque al imbécil de Jimin se le ocurrió ir pateando piedritas en el camino.
[...]
Debía admitir que a mi padre le faltaba más de un tornillo, no era normal que un hombre adulto no tuviera problema alguno en dejar que su hija pasase la noche en un hotel con su vecino hombre que vio pocas veces. Park optó por llamar al señor de familia por obvias razones en lugar de llamar a su "madre"; habló en voz baja por unos escasos minutos antes de comenzar a caminar en mi dirección a pasos lentos y pesados.
Una vez llegado a mi lado, estiró su brazos unos centímetros alcanzando mi celular. —Gracias...-Musitó mirando mi mano contra la suya. —No fue muy inteligente de mi parte no cargar el mío esta mañana...-Rio en voz baja y con pura ironía. Elevó su mirada a la mía segundos después, me perdí en sus ojos negros. —Vamos a comer.-Solicitó suavemente apoyando su mano en mi espalda baja, empujándome delante de él en dirección a la puerta.
Y solo aquello bastó para dejar mi respiración atorada en la garganta. La fina textura de mi blusa recientemente expuesta tras abandonar el hoodie blanco sobre el colchón, habilitaba el paso de cualquier calor corporal a través de ella, y con ello los tibios dedos de Jimin se sentían abrazadores apenas por encima de la cinturilla de mis jeans.
Asentí torpemente comenzando a caminar a la puerta con él prácticamente sobre mi cuerpo.
Una vez en el corredor central, recorrimos a donde según Jimin se encontraba un buffet.
La suposición fue acertada; en dos puertas de vidrio totalmente abiertas un hombre vestido de mozo se encontraba apoyado de forma serena. Una vez entramos en su campo de visión, sonrió ampliamente. —Bienvenidos...- Anunció haciéndose a un paso. —El coste de la comida será incluido en la tarifa de la suite.-Miró a Jimin tomándole como la 'autoridad' y el individuo que pagará por todo.
Maldito machismo...
Me exalté al sentir los dedos de Jimin entre los míos. —Ven, ____.-Sonrió con una timidez imprevista. Le correspondí con la misma expresión, por alguna razón sintiendo mi rostro arder. Esquivé su mirada. Me jaló suavemente al interior de aquel salón con ya algunos huéspedes tomando un bocadillo nocturno.
ACTUALIZADOOOO---->>>
---------------------------------------------------------Holuuuuuu, capítulo del viernes publicado ;D
Qué opinan? realmente quiero saber lo que piensan con respecto a la historia :DDD ¿Parte más y menos favorita?
Apreciaría si me regalaran su más sincera(? estrellita amarillenta.
Nos vemos mañana!!!! Las amowwwwwww <3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3
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ℬ.Ï .Ꭲ.ℂ.ℋ. ❰ ✘
Teen Fiction➼"Vaya... Quién diría que la perra de la escuela besara como novata." © ❌ ♛ ♠ ☯ ☢ ❥