Deja de mirarme, Jimin. Por favor, deja eso ahora mismo.
¿No ves que estoy al borde del desangre emocional? ¿Quieres que muera?
Y tal como si hubiese escuchado mis pensamientos, apartó su mirada para dejarla sobre las manos en su regazo. Jugó con los anillos de sus dedos unos segundos, para luego concentrarse en un agujero que sus jeans tenían sobre su rodilla izquierda.
Me puse de pie cuando mi cerebro se dignó a funcionar correctamente. Sacudí mis ropas quitando restos de arena y tierra. Le miré con los ojos cristalizados. Tragué saliva audiblemente.
—Jimin...-Mascullé en un suspiro. Me quedé en silencio, contemplando mis zapatos como si fueran lo más interesante de este mundo. Apreté los labios en una fina línea, respirando con dificultad ante la repentina falta de aire. —¿Eres imbécil...?- Le miré expectante con los labios entre abiertos. Me miró a los ojos manteniéndose en silencio. —¿Crees que yo...
Ladeó sus labios, me miró algo dolido. —No me fui por lo que piensas, yo nunca me iría por eso.- Negó agudizando su mirada con un deje de incredulidad. Mordisqueó su labio inferior. —No podía estar allí, ___, no pude quedarme...-Su voz se escuchó casi inaudible, evadió mis ojos que le buscaban.
—¿De qué demonios hablas?- Mascullé perdiendo la poca paciencia que tenía. —¿Qué? ¿Abandonas todo porque tus padres no te dejen estudiar lo que quieres? ¿Eh? ¿Y esa es razón para odiarme a mí también?- Elevé mi tono de voz colérica aguantando las lágrimas de rabia que luchaban por salir. —¿Yo que más hice además de.... de enamorarme de ti?
El lugar quedó en un silencio desierto, ni siquiera fui capaz de escuchar el ruido de las olas. Una sola lágrima se deslizó hasta la comisura de mis labios. Asentí para mí misma comenzando a caminar hacia la puerta.
Su voz me detuvo. —No es solo por eso, ___.- Habló con una extraña parsimonia detrás de su lúgubre tono de voz. Le escuché tragar saliva, me giré para averiguar su justificación esta maldita vez. Sus ojos prácticamente cerrados dejaban solo unas pequeñas rendijas por donde sus lágrimas bajaron. — No sé que hacer, Hanna .... Murió.
Me quedé de piedra, y no sé que dolió más en aquel momento, aquella noticia de mi pequeña tutoriada inocente, o los ruidos de Jimin sollozando desgarrándome el alma desde lo más profundo.
Sollozó, tan fuerte como nunca había visto a alguien llorando antes. Le acompañé uniéndome a su llanto, solo nuestros mocos y gemidos se escuchaban en aquellas cuatro paredes. Tapé mi boca con ambas manos, cerrando los ojos fuertemente, como si aquello se tratara solamente de una mera pesadilla.
Hanna... aquella dulce niña que no hizo nada más que estar en el lugar y momento equivocado. Aquella pequeña que mendigaba por la atención de Jimin, aquella que me recibía con sus pequeños y delgaditos brazos cada vez que me veía, aquella que lo único que deseaba cada noche era ver a su hermano mayor.
—¿Es que... no entiendes, ___?- Me miró con su rostro lloroso y ojos hinchados, sin dejar de sollozar. —Yo no merezco perdón alguno, yo la trataba horrible, la ignoraba, la esquivaba cuando venía a ... a.... abrazarme....-Rompió en llanto aún más fuerte, se refregó los ojos con la manga de su camiseta. —Y ahora lo único que deseo es a ella molestándome, persiguiéndome y haciéndome travesuras..... ¿Por qué? ¿Por qué ella, ___...?- Escondió su rostro detrás de sus manos. —Si tan solo pudiera.... Volver atrás.
Apreté mis labios aguantándome el resto de lágrimas que luchaban por salir, miré un punto fijo del lugar. —¿Entonces... tú no huiste de mí?- Me aclaré la garganta incómodamente, mi voz seguía inestable.
Me miró a través de sus dedos. —Nunca lo haría. –Sentenció con una voz tan ronca que hizo que cada vello de mi piel se erizara. Me entumecí por alguna razón, mordisqueaba mi labio enervada con todas las situaciones que habían estado tomando lugar últimamente. —De hecho...-Continuó resoplando algo indeciso, mordió el interior de su mejilla mirándome atentamente. Bajó su mirada algo nervioso. —Yo quería decirte que...-Respiró profundamente, esta vez mirándome directamente a los ojos. Mis piernas flaquearon. —___, yo te...
Sus palabras se detuvieron abruptamente en el instante que Jackson, tan oportuno como siempre, hace su aparición. —Hey, ¿Jimin?- Habló titubeante. Ingresó al recinto, manteniéndose detrás de mí.
Jimin me miró envenenado. Casi muero. —Tú...-Miró a mis ojos incrédulo. —Lo... trajiste a él... a este lugar....-Su mandíbula comenzó a temblar. —Ustedes no estaban buscándome, ¿Cierto?- Elevó su tono de voz, su semblante me dio miedo. —¿Iban a estar ustedes dos solos? ¿Aquí? –Jadeó exasperado, se jaló del cabello poniéndose de pie. —¿LO TRAJISTE AQUÍ? ¿A ESTE JODIDO LUGAR DONDE NOSOTROS... NOSOTROS...?- Mordió su puño cerrado mirando de la forma más repulsiva a Wang, quien se encontraba más que incómodo con la situación.
No pude hablar, pero el chico detrás de mí lo hizo. —No, Jimin, no es lo que crees.
El otro resopló con los labios entrecerrados, bufó sonoramente. —¿Me ves cara de estúpido, ___?¿Eh? ¿Me juras amor eterno en tu maldito cuaderno para traerte a este imbécil AQUÍ? ¿A dónde casi... casi... follamos?- Finalmente soltó aquellas palabras que por alguna razón me dolieron más que nada en el mundo. Me miró incrédulo, con un deje de repulsión.
—Jimin...-Intenté acercarme, pero me esquivó haciendo su salida del lugar. Corrí detrás de él, saliendo de la cabaña. —¡Sabes que no es así? ¡Jimin! ¡No seas así de inmaduro! ¿¡QUIERES!?- Lo sujeté de la camiseta, con dificultad tambaleándome en los arenales de la playa. Siguió caminando a través de la costa, como si yo no estuviera allí con él. Lo tomé de la muñeca, pero con un solo movimiento logró tirarme a la arena, sin siquiera poner mucha fuerza en ello. Me quedé viéndole, detuvo su caminata. Grité sentada, toda embarrada de arena mojada y con el cabello tapándome el rostro gracias a aquel infernal viento. —¿Por qué haces esto? ¡Nunca me dijiste por qué me dejaste de hablar, imbécil!
Tensó su mandíbula negando suavemente. Me miró a los ojos, y un rayo de esperanza me atravesó en el momento que en su mirada lo único reflejado era temor, cariño y celos. — No es a la primera persona que pierdo, ___....yo... yo solo quiero distanciarme de todos, no soportaría otra pérdida.
Asentí con la mirada perdida, me puse de pie lentamente sin querer exaltarlo. Me miró desconfiado. —Jimin, yo...-Caminé hacia él buscándole que entrara en razón a lo estúpido que estaba actuando.
Se dio la vuelta comenzando a caminar, ignorándome por completo. —Vete con Jackson y déjame en paz, perra.
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Chiks, por favor no se enojen con el Cim Chim, él está pasando por mucho, tampoco entiende mucho porqué se siente así, recién se da cuenta de lo mucho que __ le gusta, y al verla con Jackson los celos literalmente lo cegaron.
Espero que puedan perdonarlo, faltan creo que dos capítulos más para que la fic llegue a su merecido final ༼ಢ_ಢ༽
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ℬ.Ï .Ꭲ.ℂ.ℋ. ❰ ✘
Teen Fiction➼"Vaya... Quién diría que la perra de la escuela besara como novata." © ❌ ♛ ♠ ☯ ☢ ❥