Capítulo 50

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Y sí, en efecto ya hacían unos días en los que Jimin y yo habíamos estado fingiendo una relación, y para la mala suerte de mi doliente corazón mis sentimientos por él incrementaban. Cada sonrisa y mirada que me dedicaba frente a sus padres parecía más que genuina, cómo si realmente fuéramos algo.

Ojalá fuera así.

¿No se daba cuenta él de cómo se me caían las babas cuando me hablaba? ¿De cómo mi pulso se disparaba automáticamente sin siquiera intentarlo?

Demonios, sí que era estúpido entonces.

Con Jackson las cosas al menos mejoraban, no nos llevábamos increíble pero podíamos hablar sin gritarnos. Le observé reír del otro lado de la mesa donde comíamos.

¿Quién pensaría que tan solo hace semanas nos detestábamos?

Bufé internamente.

—Sí... me imaginé que Sue y Kristine le contarían a alguien...-Musité entre dientes rememorando nuestra discusión, y mi gran revelación de no ser una perra después de todo.

Apoyó su mentón sobre la mano izquierda, observándome con diversión. —No entiendo de qué te preocupas después de todo, es preferible que seas una chica virgen antes que una puta...

—SHHHHHHH- Lo pateé por debajo de la mesa con furia. — ¿Qué parte de no hablar de ello no entiendes?

Ladeó una sonrisa. —Jimin ya lo sabe, ¿De qué te preocupas?

Volví a patearlo con más fuerza, a punto de abalanzármele encima. —¿Puedes callarte?- Me gané la mirada de otros estudiantes que comían a unas mesas de distancia.

Y.... ¿Qué decir? El imbécil leyó las cosas que había escrito de Park en mi cuaderno de física; no fue muy inteligente de mi parte prestarle aquel cuaderno para que tomara apuntes cuando trabajamos en mi casa para el proyecto.

Por más que haya prometido no contarle a nadie, yo no confío en prácticamente nadie; no obstante no me restaban muchas otras opciones.

—Ya te expliqué la situación con él...-Protesté.- No me hagas reiterarlo, ¿Quieres?

Frunció el entrecejo jugando con los cubiertos sobre su plato. Mordisqueó su mejilla por dentro. —Por lo que me dices tú a él no le gustas...-Aquello sonó más como una pregunta que como una afirmación. Le miré desconfiada, ¿Qué se suponía que hiciera?

Asentí pesadamente, esquivando su mirada y centrándola en mi plato casi vacío. —Quizás con este trato que hicimos... yo pueda gustarle, ¿No?

Se encogió de hombros resoplando. —____, no te crees falsas esperanzas. Sí, está excelente tenerlas para mantener el lúdico, pero que no se te escape de las manos, ¿Bien?

Asentí presionando mis labios en una fina línea, sin mirarle. —De todas formas... puedo sacarle provecho a la situación, ¿No crees?- Sonreí estúpidamente. —Al menos tengo una excusa para que me abrace...

Arqueó su ceja con una sonrisa de oreja a oreja.  Soltó una pequeña carcajada negando con su cabeza y mirando un punto fijo en el horizonte. —Espero que eso suceda.- Sonrió sinceramente.

De un momento a otro pensé, ¿Los padres de Jimin se creían todas estas patrañas? Es decir, no es como si realmente nos comportáramos como una pareja. Fruncí el entrecejo revolviendo un poco de comida de mi plato con el tenedor, como si aquello fuera a resolver todas mis dudas existenciales. 

Escuché un carraspeo de garganta detrás de mí. Giré mi cuello hacia atrás encontrándome con un Jimin algo sonriente. Él observó a Jackson con la mejor cara que pudo. —¿Puedo robártela unos segundos?

Mi aliento se atoró en mi garganta por aquella expresión.

Roba todo lo que quieras...

El chico frente a mí asintió algo cínico; no era ningún secreto que aquellos tuvieran una pésima relación.

Tomé mi bolso mientras le dedicaba una mirada dubitativa a Park. Me puse de pie junto a él, quien ya como de costumbre se encontraba arrastrándome del antebrazo a la salida del comedor.

—¿A dónde vamos ahora?- Suspiré cansinamente.

—Debemos actuar como pareja...-Soltó en voz baja. —¿Recuerdas?-Habló roncamente acomodando la correa de su mochila en el hombro derecho.

—¿No es frente a tus padres?- Su nuez de Adán bajo lentamente mientras su mandíbula se tensaba. Evadió la pregunta sacándome de la escuela.

—Hey, ¿Qué haces?- Le regañé de forma paranoica, mirando a mis alrededores.

—Arreglaron mi auto.- Contestó como si nada, soltó mi brazo caminando a unos puestos de estacionamiento. Arqueé mi ceja indignada por ser ignorada. —No van a vernos, nena, relax...-Se burló sin saber que aquel sobrenombre erizaba cada poro de mi cuerpo. Abrió la puerta del piloto sin esfuerzo alguno, se lanzó en el interior del coche que obviamente sería uno de los últimos modelos lanzados por Porsche este año.

Asentí algo acelerada, mirando en todas las direcciones buscando alguna autoridad que pudiese verme haciendo algo tan irreverente. Suspiré abriendo la puerta del acompañante y metiéndome cuidando de no estropear aquella alfombra que lucía más valiosa que mi entera existencia. Bastó con que tan solo cerrara la puerta para que el chico salvajemente arrancara a través de las calles pareciendo no saber la existencia de los límites de velocidad e infracciones.

Que se apiaden de mi alma y cuerpo.

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Mis amores, por curiosidad, qué es lo que más les gusta del capítulo? Lo que menos les gusta? Nos leemos luegoooo <3<3<3<3<3<3<3

ℬ.Ï .Ꭲ.ℂ.ℋ. ❰  ✘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora