Capítulo 59 (Maratón 2/2)

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Maratón 2/2

           

Le miré, con algo de envidia aún a flor de piel. Me dedicó una mirada algo extraña por unos segundos, como si estuviera enfadado.

—No sabía que vendrías.-Desvió sus ojos a un Jackson indiferente, quien se encogía de hombros dándole sorbos a su copa de vino. Aclaró su garganta queriendo evadir aquel silencio incómodo, miró a su alrededor clavando nuevamente su mirada sobre la chica bonita. —¿Y tú?-  Susurró como si estuviera aún más molesto.

—¿Una chica no puede asistir a fiestas? –Arqueó su ceja desafiante, puso sus brazos en jarra, mirándole con complicidad.

¿QUÉ?

—¿Se conocen?- Miré lascivamente a  Jimin, como si fuera su responsabilidad explicarme. Rascó su cuello nerviosamente, evadió mis ojos.

—Somos exnovios.- Aclaró la morocha incómodamente. Miró a un costado posiblemente deseando no estar envuelta en aquella tétrica escena. Asentí de la forma más despreocupada que me fue posible.

Jimin salió de allí sin emitir ni un solo sonido, me dejó sola nuevamente perdiéndose en aquel tumulto de gente.

¿Qué demonios le pasa? Sin lugar a dudas no tiene solo que ver con que su exnovia esté presente; se veía desanimado cuando caminaba hacia nosotros, ¿Pasó algo con su padre? ¿Con aquellos hombres de negocios? ¿O efectivamente seguía sintiendo algo por Sun Hee?

Mordisqueé mis labios nerviosamente bajo el escrutinio de las dos personas frente a mí. Respiré profundamente intentando a toda costa tranquilizarme, y no precipitarme a conclusiones alocadas. Fue más fuerte que yo, sin que me importara nada en lo absoluto corrí en dirección a dónde Jimin había huido. Esquivé personas, choqué a algunas sin disculparme. Salí al jardín, no estaba allí a pesar de haber salido por esta puerta.

Caminé entre árboles y flores muy bien cuidadas, recorrí todo el perímetro de la casa hasta toparme con el estacionamiento. Allí estaba el auto de Jimin; no podía ver desde allí si él se encontraba dentro por lo que opté por abrirme paso y verificarlo por mí misma. La iluminación en aquellos lares era escasa por no decir nula, en los vidrios negros solo algunas luces se reflejaban. Tragué saliva algo preocupada, me acerqué al lado del piloto, y allí no estaba. Antes de darme por vencida en la búsqueda, fui a las ventanillas traseras para encontrarme a un Jimin amargado sentado en el asiento con su mirada perdida.

Mordí mi labio deseando abrazarlo. Se veía increíblemente triste, y no podía permitirme el darme la vuelta e irme caminando como si no estuviera viendo aquello. Rodeé el auto dirigiéndome a la puerta correspondiente al lado no ocupado por él, la abrí dejándome caer en el interior. Me miró exaltado por la abrupta invasión, para luego volver su vista al posa-cabeza del asiento frente a él.

Jugué con mis dedos nerviosamente, sacudiendo mi nariz lateralmente maquinando a mis  milenarias técnicas para hacer que Jimin dijera algo de lo sucedido. Esperé unos segundos, giré mi cuello en su dirección para verle aún contemplando aquel posa-cabeza como si fuera lo más interesante del mundo. Se tronó los dedos haciéndome exaltar en mi puesto. Era increíble como aún estando amargado era igual o incluso más tentador.

Le vi tensar su mandíbula, haciendo que cada una de las venas de su cuello se marcara. —Si no son mis padres no tienen derecho a obligarme a hacer este tipo de cosas. -Me sorprendí al escucharle hablar tan de repente.

—¿Qué cosas?

Miró a sus manos sobre las piernas. —Hablar con empresarios.- Sacudió su cabeza molesto. Relamió sus labios, ambos estábamos inmersos en la oscuridad de aquel coche lujoso. —Es como si mi opinión no le importara a nadie,  ¿Entiendes que tengo que fingir estar en una relación para jodidamente estudiar lo que quiero?

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