Capítulo 47

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A tan solo cuadras del mismísimo hospital donde la pequeña recuperaba fuerzas, caminábamos sumidos en aquel silencio irrevocable. A momentos le miraba de soslayo para monitorear su comportamiento, y cada tanto le encontraba a él haciendo lo mismo con sus ojos en mi cara.

—Jimin...-Le llamé en voz baja, sin saber del todo porqué lo había hecho. El asfalto resonó debajo de nuestros asfaltos al cruzar la calle para seguir en la siguiente acera. Me miró por unos segundos queriendo que continuara. —¿Cómo está ella?

Sonrió tristemente con los ojos en el horizonte. Miró a sus pies caminar sin levantar la vista, hundiéndose en su propio silencio. —Ella ahora está estable, la desconectaron ayer por la noche del respirador artificial. Por suerte puede respirar por su cuenta ahora, pero deben seguir controlándola hasta que le den el alta.

Asentí intentando manejar mis nervios.

¿Cómo estará ella de verdad? ¿Me habrá dicho eso para no ponerme nerviosa?

En tan poco tiempo que me vi obligada a darle asesorías, me encariñé demasiado para mi sorpresa. Aquella niña inocente y traviesa que hacía comentarios irreverentes, desafiaba a sus mayores y se abrazaba a mis piernas cada vez que me veía rompía mi corazón con tan solo el recuerdo de sus lágrimas al hablar de su hermano mayor y de lo mucho que se habían distanciado. Aquellos dientes disparejos y cabello recogido en coletas eran su marca, su identidad, ¿Seguirán igual luego de haber sido atropellada por ese irresponsable conductor?

Realmente me cuestionaba como aquel hombre ni siquiera había sido capaz de pisar el juzgado y salirse con la suya.

El viento azotó mi rostro al cruzar a la acera del hospital, revolviendo mis cabellos salvajemente. Miré el cielo brevemente, noté de inmediato las oscuras nubes que amenazaban con una tormenta.

—¿Tú no tienes auto, Jimin?- Me las ingenié para sacar un estúpido tema de conversación. Sonrió ladeadamente, mirándome con algo de sorna.

—Sí.

—¿Dónde está?

Hundió las manos en los bolsillos delanteros de sus jeans. —Digamos que tomé un poco de más en una fiesta...-Se interrumpió a sí mismo, dejando las palabras en el aire y el resto de ellas en mi imaginación. No había que ser muy inteligente para descubrir que chocó con su auto en algún sitio, como buen imbécil que es.

Un imbécil tierno...

Alejé esos pensamientos de mi cabeza lo antes posible. —¿Se destruyó del todo?

Apretó sus labios en una fina línea, mientras cruzábamos las puertas automáticas del hospital al hall de entrada. —No, el mecánico me lo devolverá en una semana. O al menos eso espero...-Se encogió de hombros dándole fin a la conversación.

Asentí aún sabiendo que toda su atención estaba enfocada en la persona de recepción frente a nuestras narices. —Hanna Park. –Solicitó fríamente mirando al hombre en recepción, quien por alguna razón cada vez que abría la boca solamente me miraba a mí, algo ridículo siendo que yo ni había hablado.

—¿Son parientes de ella?-Me preguntó ignorándole. Aguanté mi risa al ver a Park sacando humo por las orejas mientras le miraba arqueando una ceja.

—Él es su hermano.- Contesté cortésmente al notar que la pregunta estaba dirigida para mí.

Asintió con una sonrisa coqueta escribiendo algo en su laptop. Asintió para sí mismo, esta vez miró a Jimin quien soltó un ruido de fastidio, este tomó mi antebrazo haciéndome sobresaltar. —Habitación 3F, siguiendo por este corredor a la derecha, primera puerta.

Asentimos cordialmente, bueno, yo asentí cordialmente, Jimin se limitó a arrastrarme por el corredor algo cabreado. Me aguanté cualquier comentario para mí misma. Llegamos a la puerta, Jimin soltó mi brazo –para mi desgracia- y entramos a la habitación de Hanna. Ansiosamente dirigí mi vista a su pequeño cuerpo tendido en la cama revestida en sábanas blancas. Todo el dormitorio estaba decorado por pequeños cuadros de caricaturas como las que pasaban en el televisor que estaban frente a la pequeña.

Sonreí inmensamente, ella me correspondió con dificultad y sus ojitos entrecerrados. Una punzada en mi corazón.

—Hanna...-Musité en voz baja sin querer que su ritmo cardíaco se disparara por las nubes. —¿Todo bien?

Amplió su sonrisa. —____....-Susurró. —Viniste a verme...-La sorpresa en su voz era palpable.

—¿Cómo no iba a venir a visitarte, linda?- Amplié mi sonrisa acercándome a su cama. Me senté en el pequeño sillón junto a ella. —¿Qué has estado haciendo?

Pensó por unos segundos, mirando con un semblante serio a Jimin. —Bueno, vi por primera vez la carrocería inferior de un auto con mis propios ojos.

Auch....

—Hanna, me refiero a...-Intenté cambiar aquel incómodo tema. La pequeña seguía pensando con sus ojos entrecerrados y un deje de concentración.

—También aprendí que una camioneta gigante  con un espacio grande entre la calle y la parte de abajo con va a impedir que te triture los huesos, aún teniendo un espacio grande para resguardarse y hacerse bolita...-Sonrió de la forma más inocente. —Ah...-Rememoró borrando su sonrisa. —Y  descubrí que la mejor forma para tener atención de tu familia es que te pasen cosas malas...

Apreté mis dientes sintiendo una lágrima rebelde bajar por mi mejilla. Sentí una mano sobre mi hombro derecho, lo apretó suavemente.

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Y qué tal mis pichonas??? antes de poder subir el capítulo extra debo saber el curso exacto del resto de los capítulos, lo cual prometo será pronto xD

Qué les ha gustado más y menos del capítulo??

LAS AMOWWWW<3<3<3<3

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