7u7
Los vellos de mi cuerpo se erizaron ante una respiración caliente sobre mi nuca expuesta. Sonreí para mis adentros haciéndome la indiferente mientras contemplaba a través de la ventana del loft los peatones que deambulaban como hormigas. Unos fornidos brazos se envolvieron en mi cintura, estrechándome fuertemente. Me quejé por lo bajó mientras el dueño de esos brazos me giraba para que le enfrentara.
Sonrió estúpidamente, yo le correspondí. —No me dijiste nada de tu primer día en el campus, ___...-Se quejó con un semblante irónico. Mordió su labio inferior atrayéndome más a su cuerpo, no pude contener mi sonrisa.
—Tú tampoco lo hiciste...-Miré bajo nuestros pies ante aquella pequeña bolita dorada y peluda demandando atención. Sonreí enternecida, Jimin me codeó, arqueé mi ceja. —No seas celoso, Park.
—No estoy celoso...-Refunfuñó clavando su nariz en el hueco de mi cuello, respiró sobre mi piel causándome escalofríos. Mordió lentamente, jadeé sorprendida. —Solo me molesta que no me prestes tanta atención como antes...
Reí divertida. —Solo llevo una semana aquí...-Le miré con júbilo mientras me miraba impenetrante.
Me jaló de la muñeca para alejarme de la ventana. —¿Quieres mostrarme eso de lo que te quejabas en el teléfono?
Le miré confundida. —¿De qué hablas?
Me senté sobre la cama de dos plazas en la que ambos amanecíamos desparramados y abrazados como estúpidos. —Te escuché hablando por celular hace como una hora.
Rememoré mi conversación con Gina, mi nueva compañera de clase que a diferencia de otras, no me juzgaba por si me había acostado o no con Jimin. —Es algo tonto...-Le resté importancia abriendo mi bolso con pocas ganas.
—No importa.-Arrastró una silla frente a dónde me encontraba sentada. Abrí mi cuaderno de álgebra en el ejercicio imposible que la profesora me había puesto; nada de piedad había tenido a pesar de ser nueva allí. —A ver...-Me quitó el cuaderno y bolígrafo de las manos y comenzó a resolverlo como si fuera nada. Me quedé atontada –más de lo normal- observando cada una de sus perfectas facciones. Cada día que pasaba solo me comprobaba lo estúpidamente perfecto que era. Sus ojos recorrían las hojas de la misma forma en la que a veces recorrían mi rostro, paciente, emocionado.
—Te gusta la matemática.- Comprobé observando el empeño que ponía en la resolución de problemas. Asintió sin mirarme, solo esbozando una tímida sonrisa. Me encogí de hombros pensando en las muchas cosas que en verdad no sabía de él, pero podría averiguar en cualquier momento.
Se sentó a mi lado colocando el cuaderno sobre mis piernas, me miró a los ojos. —Es muy fácil, mira...-Solo veía el bolígrafo deslizarse de un lado a otro, escuchaba palabras y sonidos que salían de la boca de Jimin, pero fui incapaz de concentrarme. Sus dedos señalaban partes de la hoja en diferentes momentos. Bla, bla, bla, bla.... Más bla bla....
Me exalté al sentir su mano sobre mi hombro. —No escuchaste nada de lo que dije, ¿Cierto?- Sonrió con diversión, le miré en tono de disculpa. —Aish....-Se quejó burlonamente. —¿Qué voy a hacer contigo, nena?
Mordí mi labio inconscientemente, me miró borrando la sonrisa de su rostro. Como si de telepatía se tratare, leyó mis pensamientos.
El cuaderno voló a algún sitio desconocido de la habitación, y no podría importarme menos. Sus labios y manos estaban en todos lados. Quitó mi blusa por encima de la cabeza, y agradecí haberme puesto un sujetador decente. Me besó, enganchó nuestros labios, una y otra vez. Mi respiración se agitaba, la de él también. Sus labios bajaron por mi cuello, mordió la piel de la zona, para luego dirigirse a la clavícula.
Se separó unos segundos para deshacerse de la camiseta.
Madre de Dios.
Hiperventilé, Jimin sonrió socarronamente. Mordió sus labios acostándome en el colchón suavemente, con sus piernas entrelazadas con las mías. —¿Tú quieres...-Tragó saliva algo incómodo, pero sin despegar sus ojos de los míos.
Asentí totalmente colorada.
La ropa de ambos desapareció. Sus manos vagaron por cada rincón al igual que sus besos. Sus cálidos labios cosquilleaban donde sea que se situaran, mordió debajo de mi ombligo haciéndome suspirar.
El tiempo pasaba y la temperatura del cuarto se elevaba increíblemente. Besos, caricias, más cuidado del que esperé tomó lugar en cada una de sus acciones. Sus besos bajaron desde el nacimiento de mis senos hasta la mitad de mi abdomen. Se posicionó correctamente sobre mí, sacó de su gaveta un pequeño envoltorio brillante. Asustado, se lo puso en su miembro erecto. Finalmente sucedió...
¿Dolió?
Jodidamente sí.
Primeramente, dejó que me adaptara a aquello para luego comenzar con unas suaves envestidas que de todas formas dolían. Me sentí volar por un momento, para luego volver a tierra firme.
Pasado aquel momento, se desplomó junto a mí, sus brazos envolviéndome contra su torso, fuertemente. Respiramos agitadamente, beso mi mejilla con los labios entreabiertos dejándome una sensación de calidez allí.
Allí era dónde debía estar, en ningún lado más que allí.
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MIS PICHONASSSSSS!!!!!!!
Esta historia que -espero las haya cautivado de alguna forma- ha llegado a su merecido final.
Las adoro, chicas, gracias por haberle tenido paciencia a este intento de escritora, no hay palabras para agradecerles por haber leído mi historia. No sé cómo explicarme, pero al terminar la historia siento que es como un hijo que creció y se fue de mi casa (?
Muchísisisisisimas gracias por todo, las adoro, son unas lectoras excepcionales, cada comentario es como una caricia al alma (no es una broma) xDDD
Las adoro.... y hay dos sorpresas más........
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ℬ.Ï .Ꭲ.ℂ.ℋ. ❰ ✘
Teen Fiction➼"Vaya... Quién diría que la perra de la escuela besara como novata." © ❌ ♛ ♠ ☯ ☢ ❥