Capítulo 40

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Le observé totalmente consternada, sin saber si bajarme de aquel autobús o darle el rostro de una cachetada, ¿Insinuaba que lo hacía a propósito? No era mi jodida culpa todo esto, en primer lugar fue el señor detrás de mí el que fue pateando piedritas, el ocasionó toda la cadena de infortunios, no yo.

El bus dobló bruscamente, y posiblemente Jimin ya estaría a punto de colapsar en el segundo que mis caderas se presionaron contra las suyas. Lo escuché tragar saliva gruesamente, de soslayo le vi apretar el posabrazo, mientras sus ojos se presionaban sufridos.

Dos asientos consecutivos se liberaron junto a la ventana, y como el alma que lleva el diablo jalé a Park empujando a todo ser que se interpusiera en la unión sagrada entre el asiento y mis nalgas. Prácticamente arrojé al chico a un asiento, mientras me sentaba suspirando exageradamente contra el de la ventana.

—Eso fue rápido...-Bromeó Park algo incómodo mirando al frente, evitando completamente mis ojos posados en los suyos. Miró su reloj de pulsera distraídamente, este marcaba las 11:35 de la mañana. —No falta mucho para llegar, supongo que solo unas paradas más.-Su voz se escuchó estrangulada.

Le analicé con la mirada, ¿Y a este qué le pasa?

Jugué con mis manos sobre mi regazo, sin saber exactamente qué tema de conversación sacar. Contemplé su perfil, el cual aún teniendo cada facción contraída de tensión lucía desmedidamente atractivo.

Sí, es un idiota, pero los hechos son hechos, no soy ninguna estúpida.

Me encogí de hombros ante mis pensamientos relativamente racionales mirando por la ventana. —¿Estás enojado?- Pregunté sin despegar mis ojos del vidrio que comenzaba a revelar los accesos a nuestro vecindario.

Vi su reflejo por la ventana, este bajo su mirada incómodamente, adoptó una postura totalmente erguida en el asiento. —¿Por qué lo estaría?- Musitó entre los murmullos de la gente. Lucía afligido sin siquiera molestarse en mirarme.


—No sé, dímelo tú.

Contrajo su mandíbula mirándome por primera vez. Sin escrúpulos, me analizó de arriba abajo mientras yo por mi parte le contemplaba por medio de aquel vidrio algo sucio. Relamió sus labios, yo le imité inconscientemente. Bajó su mirada a mis pies, la subió a mis piernas, muslos, torso.... Pecho. Allí se detuvo un buen rato, dándome ganas de propinarle un gran bofetón, sonrió levemente. Observó detalladamente mi cuello expuesto gracias a mi desordenado rodete en el cabello, su sonrisa no se borró.

Suspiró audiblemente, sonando algo triste. Con una mano llevo todo su cabello hacia atrás, sin dejar de mirar mi cuello.

—No estoy enojado contigo.-Agudizó su mirada apartándola de mi cuerpo, miró hacia adelante. Mordisqueó su labio inferior con algo de rabia palpable, entrecerrando sus ojos con confusión. —Estoy enojado conmigo.

Ahora sí, me giré a verle queriendo que me explicara exactamente a qué se refería. Lo vi removerse incómodo, apoyó sus codos sobre los muslos inclinándose hacia adelante, ocultando el rostro entre las manos en señal de frustración. Se revolvió el cabello exasperado, llamando la atención del hombre del otro lado de él, le ignoró.

Toqué indecisamente su hombro buscando su atención. —¿Qué pasa, Jimin?- Mi voz se escuchó vacilante. Negó lentamente con la cabeza, aún sin removerla de sus manos, no se molestó en mirarme. —¿Te sientes mal? ¿Te cayó mal algo? –Negó contrariado. —¿Puedes siquiera mirarme? Por favor.

Apartó bruscamente su rostro de las manos, me miró tomándome por sorpresa. Sus mejillas estaban cubiertas por un leve sonrojo. —No es nada, ___.-Musitó tímidamente, mirándome algo avergonzado.

¿Qué demonios es ese cambio de actitud?

—Ah..ah...-Solté torpemente.

El bus finalmente se detuvo en nuestra parada, Park bajó como si le hubieran colocado un resorte en el culo. Le seguí sin convencerme del todo de ese cambio de actitud. Correteé como una niña pequeña, grité su nombre buscando que se detuviera. Sin éxito alguno, me vi forzada a sujetarle del antebrazo con algo de fuerza.

—¿Jimin?- Hablé en un tono firme pero a la vez dudoso. Busqué su mirada, intentando que este no me evadiera. —¿Vas a decirme que pasa?- Comencé a insistir, intentando verle a los ojos. Sujete su otro antebrazo con más fuerza.

Park me miró con rapidez, exaltándome en el acto. —¿Qué, ___? ¿Quieres saber?- Elevó su tonó de voz llamando la atención de dos personas que acababan de descender del bus. Rio con amargura. —Ya que tanto quieres saber. –Masculló entre dientes, luciendo totalmente avergonzado. —Esto es lo que pasa. –Señaló su entrepierna hinchada. Su aparente miembro erecto se presionaba vilmente contra la tela de sus jeans, dejando a la vista un prominente bulto.

Jadeé sorprendida, mi lengua repentinamente siendo tragada por mi garganta, enmudeciéndome. No me sonrojé, sino sentí todos los colores de mi cara siendo drenados a algún lugar desconocido, dejándome totalmente pálida.

—a...a....-Balbuceé torpemente, mirándole a sus ojos que me observaban en una mezcla de humillación y molestia.

—Déjame, quiero estar solo.-Espetó soltándose bruscamente de mi agarre, dejándome en el medio de la acera totalmente inmovilizada del impacto.

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CHAAAAAAAAAAN CHAAAN CHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAANNN!

Qué opinan? ¿qué sienten luego de leer este capítulo un tanto confuso? Serán los recientes sentimientos de Jimin saliendo a luz o solo las hormonas descontroladas de un adolescente de su edad? Parte favorita? Espero sus hermosas palabrasssss <3<3

LAS AMOWWWWW!!

ℬ.Ï .Ꭲ.ℂ.ℋ. ❰  ✘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora