Capítulo 7: Habitación de los Gritos

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La maldad puede seducirte con las mejores de las palabras y matarte con las peores de las maneras. 


    Un dolor de cabeza me hace despertar, abro los ojos con lentitud y parpadeo unas cuantas veces aclarando mi vista, dándome cuenta en qué lugar estaba y con quién estaba... ¿En qué momento llegué a mi habitación?

— ¿Andy?  

    Apenas pude pronunciar, el dolor en mi cabeza era con una intensidad que jamás sentí antes, ni en las resacas después de beber en una fiesta era parecido a lo que estoy soportando. La intensión de sentarme en la cama se desvanece de inmediato cuando unas punzadas agudas torturan mi espalda. Son como corriente que se desplazan con rapidez por mi espina dorsal hasta explotar en mi cabeza. De un momento a otro, mi vista se pone borrosa por las lágrimas acumulándose, el dolor se hace insoportable produciendo que mi garganta dé incontables gemidos junto a sollozos cortantes.

¡No, no te muevas tan rápido! —Clama Andy; admiro cómo se acerca con rapidez, agarrándome y ayudándome con cuidado a sentarme en la cama.

    Me hace sentir como cuando era pequeña: siempre, las veces que me caía al jugar, mamá me tomaba con mucha cautela y me mimaba secándome las lágrimas. Terminaba por ayudarme a ir a acostarme en la cama y acompañarme durante horas, mientras leímos y creábamos infinitas historias. No podría decir con exactitud todas las historias creadas, solo que la mayoría de ellas han sido solamente ridículas.

— ¿Qué sucedió y porqué me duele tanto mi cuerpo?

—Lo que tenía que suceder. —Se sienta a mi lado.

¿A qué te refieres con eso?

¿Acaso no recuerdas nada de lo que hiciste ayer?

— ¿A-Ayer? —Hago memoria y poco a poco voy aclarándome.

    La Universidad, los chicos, el juego.

—Solo recuerdo cuando tu...—No puedo encontrar las palabras para completar a lo que quería referirme.

—Me apoderé de tu cuerpo e hiciste tu trabajo con mucho éxito. —Habla con orgullo; una sonrisa adorna su rostro.

—No... Entiendo. 

— ¿Recuerdas cuando mencioné que las posesiones de los seres desconocidos y los demonios no son tan parecidos? Nosotros no tenemos las mismas ventajas que los demonios al utilizar los cuerpos de los humanos, las posesiones son diferentes al igual que las reacciones que se comportan los cuerpos. En simples palabras: cuando mí ser entró a tu cuerpo, al momento de despertar, la consecuencia para ti fue la reacción de dolor ya que utilicé toda tu energía concentrada en tu interior. Pero tranquila, este tipo de dolor está en la mente, si piensas que no tienes dolor, así será. —Se levanta de la cama y me extiende su mano—Ven, necesito que me acompañes, para hacerte recordar.

    Observo su mano con desconfianza al igual de lo dicho, ¿Pensar que no tengo dolor mientras lo siento a full? 

    Trago un poco de saliva por los nervios cuando siento el tacto de su fría mano; no estoy tan segura de estar dispuesta en saberlo, el presentimiento de que esto va a hacer consecuencias aparece de sopetón y tengo miedo de qué cosas podría hacerme recordar.

  (.........)

    Camino detrás de Andy por unas escaleras algo sombrías por la tenue luz que consigue filtrarse dentro. Acabamos de llegar a un lugar algo alejado de la ciudad y, sobre todo, de mi hogar. Es un campo enorme con un bosque alrededor de una mansión abandonada en donde estamos en éste momento. 

Andy, Andy... ¿Estás aquí? [Andy Biersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora