Capítulo 25: Pacto Final Parte 3

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A veces, lo benévolo toma apariencia de lo mágico e inigualable, cuando es una simple ilusión. 


  **Narradora Omnisciente**

    Todo rastro de luminosidad ha desaparecido en segundos, el frío junto con el terror las envuelve por completo. La risa ligera no cesa, provocando unos cuantos escalofríos recorrer por cada esquina de sus cuerpos. Mientras tanto, Juliet, con su mirada atemorizada, busca a su alrededor alguna señal del causante del extraño suceso, sosteniendo aún en el aire el cuchillo.

    Lo que no saben y no se dan cuenta todavía, es que han aparecido dos presencias. Una de ellas detrás de Juliet, con un enorme agujero en su redondo cuerpo, sosteniendo tres globos oculares flotando; los mismos, ven a través de toda la oscuridad que se presencia y que ellos mismos han provocado. El segundo está a un lado del cuerpo herido de _____: un ser grande y delgado, con una sonrisa enorme de donde sobresalen sus filosos dientes, su brazo apegado a su pecho y un gorro de bufón en su cráneo.

—Cada vez es más decepcionante la vida de los humanos: creyendo que los sucesos en las películas y en los libros son reales. ¿Piensas que así invocarás a mi Dios?

    Aquella voz tétrica inunda los oídos de las dos mujeres, alarmando a una de ellas para chillar con apresuro y que, al hacerlo, provoca una mueca de desagrado en el rostro del delgado ser.

— ¿¡Quién eres!?

—No creo que quieras saber.

— ¡Te exijo que te muestres! ¿¡Quién eres repugnante ser!?

— ¿Re-pug-nante? ¿Tan... maleducada... eres?

    Otra voz ajena se hace audible con lentitud: es delicada y tímida, causa relajación el escucharla. Se podría comparar con la voz de Mukami Azusa.

—Los mortales... son los... asquerosos. ¿Y porque... exiges? No tienes... ningún poder... sobre... nosotros.

— ¡Mu-Muéstrense! —Reclama a gritos Juliet; apunta con su cuchilla a cualquier lado que cree que es el origen de dichas voces y que, por consiguiente, es donde se encuentran aquellos seres— ¡Ahora! —Las sonrisas en sus rostros se agrandan, mucho más de lo que ya eran.

—Como desees, si es que quieres tanto ver nuestros hermosos rostros.

    Al instante, las llamas de las velas se prenden nuevamente, alumbrando poco a poco la habitación, dejando a la vista a los dos intrusos; el grito ahogado queda retenido en su garganta al ver a un ser conocido para _____ al lado suyo observándola. Juliet da un grito aterrorizado y desgarrador, rompiendo sus cuerdas vocales, hasta caer de trasero hacia el duro cemento.

—Que... estúpida... eres. —Los ojos flotando la miran con desprecio.

—Smiles. —Murmura apenas audible _____ sin poder despegar su mirada de aquel demonio con su reconocible gorro. 

    Una sensación satisfactoria aparece dentro de él, incitando a que su sonrisa se agrande aún más, dejando reflejar sus amarillos y afilados dientes

— ¡Felicidades! Me recuerdas lindura.

    Su voz tan tétrica junto a su enfermiza risa a modo de acompañamiento, son la perfecta combinación de una melodía que cualquier persona comenzaría a vivir en sus más horripilantes pesadillas mentales. Y Juliet, no sería la excepción: sus débiles y temblorosas manos se posicionan a sus delgados labios, ahogando unos incontables gemidos temerosos. Se aleja a arrastras por el suelo, manchando cada vez más su vestido largo de color blanco

Andy, Andy... ¿Estás aquí? [Andy Biersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora