Andy, Andy... ¿Estás aquí? [Andy Biersack]

Capítulo 38: Roedor

《 Creemos que sabemos mucho, pero en realidad no sabemos más que una rata en una trampa, una rata con la espalda rota que aún cree que quiere vivir. 》

    El pronóstico del clima fue acertado: las primeras gotas de lluvia son audibles al chocar contra el techo. En la pequeña mesa redonda que adornaba la terraza, y en la que _____ estaba sentada, yacían una cajetilla de cigarros, un tazón de café cargado y una foto en blanco y negro. A simple vista no se notaría lo que se quiere reflejar, pero, de todas maneras, cualquier persona se daría cuenta que esa simple foto es de una... ecografía.

    Habían pasado unas pocas semanas desde que _____ descubrió que estaba embarazada y hace un día Andy la llevó a su segunda revisión médica, verificando el avance y el bienestar del feto. Por lo que esa foto fue entregada ese mismo día, incluyendo unas cuantas hojas que indican las sustancias prohibidas que una embarazada no puede consumir.

—Cigarro y cafeína. No sabía que eran dañinas.

    No puede evitar comentar con sarcasmo mientras da un sorbo del tazón. El olor a tabaco en el aire es notable, sobre todo si _____ es la causante al estar fumando ya el sexto cigarro seguido del día, mas no pudo evitar comprar una cajetilla en el kiosco que queda a unas cuadras de distancia de su casa y fumarse varios. Aunque las advertencias de su doctor y de Andy fueran constantes, no logró combatir las ganas que la atacaron durante el día y que necesitaba satisfacer. Andy estaba en busca de integrantes para la banda dejándola sola en casa, así que le fue a favor.

    En tanto que miraba su jardín trasero, su mente imaginaba escenas rápidas: en una de ellas se encontraba en un lugar parecido a un parque, estaba parada y a una distancia de _____ se encontraba una pequeña niña. Ella sabe quién es y viene corriendo sin dejar de reír, a punto de tropezarse de lo rápido que va. Sus pequeños brazos rodean sus piernas, deseosa que los brazos maternales la recogieran, sin embargo...

    La escena desaparece bruscamente de su mente al escuchar su celular sonar. Atiende la llamada, la voz de su hada madrina en la otra línea la hace recordar que vendría a visitar para seguir con los preparativos de la boda, así que, antes de abrir la puerta, guarda la foto rápidamente y va.

— ¿Estuviste mucho tiempo afuera de mi casa?

—No, solo golpeé la puerta un par de veces y como no contestabas inmediatamente decidí por llamarte por celular.

—Perdón, estaba hundida en mis pensamientos, por eso no estaba pendiente a mi alrededor.

—Te entiendo, los nervios y preocupaciones que trae los preparativos de una boda es más que obvio que no tendrías cabeza y estarías pensando muchas cosas.

    Se sientan en la misma mesa redonda de la terraza, antes de comenzar de inmediato la planificación, _____ le ofrece una copa de vino junto a unos cigarros que con gusto ella aceptó. Las dos chicas desde los primeros días se llevaron bien, con la confianza de lanzarse bromas, chistes y sin formalidades, así tratándose como si fueran amigas desde tiempo, algo cómodo y agradable.

    Madeleine, la hada madrina, le comenzó a informar todo lo que han completado y dejado listo para aquel día. Queda un mes para la boda y ya está hecho más de la mitad de los preparativos, solo dejando lo más fácil a lo último; los invitados ya confirmaron su asistencia, el lugar donde se realizará la celebración ya está listo, agregando el pastel, el fotógrafo, la comida que se entregará, toda la decoración, las damas de honor, el baile de novios, la reserva del hotel que se quedarán en su luna de miel y el DJ.

—Lo que faltaría por completar sería el traje de Andy, tu vestido y accesorios, porque los vestidos de las damas de honor ya están, además...