Capítulo 16: ¿Pinky Promise?

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M A R A T Ó N  3 / 5


Promesas, da igual de que tipo sean, si se rompen no valen más que el dolor que producen.


  **Narra _____**

    Una sensación de nudo en la garganta aparece mientras me acerco hacia la ventana; puedo observar cómo la claridad de la luna invade la habitación en donde de pequeña pasaba mis días. Comienzo a sentir un poco de frío en mis pies ya que el suelo siempre suele ser un poco húmedo a estas horas de la noche y dejo escapar un pesado suspiro, apoyándome en la muralla con mis brazos cruzados.

    El paisaje por la ventana de mi anterior habitación es diferente a la de mi casa: en ésta puedo ver los arboles esparcidos por un jardín pequeño y sencillo pero dotado de hermosura, con el columpio que mi padre había hecho para mi hermano y para mí.

    Recuerdo que al principio nos peleábamos sobre quién subiría primero, él siempre me ganaba al ser más rápido y atlético que yo. Mientras él celebraba su victoria columpiándose, yo lo observaba con mis brazos cruzados con una notable molestia y tristeza, sin embargo no duraba mucho, cuando él me veía se reía para bajarse y darme la oportunidad de columpiarme.

    Siempre me daba lo que quería, mimándome. Yo era sus ojos, como él era los míos. Y no entiendo... no entiendo la razón de porque él... se suicidó.

  **Flash Back*

Papi dijo que su hermana menor fue a una mejor vida. —Hablo mientras busco la crayola verde en el estuche de lápices—Pero... no le creo. —Al encontrarlo, comienzo a pintar el cabello desordenado de aquel payaso sonriente.

¿Por qué? —Interroga Gerald; cambia la página de su libro favorito sentado en su cama—Tal vez de verdad haya una vida después de la muerte.

Eso es eufemismo, sería muy idiota al creer eso. —Protesto sin importancia mientras sigo pintando mi dibujo del Joker—Nadie pasa a una mejor vida después de la muerte, después de la muerte solo hay... nada.

¿Cómo que nada? Explícate...

La vida está hecha, literalmente, para vivirla: disfrutando la vida que le ha tocado a cada uno, cometiendo errores pero sin arrepentirse y riéndose al final de lo cometido. Si hay una vida después de la muerte, no tendría sentido haber vivido en la anterior vida. —Coloreo la sonrisa del payaso—Me refiero, la vida es una sola y después de la muerte, tu alma quizás desaparezca o se evapore para ser parte del aire en donde la humanidad respira, y el cuerpo se pudra en la tumba elegida por tus seres queridos.

Puedas que tengas razón...

    Queda en silencio por un momento, notando que sus ojos se desvían de su lectura a un punto fijo.

¡Ya sé! —Da un chillido de repente, causándome un susto— ¡Averiguaré algún día si después de la muerte hay otra mejor vida! —Lo observo a los ojos viendo aquel brillo encantador—Y cuando lo averigüé, te diré si la hay o no.

¿Y si no hay? ¿Cómo me lo confirmarías?

Me respiraras y sentirás mi aroma, cuando lo sientas sabrás de que tenías la razón.

Pero para eso tendrás que morir. No quiero...

Tranquila, cuando muera te llevaré conmigo, pequeña.

    Su mano acaricia mi cabello con delicadeza, transmitiéndome una tranquilidad que me relaja por completo. Mis ojos se dirigen a su rostro, viendo con más claridad sus facciones y características, pero la que más destaca es su amplia sonrisa.

Andy, Andy... ¿Estás aquí? [Andy Biersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora