Capítulo 28: Sábanas Blancas

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Todos somos adictos, ya sea a una droga, a la atención, a la soledad, a los libros, o a una persona. 


Mami, ¿Qué es el amor?

Son sentimientos tan enormes y maravillosos que nunca podrán ser expresados con palabras.

    Una vez hice, con tan solo unos cuantos años de edad, esa pequeña pero difícil pregunta y solo fue respondida con simples palabras mientras ella seguía cocinando el pastel favorito de mi padre con una enorme y dulce sonrisa. Imaginé lo que podría estar pasando por su mente: mi padre abrazándola, formulando palabras bonitas en tanto que le daba pequeños besos.

    Por mucho tiempo no entendí con claridad qué era aquel sentimiento del que todos hablaban, pero ahora razonando y experimentando, puedo entenderlo con mucha más nitidez. Y es curioso cómo reacciona uno cuando se enamora: el orgullo, la dignidad, el enfado, todo se esfuma, desaparece en su simple pestañeo. En mi caso, me debilitó, es decir: esa persona podía romperme cuantas veces quisiera y, aunque fuera una idiota, siempre estaría allí para él. Hasta podría estar esperando eternamente para poder sentir sus brazos rodear mi cintura, dejándome llevar por su perfume, permitiendo mis mejillas arder y acurrucarme en su cuello. Sonreír de alegría al sentirme como en casa, como si sus brazos fueran mi protección, como si notarlo cerca de mí, me hiciera sentir con vida. Me deja con el sabor en mi lengua: amor, seguridad, felicidad.

—Al fin puedo tocarte con mis propias manos.

    El abrazo se hace más fuerte, logrando escuchar el latido de su corazón y apreciando su calidez corporal. Instantáneamente me causa miles de recuerdos hermosos, que ahora serán inolvidables.

—Me gusta tus latidos, son tranquilizadores.

    No quiero ni planeo soltarme de sus brazos, puedo asegurar que es una sensación de relajación placentera absoluta. Es imposible explicar y definir con exactitud las sensaciones que produce la cercanía de él, y me sorprende cómo un simple contacto, un simple suspiro, o tan solo su mirada posada en mí, me produce emociones infinitas e inimaginables, y con eso consigue hacer volar mis sentidos en una nube, flotando por los cielos, como si solo fuera un sueño...

« ¿Un sueño? ¿Y si fuera así? »

    Al instante en que aquella pregunta viene a mi mente, me despego de él dando unos pasos hacia atrás atemorizada.

— ¿Qué sucede?

    No respondo, solo permanezco observándolo con los ojos abiertos, pasando miles de preguntas en mi cabeza: ¿Y si esto solo es uno más de los sueños y que en algún momento debo de despertar? 

    Mis pasos son lentos hacia atrás y no se detienen hasta topar con la muralla. Tanteo con el codo hasta poder lograr apretar el interruptor de la luz. Sus desentendidos ojos azules me observan fijamente, dando unos pequeños pasos hacia mí.    

    

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Andy, Andy... ¿Estás aquí? [Andy Biersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora