《 Difícil ver el nombre de alguien escrito en una lápida, mientras está tres metros bajo tierra 》
No puedo asumirlo. Haber saboreado los labios de Andy me hizo entrar a una confusión eterna, abandonándome con demasiadas preguntas rondando en mi cabeza que ya me hacía doler: ¿Qué había significado? ¿Por qué lo habrá hecho? ¿Fue la manera más fácil para callarme? Sin embargo, la pregunta que me tenía con un revoltijo inexplicable en el estómago era: ¿Por qué razón aún sigo besándolo?
Me quema los labios dejando un sabor adictivo y extraño, algo sumamente reconocible: cigarros baratos junto con la mezcla de Ron. El recuerdo de la primera vez que fumé cigarros de risa hasta quemarme el labio llegó de golpe y dejarme llevar en una voladera que no deseaba terminar, fue parecido a lo que me dejó él en mis labios.
Una sensación desgarradora aparece en mi pecho al minuto que nos separamos. El abrir los ojos y toparme con aquellos azulados iris, me deja divisar lo que evidentemente estaban reflejando: sorpresa, confusión y miedo. Inconscientemente, el ver eso mismo me hizo actuar con rapidez.
—Quítate.
Mi semblante cambia por completo a uno frío, serio y amargo. El susurro fue seguido de empujarlo, logrando zafarme de su agarre y salir de la posición comprometedora en la que estábamos. Al levantarme, doy unos golpes a mis ropas para sacar el polvo y tierra con la que me había ensuciado al caer en el suelo; de reojo lo miro por unos segundos: él (aún sentado en el suelo) tiene la cabeza baja, impidiendo captar cualquier reacción que tenga en su rostro, solo permitiéndome ver su negro cabello taparlo.
Concluyo por girarme sobre mis talones y dirigirme a la salida, solo queriendo volver a casa. Sin interrupción de su parte, logro correr sobre los pastizales con falta de cuidado, me monto en mi motocicleta que descansa a las afuera de ésta mansión para marcharme de una vez dejando a aquellas tres almas en manos de aquel individuo tan tétrico como la mismísima gran residencia abandonada en sí.
(.........)
Los días pasaron, cuatro para ser exactos, desde la última vez que estuve con Andy y desde ese momento tan horrible. Parecía como si todo hubiera vuelto a la normalidad: mi vida común y corriente, sin individuos desconocidos aterrorizándome.
Se sentía tan bien volver a lo que era antes.
Cambio de canal en la televisión cada dos por tres, buscando algo bueno para ver. Es sábado y, como de costumbre, deberían de estar dando películas de terror en unos cuantos canales, pero solamente pasan películas de navidad. No es malo eso, se acerca aquella festividad y eso es genial: una noche buena y feliz, escupiendo paz y amor.
No obstante, el problema es en que estén dando siempre las mismas películas de navidad todos los años, como por ejemplo: A Christmas Carol, Home Alone, The Grinch, The Polar Express y varias más, hasta de la plástica Barbie y su maldita navidad perfecta. Aunque algunas son buenas para ver, no deja de ser repetitivos y ¡Jodidamente aburridos!
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Andy, Andy... ¿Estás aquí? [Andy Biersack]
Fanfiction-Andy, Andy ¿Estás aquí? «Sí» -Andy, Andy ¿Eres un espíritu bueno? «No» -Andy, Andy ¿Me puedo ir? «No» «Es solo un juego.... decían»