《 Es escalofriante sentir una presencia detrás de ti, al girarte, nada se encuentra. 》
Un escalofrío recorre por mi espina dorsal en instante que leo aquel nombre. Una risa enfermiza hace eco en mi cabeza, atormentándome todavía más para terminar en arrastrarme sobre la cama hasta llegar a topar mi espalda contra la muralla. Una punzada de terror se hizo evidente en mi cuerpo; con la respiración acelerada, las pupilas dilatadas, mi boca seca y mis músculos en tensión estoy lista para salir huyendo... pero, hay veces que el cuerpo traiciona, no reacciona y solo se queda estático mirando un punto fijo. Para mi mala suerte, ésta es una de esas veces.
(.........)
Corro sin tener la mínima intensión de detenerme. Aunque mis pulmones estén llorando por un poco de aire, no lo hago. Solo quiero llegar de una vez aquel lugar y cuando lo hago, quedo incapaz de seguir corriendo y toso un poco. Cuando me recupero de mi humillante demostración de como soy un asco cuando se trata de atletismo, me incorporo para entrar en aquel edificio y dirigirme con rapidez al elevador. Sin embargo, al ver el cartel anunciando que está fuera de servicio, tengo que optar en subir por las infinitas escaleras. De cierta manera, aunque mi cuerpo pida descanso, la adrenalina es aún mayor, dominando todos mis sentidos y deseando que esa misma adrenalina la hubiera tenido en mi época escolar para la asignatura de gimnasia: no me iba bien que digamos y la demostración de mi cuerpo a esta situación lo demuestra. Hecho mierda.
Busco el querido número entre las tantas cifras hasta localizarlo.
Departamento 435.
Doy unas cuantas bocanadas antes de cerrar mi puño y llevarlo frente a la puerta, dando tres golpes. En tanto espero que abra, me aparto el pelo del rostro e intento humedecer mi lengua, la cual me molesta al tenerla seca. Puedo escuchar unos ladridos antes de ver la puerta abrirse, dejando ver una chica de cabellera mal cuidada, ojos de color castaños, piel bronceada, alta y escuchimizada. Estaba con un vestuario holgado, estilo Hippie que, la verdad, no le venía en absoluto.
— ¿Hola?
— ¡Hola! Tú eres la tarotista, ¿Cierto?
—Oh, así es, pasa. —Se mueve un poco, dejando un espacio para entrar a su hogar.
Dudosa y nerviosa, aprieto un momento mis puños, dando el primer paso y adentrándome.
(.........)
La habitación se encuentra algo oscura, solo las llamas de las diversas velas iluminan el ambiente permitiendo divisar varias figuras, decoraciones colgadas en las murallas o apoyadas en estantes.
Estoy sentada frente a la chica; ella acaricia su perro negro con ojos verdosos que se encuentra en sus piernas. En la mesa frente a nosotras se descansa una esfera de cristal y un mazo de cartas; un profundo olor a incienso inunda el aire, que en unas cuantas veces me causó carraspeo. La chica me observa sonriendo, deja a su perro en el suelo (que se va trotando afuera de la habitación) y lleva sus manos a la mesa, toma el mazo y las revuelve.
—Mi nombre es Juliet Simms, soy tarotista, como ya debes de saber. Explícame con detalles la razón de porque recurriste a mí. ¿Qué quieres saber?
Paso un poco de saliva por mi garganta seca antes de hablar.
—En una noche, mis amigos y yo planeamos jugar.
— ¿Qué juego se trataba?
—Andy, Andy...
Al decir aquello puedo ver la expresión impactada de la chica. Sus manos comienzan a tiritar causando que deje caer algunas cartas del montón que está mezclando. La quedo observando confundida, su mirada ya no está sobre mí, sino totalmente pérdida. El extraño silencio ya se torna incómodo y como no veo reacción alguna de parte de ella, llevo mi mano a la suya así conseguir su atención. Pestañea unas cuantas veces antes de tomar las cartas que habían caído y revolverlas nuevamente. Saco la mano de la suya al mismo tiempo que ella toma consciencia.
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Andy, Andy... ¿Estás aquí? [Andy Biersack]
Fanfiction-Andy, Andy ¿Estás aquí? «Sí» -Andy, Andy ¿Eres un espíritu bueno? «No» -Andy, Andy ¿Me puedo ir? «No» «Es solo un juego.... decían»