《 Los ángeles lo llaman placer divino, los demonios, sufrimiento infernal, los hombres, amor eterno. 》
Creo que nunca he estado tan nerviosa en toda mi vida, mi cuerpo es incapaz de parar de temblar. La hora del parto se acerca y más que nunca quiero que esta tortura termine. En este momento, todos los pensamientos posibles se avecinan en mi mente al tiempo en que las enfermeras a mí alrededor me acompañan. No las escucho, no soy capaz de oír absolutamente nada de lo que salen de sus bocas, lo único que me importa en estos momentos es expulsar de una vez al bebé que, a cada minuto que aún lo tengo dentro, es un dolor intenso.
¿Por qué las mujeres debemos pasar por esto? ¿Por qué debemos recibir tanto sufrimiento desde que nacimos, nos reproducimos y nos morimos? ¡En estos momentos, cuanto desearía se un maldito hombre para rascarme las bolas y no sentir más esta pesadilla!
¡Estoy aterrada!
—Tranquila Ma Belle, estoy junto a ti.
De un momento a otro, una calidez rodea mis dedos, tomándome con fuerzas en señal de contención.
—Prometo que todo saldrá perfecto. Tú y nuestro hijo estarán bien, pero para que eso sea así, hay que dar de nuestra parte, por lo mismo, ¿Vamos con todo?
—Con todo.
Andy está aquí y eso es todo lo que necesito para que salga todo bien.
—Doctor, está lista para el pabellón.
(.........)
**Narradora Omnisciente**
Por un momento, los alaridos en su alrededor se desvanecen siendo solo audible el llanto a todo pulmón de un bebé, y al otro momento, siente un peso encima de su pecho. Solo hay una pequeña distancia entre el rostro de _____ y el del pequeño, es muy escasa.
En cada parpadeo, sus ojos llorosos se van aclarando, hasta distinguir cada vez más el rostro del bebé entre sus brazos.
— ¿Este es nuestro...?
No lograba encontrar la reacción correcta. Sus ojos hinchados solo observaban detalladamente su rostro: como arrugaba su nariz al llorar, sus puños apretados en su pequeño pechito, entretanto se quejaba de venir a este mundo.
—Es nuestro hijo _____, es nuestro bebé, es nuestro pequeño. —Andy lloraba de alegría, de emoción y de amor. No lograba dejar de admirarlo—Es hermoso, míralo Ma Belle, es encantador.
Ella distinguió la enorme sonrisa escondida tras esa mascarilla. ¿Cómo se puede querer tanto a un hijo con tan sólo unos segundos de vida? ¿Era posible? Notó sus ojos brillaban con intensidad al tenerlos encima del bebé, mientras su dedo era apretado por el pequeño puñito de la criatura. Si supiera que, para él, ese momento fue el más intenso, más bello, más puro y más feliz de su vida y... tal vez, después de todo lo que pasó, valió la pena el dolor soportado.
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Andy, Andy... ¿Estás aquí? [Andy Biersack]
Fanfiction-Andy, Andy ¿Estás aquí? «Sí» -Andy, Andy ¿Eres un espíritu bueno? «No» -Andy, Andy ¿Me puedo ir? «No» «Es solo un juego.... decían»