《 Ha chillidos de puerco, oídos de carnicero. 》
Es impresionante cómo, de un momento a otro, la vida cambia en segundos, cómo frente a sus ojos están sucediendo hechos escalofriantes y que no puedes hacer nada para evitarlo. Solo ser sumisa a las órdenes y que las manos mismas que te guían sean el causante de todo.
Eso, eso es lo que está pensando _____; arrodillada frente al pentagrama, sosteniendo con firmeza el cuaderno entre sus manos, dando paso a que las luces hicieran su aparición en cada vela.
—Satanás, ante ti mi señor me descubro, para que el poder de estas palabras arranque de mí, todo maleficio de quién te desterró.
Su mirada fija, orando cada palabra escrita en aquel cuaderno algo grueso y áspero, dando el inició de lo planeado.
—Temido por quiénes fueron una vez condenados, arrastrados por una corriente de pureza y verdad. Aquellos quienes quemaron la venda de la falsedad. ¡Leviatán, Baal, Lucifer, Satanás...!
Gemidos agitados de Juliet son lo único que acompaña la oración, sintiendo cada vez más el ardor sobresalir por cada línea de aquel signo dibujado.
—Devolvamos sus tierras a los exiliados. Devolvamos la vida a los masacrados. Conformemos un ejército y asesinemos al asesino. ¡Ven a mí gran señor de la luz! ¡Ven a mí! —Finaliza _____, con una ladeada sonrisa y unos azulados ojos esquizofrénicos provenientes de quien la acompaña.
Una risa siniestra se hace audible para los presentes y se mezcla con los gritos agonizantes que salen de la garganta de Juliet, rompiendo sus cuerdas bocales cada vez más.
Ante ellos ha aparece una neblina totalmente oscura y espesa, que proviene del suelo y huecos de las paredes. De ella, surge una oscura mano, un líquido carmesí se esparce por los delgados y largos dedos hasta sus garras.
— ¿Me llamaban?
Su voz es áspera, con una esencia maniática y tétrica, única, algo que jamás sería posible de imitar.
—Dios del fuego eterno, gracias por presentarte ante nosotros. —_____hace una pequeña reverencia con su cabeza, volviendo su mirada hacia aquel nuevo ser presente—Te hemos invocado para darte de alimento este cuerpo y alma, cumpliendo el último trato.
— ¿Aún no has cambiado de opinión, Biersack?
— ¿A qué se refiere?
Esta vez no había hablado Andy, sino _____ que, por primera vez, (ya que, el saludo anterior había provenido de Andy) pudo pronunciar algunas palabras por su voluntad; no obtiene respuesta, solo un silencio profundo dominando el ambiente. La neblina espesa y oscura se esparce por el aire y, mientras avanza, deja caer unas cuantas plumas ennegrecidas, llegando a un lado de _____, acariciando su mejilla con una de sus uñas.
—Tu alma tan exquisita sería un gozo de alimento. Podríamos llegar a un acuerdo entre los dos; ¿Desde hace cuánto no has visto tu hermano?
— ¿Mi-Mi hermano...?
«No _____. No le hagas caso. Solo escúchame a mí. »
—Tu hermano estaría gustoso de volver contigo, de poder cumplir sus promesas de pequeños. ¿Acaso no te gustaría volver a abrazarlo? Solo dame algo tan simple como tu alma y yo concederé tu deseo. —Aparta la mano de su mejilla para extenderla a ella— ¿Qué opinas querida?
Lentamente empieza a volver en sí; el iris de sus ojos cambiando a su original, desvaneciendo la luz de tonalidad azulina con lentitud. A pesar de que una parte de ella quiere aceptar su mano, cerrando el trato, alguien en específico, no va a permitirlo.
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Andy, Andy... ¿Estás aquí? [Andy Biersack]
Fanfiction-Andy, Andy ¿Estás aquí? «Sí» -Andy, Andy ¿Eres un espíritu bueno? «No» -Andy, Andy ¿Me puedo ir? «No» «Es solo un juego.... decían»