Capítulo 42: Actividad Matrimonial

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 Todos buscamos a alguien cuyos demonios se entiendan con los nuestros y cuando lo hacen, ya no hay nada que los separe.


    Un pájaro de plumajes oscurecidos no despega la mirada de los dos perros que olfatean y excavan con intensidad. Habían descubierto algo. Un olor atractivo y sospechoso en la tierra.

    El pájaro extendió sus alas, inclinó la cabecita un momento y dio un chillido torrencial. Al instante, los dos caninos se detienen y miran al ser a unos cinco metros de ellos, que los observa con ojos totalmente rojos, tan intensos que comienzan a brillar entre la oscuridad de la noche y su plumaje.

    No era normal. No lo era en absoluto que los ojos de aquel pájaro chispearan. Tampoco que los perros, en vez de ladrar e intentar corretearlo, solo dieran chillidos temerosos, bajaran sus orejas y cambiaran su expresión. Sus instintos de supervivencia les ordenaban a gritos escapar lo más lejos de esa ave con apariencia tan... ¿indefensa y pequeña? Claramente, era solo la apariencia, jamás lo sería un hijo nacido en la oscuridad.

« ¿Tantas experiencias y aún no aprenden que deben enterrar a un muerto más de dos metros bajo tierra? Alguien lo podría oler. » Abaddon piensa con burla, bajando de la rama al agujero que quedó «Oler el exquisito... dulce aroma del verdadero perfume eterno. »

    Picotea entre la tierra, solo bastó hacerlo dos veces para romper la bolsa plástica y llegar al tieso y pálido brazo derecho de cierta persona ya olvidada. Mordisquea hasta sacar un pedazo de carne, eleva su cabecita lanzándola al aire y aterriza a su pico abierto, salpicando unas cuantas gotas carmín sobre él.

    Las risas escandalosas se hacen audibles a una considerable distancia de donde está, un grupo de mujeres salen a la terraza para fumar. Para suerte de ellas, la oscuridad y la leve neblina formada por el frío, cubre gran parte del patio, así pasando desapercibido al cuervo de plumaje sedoso y al cuerpo debajo de él, porque... ¿Sería agradable encontrar a un cuerpo, con el brazo picoteado, dentro de un agujero recién excavado?

  (.........)

    Cuatro y veintitrés de la madrugada. La fiesta llega a su término; a pasos atolondrados por causa del alcohol, los últimos invitados toman sus cosas y se marchan. La mansión queda en un breve silencio, solo con la voz de parte de Amy ordenando a los empleados que se marcharan a descansar y dejaran el desorden para después, para que luego ella, junto a Chris y los padres de _____, se marcharan a sus respectivas habitaciones asignadas por esa noche.

—Vayamos a descansar, en unas cuantas horas nos espera un vuelo a nuestra luna de miel.

    La pareja camina en los pasillos dados de la mano en dirección a la habitación.

— ¿Aún no quieres decirme cual es el lugar donde iremos?

—De hecho, ni yo lo sé ya que Madeleine, tampoco me lo dijo. Ya sabes, es una sorpresa, pero estoy seguro que nos encantará.

— ¡Qué emoción! Esto es un sueño, aún no puedo creer que ya estemos casados. —Observa su mano con el perfecto anillo en su dedo—Y que seamos marido y mujer.

—Espero que no sea un sueño, porque si lo fuera, no me gustaría despertar jamás.

    Sus sonrisas brillan entre la leve oscuridad del pasillo, sus ojos se conectan perfectamente como legos. Estaban a punto de besarse cuando, por instinto en su pecho, _____ desvía su mirada hacia la ventana. Notando algo extraño.

    La oscuridad aún estaba presente, en cambio la neblina ya se estaba evaporando, dejando a la vista una pequeña parte de un bulto envuelto de plástico sobresaliendo de un agujero negro, con bultos de tierra rodeándolo.

Andy, Andy... ¿Estás aquí? [Andy Biersack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora