~•Enamórate de Mí•~ {Amor Real}

•Encantado•

— Y bién, ¿Qué tal me veo? — Jimin dio una vuelta modelando el traje que tenía puesto. Pantalones de vestir ajustados, una camisa manga larga de vestir blanca, un moño de corbatín, y zapatos en juego.

— Te ves deslumbrante. Nadie se iguala a ti hermanito, ni siquiera una mujer y más si hablamos de tu retaguardia — taehyung quien estaba recostado en la cama se solto a reír.

— No es mi culpa que haya nacido con la bendición de tener un trasero abultadito. — jimin se nalgio a si mismo y solto una risilla.

— Engreído. — taehyung le saco la lengua.

— Tu también tienes lo tuyo. Tu trasero es de buen tamaño y tienes unas piernas largas de infarto, la envidia de cualquier modelo. — le guiño el ojo.

— ¿Por qué nuestra conversación se reducio a retaguardias y piernas?

— Tonto. — jimin se siguió arreglando.

— Jiminie...

— ¿mmh?

— ¿Estás emocionado?

— TaeTae, sabes que me gustan las fiestas y más deslumbrar en ellas. Además, sería magnífico que me gustara alguno de los candidatos de mamá.

— Tienes razón, sería en verdad una suerte. — taehyung le dedico una sonrisa sincera — de verdad lo espero jiminie.

— ¡Pero aquí lo importante es que mi querido hermanito se va a casar completamente enamorado! — el de mejillas de algodon comenzo a atacar con cosquillas.

Taehyung casi no podía hablar de la risa.

— Eso espero jiminie, en verdad espero que sea así.

— Jungkook~ — yoongi se asomó al umbral de la puerta. — ¿Estás listo?

— Si, vamos.

— Wow, quien lo diría. De pobre diablo a todo un señor.

Jungkook río.

— Tu tampoco te quedas atras.

— Se hacé lo que se puede.

Los dos se hecharon a reír y salieron de la alcoba.

— ¡¡Wow!!, ¡Esta fiesta es más deslumbrante que la del año pasado!. ¡Mira TaeTae!, Vamos a ver esa fuente de delfín hecha de hielo. — jimin se llevo casí a arrastras a taehyung.

— Nuestro hijos se estan divirtiendo. — el señor Park abrazó con amor a su esposa.

La señora park le dedico una sonrisa.

— Si, se están divirtiendo mucho.

— Ire a saludar a mis socios, ya vuelvo.

— Está bién.

— ¿Me extrañaras?

— Lo haré.

El señor Park dejo un beso a su esposa antes de irse.

— ¡Ji-wonie!