~•Enamórate de Mí•~ {Amor Real}

•Experiencia religiosa•

- ¡VOLVÍ!

- Espero les guste la canción que inspiró el capítulo ♡

- El contenido del capítulo es... entonces se recomienda discreción del público♡ (Ay no que vergüenza, perdón por mis pecados *llora*)

- Sin más que decir, espero que disfruten el capítulo mis amores♡

— Vayan con cuidado y no se desvelen mucho. — Jimin les medio gritó, guiñandoles un ojo. Él y yoongi subieron a la limusina para ser llevados a casa.

Ambas parejas estaban pasadas de copas, pero jimin y yoongi estaban más ebrios que sobrios.

— Nunca había visto a yoongi ebrio. — comentó taehyung, soltando risitas. Su cuerpo se sentía tan liviano como una pluma y no podía dejar de sonreír — Actúa muy chistoso.

Jungkook rió junto con él y los dos subieron a sus limusina.

— ¿Te sientes ebrio? — preguntó el de piel canela jugando con los dedos de jungkook, especialmente en el lugar donde portaba el anillo de matrimonio. Estaba sentado junto al pelinegro y recostaba su cabeza en el hombro de este.

— No del todo. Es decir, me siento un poco ligero y alegre, pero aun tengo equilibrio y se muy bien lo que está pasando a mi alrededor. — sonrió, entrelazando sus manos con las contrarias — Creo que no estoy bebido del todo, ¿Y tú?

Taehyung levantó su rostro y chocó miradas con esos ojos negros.

— Creo que puedo decir lo mismo. — rió divertido y le dió un piquito al pelinegro.

— ¿Sólo un besito? — preguntó haciendo un puchero.

— Shh, no estamos solos. — recordó taehyung haciendo un gesto adorable.

— Estoy seguro que a Kangin no le molesta, ¿Verdad kan? — se dirigió a su chófer de confianza.

— Por supuesto que no señor. — replicó el hombre, brindandoles una sonrisa por el retrovisor.

— Ese es mi camarada.

Taehyung y kangin se soltaron a reír, y aunque hubieron besos, la mayoría del viaje el matrimonio se la pasó conversando a gusto con el chófer, hasta llegar a la mansión.

— Jiminie, estoy enamorado de ti. No me importa si tienes novio, por favor dame una oportunidad. — yoongi le rogó mientras se apoyaba en el mencionado para subir las escaleras de la mansión.

— Yoongi, estamos casados. — rió jimin, abriendo la puerta de la habitación.

— ¿En serio? — preguntó — Me alegro mucho que hayas aceptado casarte conmigo, jiminie. — sus ojos se aguaron y comenzó a sollozar.

— No te pongas melancólico, mi amor. — Jimin volvió a reír y acarició sus mejillas — ¿Estas ebrio, yoonie?

— Mucho. — le replicó.