•Arbol de cerezo•

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La noche caía como una capa oscura en la ciudad de Seúl.
































Jungkook volvía de la empresa y taehyung se encontraba en su habitación, tan triste y desolado como un canario en una jaula.








Jungkook entró a la mansión siendo resivido por la ama de llaves. Era la mayor de todos los sirvientes de la casa, una agradable ancianita de 68 años.





— ¿Desea que sirvamos la cena, señor?




— Por favor. — el pelinegro pidio amablemente — ¿Mi esposo comió bien hoy?




La ancianita dejó ver una cara de preocupación.




— El jovencito no quiso desayunar ni almorzar. — respondió con preocupación.




Jungkook dejó escapar un suspiro de resignación.




— Gracias por estar al tanto de el seol min.




— No tiene porque agradecer señor. — seol min formó una sonrisa con sus arrugadas facciones.






Seol min pudo ver la nobleza de jungkook desde que éste llego a la mansión. Rápidamente los dos formaron un lazo especial. Seol min era cómo la madre que el pelinegro núnca tuvo.





































































Jungkook tocó la puerta dos veces antes de entrar.




Vió a taehyung en el mismo estado que en la mañana. Con sus piernas flexionadas apegadas a su pecho y su cabeza recostada en ellas.




El pelinegro suspiro.




No le gustaba ver a taehyung en ese estado. La verdad era que a él también le dolia.




— Taehyung, me dijeron que no quisiste comer nada en todo el día.



Taehyung no respondió.




— Te vas a enfermar si continuas así.




No se escuchó ninguna replica.




Jungkook suspiro cansado al borde de perder la paciencia.




Camino hasta sentarse en la cama y levantó el menton de taehyung.




— Tienes que comer, no quiero que te enfermes.




— Sería mejor que me muriera. — al fin respondió con un tono apagado.




— No juegues con tu vida, taehyung.




— Mi vida ya no tiene sentido.




— Tiene el sentido que tu le quieras dar.




Taehyung agachó su mirada.




El pelinegro se levanto de la cama y camino hasta la ventana. Observo la noche por unos segundo y continuó.




— Escucha, se que hemos hecho cosas que nos han lastimado a los dos, pero no se puede hacer nada ante ello. Solo nos queda tratar de mejorar la situación y seguir adelante.




~•Enamórate de Mí•~ {Amor Real}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora