Ya eran varios días desde que él estaba así, incluso antes de comenzar las clases recuerdo que había cambiado mucho, ya no parecía el mismo Dante que conocí una vez, nuestra rutina no había cambiado, nos veíamos después de clases entre los pasillos de la universidad, compartíamos todo nuestro tiempo libre como también nuestro tiempo en clases conjuntas, aun así ya no se sentía igual, lo primero que pensé para desvelar todo el misterio que envolvía el cambio de mi novio fue preguntarle a la persona quien más lo conoce, su mejor amigo. Mathias.
"-¿Dante? ¿A qué te refieres? Yo lo veo normal."
Esas fueron sus palabras y sabía que mentía, ningún hombre sabe mentir. Son demasiado nerviosos como para no dar señales de alerta cuando no son honestos, aunque eso no quitaba el hecho de que Mathias era fiel a su mejor amigo y nunca lo traicionaría contando sus cosas privadas, ni siquiera a mí, su novia por lo que debía tomar otras alternativas, encararlo.
Era martes, ya habían pasado tres semanas desde que habíamos comenzado el semestre y estábamos cerca de despedir el primer mes del mismo. Mi clase de Diseño había acabado y corrí al bloque B de la universidad para buscar a Dante, la mayoría de sus clases eran en los bloques A y B, esos correspondían a Ingeniera en gran medida, Diseño ubicaba la mayoría de sus clases en el bloque F, por lo que estábamos bastante distanciados, aun así llegue a tiempo, me adentré al bloque y me detuve frente a su salón de clases, el profesor estaba pasando lista o eso parecía desde la ventanilla de la puerta lo que significaba que estaban a punto de terminar la clase, solo quedaba esperar.
-¡Lina!- exclamó el castaño del grupo, Mathias era del mismo tamaño que Dante a pesar de ser un año mayor se veía un tanto más juvenil, tal vez era porque siempre estaba sonriendo. -¿Nos acompañas de nuevo? ¡Qué sorpresa!- estaba siendo sarcástico, yo solo le contesté con una mueca y me centré en Dante, él estaba detrás de su amigo, parecía tan amargado como el primer día de clases.
-¡Bebé! ¿Qué pasa con esa cara?- pregunté aferrándome a su brazo y depositando un beso en su mejilla.
-Es su cara de hambre- contestó Mathias mientras compraba algo en la máquina expendedora junto al salón de donde habían salido, nos encontrábamos en la planta baja del bloque B.
-¿Quieres que vayamos a comer?- dije ignorando al castaño, desde que Dante y yo habíamos comenzado a salir Mathias siempre había estado allí como un chicle pegado a su amigo, ambos eran inseparables, eso no me molestaba, incluso me gustaba en muchas ocasiones ya que Dante suele ser un tanto muy serio y Mathias siempre era divertido. Pero hoy era un día en que quería a mi novio solo para mí.
-Claro que queremos. ¿A dónde iremos?- y allí estaba de nuevo el castaño invitándose solo a mis planes.
-Bueno la verdad es que quería robarte un poco de tiempo de mi novio, claro si le das permiso- levanté una ceja mirando a Mathias esperando que entendiera mi comentario que estaba más claro que el agua.
-¿A qué te refieres?- vaya por fin habla y es para cuestionar mis palabras. Dante, Dante, Dante si no fueras tan lindo tal vez no fueses tan interesante.
-Bueno hay cosas de las cuales quiero hablarte y son privadas. ¿Entiendes?
-¿Estas embarazada?
-¿¡Que!?- mis ojos se abrieron como plato en ese instante, embarazada... La sola mención de la palabra me daba nauseas. –No, no para nada. Son otras cosas.
-¿Entonces porque no puedo estar con ustedes?- el castaño comía un tronquito de chocolate y almendras que había sacado de la máquina expendedora.
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Amor en tiempos de Libertad #Editando
ChickLitDante y Britanny, dos mundos opuestos que van por los senderos de la vida, inexpertos y sin previo aviso de lo que pueda ocurrir. Ambos tratando de encontrar lo mismo, esa sensación que nos llena y nos dice que estamos vivos, no es felicidad, no es...