Nuevos comienzos

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Una noche movida aquella por surte aun estábamos vivos, nunca llegue a pensar que algo como la muerte fuese una opción, Alina nunca había dado señales de ser una homicida aunque las pruebas dijeran lo contrario. El oficial que llevaba el caso de la chica nos informó que la habían declarado incapacitada con una depresión post-parto, el hospital había considerado que todos los afectados debíamos ser revisados por psicólogo debido a las experiencias vividas, resultó ser que la depresión no solo afectó a Alina sino que también a mi. El diagnostico de lo demás no era de mi conocimiento, pero todos parecían estar bien cundo venían a visitarme. Los doctores habían preferido que me quedara una semana para mi recuperación luego lo habían extendido por una semana más posiblemente por petición de mi padre, ya me sentía bien y no me dolía al moverme así que estaba desesperado por volver a mi vida, mi nueva vida. 

Hacia exactamente tres semanas había vivido una de las experiencias más y inesperadas del mundo, había sido herido con una bala cuando intente evitar que mi ex novia disparara a mi rival en el amor, Erick nunca dijo gracias durante el tiempo transcurrido desde el hecho, era orgulloso igual que yo y lo respetaba, aun así sabia que se sentía en deuda, había estado visitando mi cuarto durante la semana que Bri estuvo en el hospital y luego vino las dos semanas siguientes, sin fallar, en ocasiones venia con Bri, otras con Camila, una vez vino solo, nunca hablaba conmigo, solo entraba, leía alguna revista o el diagnostico y luego se retiraba, no seriamos amigos nunca, pero por lo menos ya no había tanto odio entre nosotros. 

Bri también salio herida esa noche, una de las balas de Alina rozo su pierna y tal vez es lo que más me lamento no haber impedido aunque no fue una herida grave según ella misma y los doctores, no me perdonaba el hecho de que fue por mi culpa. Debía dejar de culparme, ella no lo hacia, nadie lo hacia. Se suponía que mi relación con la chica de rizos incontables aun no estaba clara, era demasiado cobarde como para darle un nombre y me refugiaba en la comodidad de la incertidumbre, si no eramos nada no podía acabarse, no seria mi culpa arruinarlo y que me terminara odiando, pero la verdad es que la amaba debía decírselo, debía ser valiente y aceptar el reto de quererla con compromisos, haría hasta lo imposible para que todo resultara. 

Hoy serie el día, cuando viniese le pediría una cita y allí aclararía todo esperando que no solo fuese el inicio de un nuevo yo sino de un nosotros. Britanny se había convertido en todo lo que quería a pesar de las adversidades. 

El doctor entró a la habitación con su sonrisa habitual, tomó la tabla de diagnostico y pretendió leerla, sabia tanto como yo que debí haber sido dado de alta desde hace dos semanas al menos y que solo permanecía aquí por las ordenes sobre protectoras de mi padre, me gustaba complacer al viejo, pero de vez en cuando se iba hasta el limite. 

-Señor Dante, creo que por fin llego el día. 

-Eso espero, doctor.  ¿Algo más que deba revisar antes de dar el alta?- dudé, me había levantado temprano y ahora estaba con ropa de calle listo para salir. 

-No en realidad. Pero si me gustaría que vinieras dentro de una o dos semanas a consulta. Por cierto, tienes una gran fiesta de recibimiento en la entrada del hospital. Hay unas chicas con carteles. 

-¿Solo eso? Esperaba una banda sinfónica al menos- reí  del chiste, el doctor no lo entendió pero tampoco conocía las locuras de mi padre. 

-Creo que es todo por hoy, iré a dar la alta e informaré que ya pueden subir por ti. 

-No sera necesario Doctor, puedo bajar solo. 

-Son políticas del hospital, ademas creo que hay suficiente gente que desea ayudarte, fuiste el paciente con más visitas esta semanas. Tienes buenos amigos 

Amor en tiempos de Libertad #EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora