Dante se había marchado y me había dejado un mal sabor de boca, volverlo a ver había sido soportable pero escucharlo decir tantas tonterías que no son verdad aún me costaba, él lo había dicho, me gustaba, me gustaba mucho, pero a veces lo que nos gusta no es lo más indicado.
-Lo lamento- suspiré dejándome caer encima de Erick, me sentía agotada así que no puse mucho cuidado en lo que hacía, él me rodeo son sus brazos, eran fuertes, no como los de un chico de gimnasio sino como los de un chico trabajador.
¿Quién era Erick?
¿Quién era Dante?
-No te disculpes, no es culpa tuya- respondió amable y con una sonrisa que solo él sabía dar. -¿Puedo hacerte una pregunta?- dudé entre acepar o no, la verdad es que no quería dar explicaciones de nada, no sabía qué decir en todo caso. Terminé asintiendo, debía prepararme para cualquier suposición y saber qué responder para no lucir como una tonta con el corazón roto. -¿Quieres salir conmigo?- esa no era la pregunta que esperaba, me separé de él y lo miré al rostro, el rió dándose cuenta de que yo estaba perdida. -Me refiero a este momento, sé que se supone que haríamos "cosas de números", lo que sea que sea eso. Pero, la verdad es que no me siento con ganas de estar dentro. ¿Qué dices?
Erick era amable, su voz se sentía así, amigable y buena, era difícil negarle algo y la verdad es que no quería negarle nada, salir no parecía una mala idea ahora que no tenía nada bueno que hacer en el departamento, mucho menos con el ambiente que se había formado.
-Vale salgamos- dije tratando de darle una sonrisa tan grande como la suya lo que era prácticamente imposible sin parecer el Joker, aun así sonreí y me sentí bien por hacerlo aunque no tuviese ninguna gana. -¿Dónde quieres ir?- dudé tomando un bolso de mano y saliendo, con él.
-No lo sé- respondió mientras me veía cerrar la puerta. -Bajemos por las escaleras.
-Tenemos ascensor, podemos utilizarlo.
-Insisto, los ascensores me dan claustrofobia- lo miré al escuchar eso, jamás lo hubiese imaginado, no lo juzgaría pero era curioso, lo hacía más humano. -Lo sé, lo sé. Es raro pero, solo piensa, bajando o subiendo las escaleras puedes tropezar con el amor de tu vida, eso los haría hablar. En un ascensor te limitas a esperar a que suba o baje rápido para no seguir respirando el aire de la otra persona que te acompaña- buen punto, demasiado cursi pero bueno.
-Vayamos por las escaleras- sonreí y bajamos, él iba detrás de mí, no era incomodo, fue divertido, tal vez tenía razón, las escaleras eran mejores que los ascensores.
Bajamos y salimos del edificio, para ese entonces ya casi no pensaba en Dante, más que cuando lo recordaba, si era difícil sacarlo de mi mente en totalidad. Pasamos por la piscina, allí trabajaba él, hoy no estaba. Corrimos por el jardín y llegamos al estacionamiento del conjunto residencial, en el área de invitados solo había un auto, era... Particular.
-Ven, quiero presentarte a Sofía- dijo, y tomó mi mano sin pedir permiso, me sonrojé como cualquier persona normal haría cuando alguien le toma de la mano, no es algo que esperas, aunque viniendo del moreno parecía algo común. -Sofia Bri, Britanny está es Sofia, mi bebé.
-Hola Sofia- reí, saludar un auto no estaba en mi lista de cosas por hacer, pero siempre hay una primera vez para todo, hasta para estas cosas cursis. -¿Por qué se llama así?- tenía que preguntar, seguro había una razón súper curiosa para que su escarabajo color beige tuviese nombre. -¿Alguna ex novia? ¿Un amor imposible?- el rió levantando la ceja y luego solo abrió la puerta del copiloto para que yo entrara.
-La verdad es que se llama así por mi hermana, cuando era pequeña era bastante rellenita, cuando mi mamá compró este escarabajo siempre la molestaba diciendo que se parecía a ella y se quedó Sofia. Lamento decepcionar tu curiosidad sobre mi vida amorosa- cerró la puerta y subió por el lado del conductor.
Erick tenía una hermana.
-¿Era rellenita? ¿Ya no lo es?- pregunté apretando el cinturón de seguridad.
-En realidad, ella está... Ya no está más, Sofia es lo único que me queda para recordarla.
-Oh, Erick lo lamento, no tenía idea de que tu hermana hubiese fallecido, debe ser...- sus risas callaron mis condolencias fallidas. -¿Por qué te ríes?- dudé atónita.
-Es que eres bastante mala cuando se trata de momentos inesperados. Mi hermana no está muerta y si, aún es rellenita pero ahora gana dinero por eso, es modelo de talla plus en el extranjero, a eso me refiero con que ya no está.
¿Enserio?
-¿Enserio?- no sabía si matarlo por hacerme pensar que su hermana estaba muerta o matarme a mí por ser ilusa. -Eres un idiota Erick- me quejé dándole un golpe en el hombro, debía admitir que su risa era contagiosa y que mi reacción en los momentos inesperados era tan patética que valía la pena reír.
-Soy culpable. ¿Dime estás lista?- el preguntó y se colocó el cinturón mientras encendía el escarabajo, hizo un ruido raro, pero encendió.
-¿Estás seguro de que no moriré en este vehículo?
-La verdad no lo sé, aunque puedo decirte que los escarabajos eran considerados ataúdes rodantes. Cualquier cosa puede pasar, es lo interesante de estar vivo. ¿No lo crees?
-No, no creo que las posibilidades de morir sean interesantes- dije con una mueca de susto en mi rostro, tal vez estaba a tiempo de escapar.
Demasiado tarde.
El auto comenzó a rodar fuera del estacionamiento, ya no hacía ruidos extraños, eso me tranquilizaba. Mi celular sonó y lo saqué, era un mensaje de Camila.
Mila: Que tal todo por allá? Ya te beso???
Estúpida Mila. Debía contarle lo de Dante.... Bri deja de pensar en él.
-Enserio ese celular es viejo.
-Oye, puede ser viejo pero fiel. Además no es tan viejo como tú auto.
-Oh, buen golpe señorita. Casi me ganas pero déjame decirte que tengo un as bajo la manga- él sonrió confiado y movió una palanca del lado izquierdo del volante haciendo que el techo del auto comenzará a retirarse. -¡Tada! No juzgues a Sofia si no la conoces.
Un escarabajo descapotable, sin duda era un auto particular. Reí mientras sería como el aire movía mi cabello.
-Alza las manos, y siéntete viva.
-¿A qué refieres?
-¡Solo hazlo!- exclamó y aceleró, las calles estaban solas como cualquier domingo, había mucha velocidad, me asusté.
-Vamos demasiado rápido Erick.
-Solo alza las manos, confía en mí.
No sé si fueron los nervios, si fue su sonrisa o si fueron mis ganas de sentirme viva y olvidar todo. Pero lo hice, confíe en él. Levanté mis manos y como si fuese magia todo cambio, el aire me impulsaba hacia atrás pero la adrenalina subía, me retire el cinturón y me sostuve del parabrisas mientas me colocaba de pie en el asiento, estaba viva, sentí como me tomo de la blusa mientras me miraba con una sonrisa y seguía conduciendo en por las calles desiertas de la ciudad.
-¡Woooooh!- gritó y y rió. -¡Vamos Bri grita!
-¡Woooh!- funcionaba, valla que funcionaba, la adrenalina subía y eso me emocionaba de sobre manera, ya no sabía nada, no sabía de nadie, solo era yo y el mundo, yo y Sofia, yo y Erick. Yo y la libertad.
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Amor en tiempos de Libertad #Editando
ChickLitDante y Britanny, dos mundos opuestos que van por los senderos de la vida, inexpertos y sin previo aviso de lo que pueda ocurrir. Ambos tratando de encontrar lo mismo, esa sensación que nos llena y nos dice que estamos vivos, no es felicidad, no es...