Rivalidades a flor de piel

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La repentina salida de las chicas la noche anterior me había dejado un poco dudoso, intente comunicarme toda la noche con Bri aunque no tuve éxitos, Mathias me aconsejó esperar y eso hice, mi padre no me permitió volver al apartamento esa misma noche por lo cual tampoco pude verla pero en cuanto desperté comencé a alistarme para ir a buscarla, revise mi teléfono antes de salir al estacionamiento e ir por el auto, había un mensaje de ella.

Bri: Lamento no haber contestado a tus mensajes anoche, estoy bien. No iré a la escuela, resolveré unos asuntos inconclusos con Camila, disculpa de nuevo por lo de la cena.

¿Asuntos inconclusos? Eso sonaba extraño así que le respondí de inmediato exigiéndole una explicación que nunca llegó. Le notifique a Mathias que iría por las chicas, por lo visto el sabía sobre los asuntos de Bri y Camila ya que intento detenerme sin éxito, tal vez si me apresuraba aún las encontraría en su apartamento y arreglaría todo. Esquivé a mi amigo y monte el auto, maneje a una velocidad increíble hasta los estacionamientos de nuestra comunidad, deje el auto en su puesto regular y corrí hacia la torre seis del complejo, intenté llamar el ascensor en el recibidor del edificio pero este vehículo nunca llegó, según el guardia de seguridad ese ascensor se encontraba en mantenimiento el día de hoy, así que las escaleras eran la única opción, gracias a Dios sólo eran tres pisos hacia arriba, subí con rapidez, el camino me pareció eterno pero llegué por fin, me faltaba el aire por lo rápido que había subido, tal vez necesitaba volver a ejercitarme más, intenté retomar el aire que había perdido y fui hasta la puerta de tercero B, toqué dos veces y nadie respondió así que repetí la acción obteniendo el mismo resultado.

-¿Bri estas allí?- dudé en vano levantando mi agitada voz, como era de esperarse para ese punto no recibí respuesta, ya las chicas no estaban, era estupido seguir allí, además debía ir a la universidad, mal dije para mis adentros, mire el ascensor y recordé que estaba descompuesto, yo no era un chico de escaleras, era probable que nadie en este siglo lo fuese, pero no había más opción. Saqué mi celular y marque a Bri mientras bajaba, el entre tono dejo de sonar para dar paso a la grabadora de mensajes. -Llámame en cuanto escuches esto, estoy preocupado- dejé grabado y luego colgué la llamada, no tenía ganas de hacer absolutamente nada ese día, pero no valía la pena sólo arrojarme al ocio por nada en específico, después de todo Bri nunca había dicho que estaba mal o que había algo mal entre nosotros a pesar de lo que yo sintiera la supuesta realidad era lo único que podía tener seguro y me aferraría a su dulce estado de ignorancia.

Subí al auto y arrojé mi celular en el asiento del copiloto, encendí el motor y moví la palanca de velocidades para salir del parqueadero, presioné mi pie a todo lo que daba contra el acelerador, corrí hasta la escuela, salte algunos semáforos en rojo como un idiota sin pensar en las consecuencias, nada pasó, pero yo sentía como si el mundo se hubiese estrellado contra mi en el coche, no podía volver a ser el Dante del intercambio escolar, el Dante cobarde que solo sirve para darle la espalda a los problemas y buscar la salida fácil, ella no se merecía que yo volviese a ese estado, jamás la haría sufrir así de nuevo. Bri, si solo pudiese saber que era lo que estaba pasando en realidad. Llegué a la universidad y me dirigí a mi primera clase, las dos horas más rápidas de mi vida, me la pasé introspectivo durante toda la explicación, al salir del aula tenía un descanso de veinte minutos antes de mi segunda clase, decidí sentarme en una banca del Campus a revisar mi teléfono, tenía demasiada llamadas perdidas de Mathias y aún más mensajes de Whatsapp de su parte, los leí todos, mi amigo se preocupaba demasiado, era un excelente hermano.

Dante: Estoy bien, nos vemos en la segunda clase.

Le escribí como respuesta a la infinidad de texto que el me había enviado, recibí un rápido "Ok" de su parte y luego solo continúe revisando, buscando y leyendo el último mensaje de Bri, su hora de conexión por ultima vez era la misma hora cuando me envió el último mensaje, claro que lo había contestado pero aún así las palomitas que conformaban el mensaje enviado seguían en gris, ni siquiera los había leído aún, salí de la conversación para evitar torturarme con idea estúpidas y revise lo estados, no había ninguno de ella pero si había uno de Camila, la amaba por no haberme bloqueado, ingresé rápidamente deseando que hubiese algún pista o indicio que me desvelarán lo que en realidad estaban haciendo las chicas, lo que hacía Bri, para mi mala suerte era un estado del día anterior antes se la cena, era una foto de ellas dos con Erick, no la había visto antes.

Amor en tiempos de Libertad #EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora