Cosas de números

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Las matemáticas se habían vuelto mis desayunos, comidas y cenas, no había hora del día en que no viese números, no es que a mí no me gustaran las matemáticas, era solo que no las amaba, dudo que incluso los matemáticos famosos las amaran sin embargo si se quería llegar a ser alguien había que esforzarse un poco más de lo normal y yo sin duda quería ser graduada en robótica. Además de ser mis tres comidas del día, las matemáticas también eran un repelente natural para Camila, cada que me veía estudiando o practicando algo ponía una cara de ogro y se marchaba pisando fuerte, como si intentara destruir el piso con cada paso que daba.

"-Se supone que queríamos que te mudaras para estar juntas".

Dijo un día no muy lejano mientras yo me ubicaba con mi pijama de siempre en la mesa del comedor tratando de delimitar la medida exacta de los lados de un triángulo escaleno en congruencia con sus ángulos.

"-Estamos juntas.

-Sabes de lo que hablo Brittanny Daniella, no hemos salido a divertirnos desde que llegaste.

-Se supone que debo estudiar, además claro que hemos salido."

Teníamos pequeñas peleas de vez en cuando pero nada que no se pudiera solucionar. Hoy ella había azotado la puerta, se notaba a la distancia que se encontraba estresada por lo que debía encontrar una rápida excusa para no pelear, no estaba haciendo nada importante, en realidad solo repasaba un poco unos ejercicios, pero escuchar a Camila quejarse era horrible así que sacaría como excusa que debía esforzarme por entender lo que estaba sobre la mesa.

-Dante es un mal educado y un tonto.

-¿Heh?- enarqué una ceja al escucharla y casi de inmediato subí el rostro en su dirección, ¿Qué había pasado?

-Lo que escuchas.

-¿Qué le dijiste?

-¿Por qué asumes que le dije algo?

-Porque eres mi mejor amiga y te conozco.

-Gracias por lo que me toca Bri, pero no, no le dije nada solo la verdad.

-¿¡Que!?- exclamé, Camila era algo imprudente a la hora de hablar con las personas y bastante grosera cuando estaba obstinada, en eso no se parecía a su madre quien era una mujer bastante pasiva.

-Le dije que es un idiota y que por eso te perdió desde un principio.

-¿¡Por qué le dices eso!?

-¡Porque es cierto!, además ahora tienes a Eric, ya no necesitas que te preste atención el encargado de nuestra piscina.

-¿Le mencionaste a Eric?- al diablo las matemáticas y el estudiar, Camila se había vuelto loca y estaba tratando de volverme loca a mí, sabía que no debía contarle nada, pero era mi mejor amiga y había estado insistiendo tanto en que le contara sobre el chico de las baterías de mi calculadora que a la final cedí y terminé por relatarle todo lo que había ocurrido, Dios me odia, por eso me dio tan poca fuerza de voluntad.

Estúpida Camila, estúpido Dante.

-Claro que lo hice, debía hacerlo. El cree que te tiene loca, es un ególatra- pensar en Dante como un ególatra era casi imposible, parecía tan diferente, aunque en realidad yo no le conocía para nada... Que tonta era, claro que era un ególatra, él tiene una novia y aun así se acostó conmigo....

¡Malditos hombres!

Terminé por sentarme de nuevo, en realidad no quería que mis cosas se estuviesen regando por toda la residencia, pero tal vez Camila tenía razón en algo, ahora tenía a Eric, tal vez él podría ser la clave para arrancarme a Dante de la cabeza, que egoísta sonaba eso...

-No sé cómo te pudiste fijar en él- dijo y lo sentí como un látigo, ella tenía razón, debí fijarme bien en las situaciones que nos habían rodeado antes de solo concentrarme en Dante, debí ser más inteligente antes de dejarme llevar por sus ojos y su trato de caballero. Debí fijarme en Alina antes de entregarme después de la primera cita... Maldita sea.

-Yo tampoco lo sé- la verdad es que ya no quería escuchar nada, mi estado de ánimo había caído hasta el suelo de forma inmediata.

-Debes llamar a Eric, debes hacerlo.

-¿Para qué?- pregunté con fastidio y sin entender a mi amiga, comenzaba a creer que ella estaba loca, comenzaba a creer que yo estaba loca.

-¡Para salir! Bri, dijiste que estaba loco por ti, es lo que necesitas para demostrarle a Dante y su amigo que puedes estar bien. Hazles saber que pudiste recuperarte de lo que sea que te haya hecho.

-Yo jamás dije que Eric estuviese loco por mí, además no tengo que demostrarle nada a nadie.

-¿Puedes dejar de ser tan tú solo por un momento?- ella se acercó a mí y me miró con rabia, tal cual me miraba cuando quería salir y yo la esquivaba diciéndole que tenía que estudiar. –Yo arreglare todo.

Luego de decir esto la castaña tomó mi celular y salió hacia su cuarto, ella podía hacer lo que fuese, mis teléfonos nunca habían tenido claves...

-Mierda- me quejé por lo bajo mientras corría tras ella sin éxito alguno, Mila se encerró en su habitación y por más que toqué la puerta no logré nada hasta que ella misma salió y me entrego el celular.

Brittany: ¡Oye! ¿Qué tal si salimos mañana? Ya sabes para hacer cosas de números, hay algo que no logro entender.

Eric: ¿Cosas de números?

Brittany: Tú me entiendes, que tal mañana ;*???

Eric: Vale... ¿Dónde quieres que nos veamos?

Brittany: En mi casa! Podemos hacer algo divertido aquí.

Eric: ¿Qué hay de la cosa de los números?

Brittany: ¿Vienes o no?

Eric: Iré, iré.

Brittany ha compartido su ubicación.

-¿Qué hiciste?

-Te conseguí una cita con un chico sexy.

-¿¡Que!? Me hiciste parecer una tonta. ¿Qué se supone que son "cosas de números"? Además no conoces a Eric, no sabes si es sexy o no. ¡Camila te odio!

-De nada Brittany, ya sé que no volveré a hacerte un favor.

-¡Aaaaah!- gruñí y ella giró los ojos... Mi vida era más fácil incluso con mi madre, esto de ser independiente, de ser libre, no iba conmigo, no sabía cómo manejarlo, me daba miedo manejarlo. Aunque tal vez debía dejarlo así, dejar que las cosas siguiesen su curso, obligarme a vivir de verdad, sin planes ni motivos específicos, solo vivir tal cual hacia Camila, tal cual hacían todos, ellos parecían disfrutar, yo quería disfrutar. 

Amor en tiempos de Libertad #EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora